«En 2018 habrá que subir impuestos o dejarlos como están y no hacer más bonificaciones»

Noelia Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

Raquel Ruiz, concejala de Juventud de Avilés
Raquel Ruiz, concejala de Juventud de Avilés

La concejal de Hacienda valora cómo afectan las restricciones del Gobierno central y reflexiona sobre las próximas ordenanzas

10 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento de Avilés ha presentado recientemente la liquidación del presupuesto de 2016 y eso le ha permitido descubrir que no ha incrementado los ingresos, que en su mayor parte vienen de los impuestos. Por eso, de cara al próximo año, la concejal de Hacienda apuesta por hacer una «propuesta más equilibrada» de ordenanzas municipales. Raquel Ruiz anuncia que habrá cambios en el IBI y asegura que «no es el momento de pensar en rebajas fiscales». 

-Avilés cerró 2016 con un superávit de cinco millones de euros, que por las restricciones del Gobierno Central no se pueden usar en inversiones, ¿a qué se va a dedicar ese dinero?

-El Gobierno Central nos tiene que autorizar poder destinar una parte a esas inversiones. Cuando lo haga, que imagino será después de aprobar el presupuesto, los ayuntamientos podremos destinar una parte a inversión sostenible que imagino que sea inferior a los más de cuatro millones del año pasado. Estaremos en agosto, tenemos que pensar qué podemos hacer, cómo la negociamos y empezar a hacerla dentro del año. Va a ser imposible. Desde la FAC y la FEMP se está pidiendo al Gobierno central que el dinero pueda destinarse a otras cosas y pueda ejecutarse también en 2018. Tenemos otras necesidades que no son las grandes inversiones. En Avilés tenemos suficiente inversión, de aquí a unos años. Podríamos usarlo en gasto corriente, dar ayudas, políticas sociales.

-El año pasado se hicieron varias obras sostenibles con cargo al remanente, ¿dio tiempo a hacerlas dentro del año?

-Llegaron todos los certificados, pero algunas aún se están ejecutando en 2017. Deben ser como el 10%.

-Las limitaciones del Gobierno central impidieron el año pasado ejecutar algo más del 80% del presupuesto, ¿volverá a ocurrir este año lo mismo?

-Es muy posible. Tenemos suerte de que al tener el presupuesto aprobado sí tenemos crecimiento y unos ingresos de más que el año pasado, que no pudimos usar por estar en prórroga, pero por otra parte está el techo de gasto que lo limita aunque tengamos ingresos de más. Y ese dinero irá al remanente.

-Con estas medidas encaminadas a que los ayuntamientos amorticen deuda, ¿Avilés lo está notando realmente?

-Lo hemos notado. En 2016 se ejecutaron 4,6 millones de euros de deuda y el límite de deuda viva es del 75% y nosotros estamos al 45%. Eso nos ha permitido, junto con otras políticas que hemos llevado a cabo en 2015, no tener problema a la hora de endeudarnos porque el ir a un préstamo más alto no significa que nuestra deuda aumente. Lo que nos permite es tener buena salud financiera.

-Con esta perspectiva, ¿cuáles son las prioridades de 2017 que ya está ejecutándose?

-Nuestra prioridad es el gasto social, tratamos de llegar a todas las necesidades que vemos se están dando. Y también el crecimiento económico en la ciudad con el plan de emprendedores y la inversión en torno al parque científico tecnológico y el plan de movilidad, que está arrancando ahora después de bastante tiempo. Estamos disgustados con los presupuestos del Gobierno central porque las inversiones que nos tocan son escasas, por no decir nulas. Tienen una falta de estrategia económica total al mirar a un sector tan productivo en Avilés como es la industria.

-Y, ¿en qué lugar deja esto a las inversiones? Porque ha comentado que hay suficientes.

-Sí. El préstamo nos ha permitido abordar las necesidades como Santa Apolonia, que se está licitando, y la Escuela de Arte. El resto son necesidades deportivas, culturales, en calles, en los barrios…

-Luego están los proyectos en cargo al DUSI, que algunos han de hacerse este año. ¿Cree que será posible o habrá algún problema de tiempo?

-Vamos a ir bien de tiempo, hemos hecho una planificación bastante realista. Al principio había incertidumbre y fue un poco improvisado, no sólo por nosotros, también por el Gobierno central. En diciembre estábamos ultimándolo y ha sido un trabajo extraordinario por parte de los ayuntamientos que recibimos los fondos.

