«Madonna seguirá siendo la reina hasta que se muera»

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

AVILÉS

El bailarín y coreógrafo, Jose Xtravaganza.El bailarín y coreógrafo, Jose Xtravaganza
El bailarín y coreógrafo, Jose Xtravaganza Johnny Rozsa

Jose Xtravaganza fue coreógrafo de la ambición rubia en la década de los 90 y modelo de Jean Paul Gaultier. Estará este domingo en el festival de cine LGBTIQ de Avilés

28 abr 2017 . Actualizado a las 16:07 h.

Su nombre forma parte de la historia del pop de los 90. Él fue el encargado de crear la coreografía más icónica -y copiada- de Madonna. Compartió plano con ella en varios videoclips y se subió al escenario en su gira The blond ambition tour. Este domingo, Jose Xtravaganza estará en Avilés en la inauguración del II Festival de Cine LGBTIQ de Avilés, donde ofrecerá una clase magistral de baile a veinte afortunados y donde presentará la película documental Strike a pose. Este largometraje narra la evolución vital y profesional de seis de los jóvenes bailarines que conocieron el éxito y la fama mundial de la mano de Madonna en la gira mundial de la artista en 1990. Sin duda, esta será una cita especial para uno de los miembros más destacados de la comunidad gay a nivel mundial.

-Su carrera como artista es envidiable. Es un miembro destacado de House of Xtravaganza y ha trabajado con estrellas de la talla de Madonna. ¿Cómo ve todo esto casi 30 años después?

-Lo veo muy extraño después de tantos años. Durante este tiempo he continuado con mi carrera de bailarín y sigo dando clases de baile. Pero refiriéndome al proyecto que inicié cuando era un niño de 18 años, tengo que reconocer que es muy emocionante revivir todos esos momentos casi tres décadas después, como no.

-Es el creador de la coreografía de Vogue, un videoclip que marcó un antes y un después en la historia de la música. ¿Qué supuso esto para su carrera?

-En ese momento no sabía que eso iba a suceder. Como bailarín me sentía muy honrado de tener la oportunidad de montar una coreografía, pero lo que no sabía es que tendría ese impacto, no solo en la comunidad gay, sino también en la comunidad hetero de todo el mundo. Son los sueños y deseos de un bailarín de 18 años. Fue algo que me sucedió tan joven que no voy a decir que no lo supiera apreciar -porque solo por el amor que siento por el arte lo aprecio-, pero lo que no sabía era que iba a cautivar así al mundo entero. Me siento muy orgulloso de haber tenido esa oportunidad en ese momento y siendo tan joven. ¿Si sabía que esto iba a suceder? No. Nunca me hubiese imaginado que iba a ser tan valorado hoy día o que iba a ser parte de la cultura gay. Es un honor para mí.

-También tuvo la oportunidad de participar en el polémico videoclip, Justify my love, el cual les puso a todos en el ojo del huracán. ¿Cómo lo vivió todo en aquel momento?

-Me acuerdo que cuando fuimos a rodarlo a París teníamos dudas de que fuera a ver la luz. Por su relación con MTV y por ser la primera en hacer este tipo de videoclips con alto contenido sexual