-La oposición ha sido muy crítica con su concejalía por los reconocimientos extrajudiciales de crédito que presentan a los plenos, pero en los últimos meses han reducido la cantidad. ¿Cómo lo han gestionado?

-Son un procedimiento habitual en todos los ayuntamientos de España. Se han hecho siempre y no hay problema porque es una obligación pagar por un servicio prestado y en un proceso administrativo pueden surgir cuestiones como que te presenten un recurso y se quede el contrato en stand by. Para gestionarlo se hizo una instrucción en que se determinaron todos los procedimientos para los servicios y llevamos un seguimiento de todos los contratos menores, que es en los que más solían darse, para agilizar los trámites a la hora de que llegue a un fin el contrato. Y algunas facturas van a reconocimiento de crédito, convalidación y revisión de oficio.

-Hace varios meses que la oposición se negó a reconocer varias facturas menores del área de Festejos, ¿qué ha pasado con ellas?

-Siguen pendientes, queremos llevarlas al próximo pleno.

-¿Y confía en que se reconozcan?

-No se pueden aprobar de otra forma y después de que Somos nos exigiera que devolviéramos una deuda a la SGAE, que es ésta, digo yo que sería un poco extraño que no las aprobaran. Son cosas de sentido común.

-Somos ha llegado a amenazar con llevar a los tribunales el tema de los reconocimientos de crédito, ¿teme una judicialización de su concejalía?

-No tengo ningún temor, la hacienda municipal funciona perfectamente, con el máximo esfuerzo de los funcionarios. El tema de los reconocimientos ellos lo ven un fallo y, bueno, es un fallo en el quehacer diario de cualquier persona, eso no significa una falta de responsabilidad. A lo que tengo miedo es a ese continuo intentar generar malestar en la función pública afecte a los trabajadores. Eso sí me preocupa, porque no se puede trabajar con miedo. En vez de dar soluciones lo que estamos haciendo es burocratizar más la administración y al final no puede dar una respuesta ágil al ciudadano.

-Con un gobierno en minoría como es el del PSOE en Avilés, ¿cómo está siendo negociar con la oposición?

-Son todo acuerdos puntuales y muy dispares. En las ordenanzas llegamos a un amplio consenso, de todos menos un grupo. Fue sorprendente y positivo ver que la mayoría de los grupos estaban por la labor y en tema presupuestos pasó lo contrario, que ninguno estaba por la labor, sólo una parte de un grupo. En una administración hace falta más de rigor.

-No deja de ser chocante que el que le acaba aprobando las cosas al PSOE de Avilés es el PP cuando, a nivel nacional, las diferencias son muchas, especialmente en economía.

-Nuestra política redistributiva es muy diferente, pero somos partidos que estamos acostumbrados a gobernar y somos conscientes de que la responsabilidad pasa por buscar soluciones y tener un presupuesto o unos ingresos suficientes es dar una solución, no poner impedimentos. Esa filosofía debe ser lo único que compartimos.

-Lo próximo va a ser elaborar las ordenanzas, tasas y precios públicos, ¿se prevén cambios respecto a los últimos años cuando se mantenían y se modificaba únicamente el IBI?

-Estamos aún estudiándolo pero nuestro principal impuesto es el IBI y ahí habrá cambios, por el peso que tiene. Somos conscientes de los ingresos directos que tenemos y vemos que no ha aumentado la liquidación. No es el momento de pensar en rebajas fiscales ni bajadas de impuestos. Igual que en 2016 hubo un amplio abanico de bonificaciones para las ordenanzas de 2018 tendremos que hacer una propuesta un poco más equilibrada.

-¿Eso significa subir los impuestos?

-O dejarlos como están y no hacer más bonificaciones. En 2017 hubo la de la plusvalía y la de la viñeta.

-Aún es pronto, pero, ¿ve posibilidades de llegar a un acuerdo para aprobar el presupuesto de 2018 o ya podemos ir pensando en una cuestión de confianza?

-Dependerá de muchas cuestiones, pero en el momento en que está encima de la mesa la posibilidad de ir a una cuestión de confianza se para la negociación y los grupos no aportan nada nuevo. Ya lo expliqué: esto va de agilizar las cosas, aportar soluciones, y si podemos evitar uno o dos meses de prórroga muchísimo mejor. Lo recalcaré de cara a los próximos presupuestos y espero que algún grupo sea consciente de eso y hagan aportaciones reales y no se quiera desvincular de una negociación presupuestaria.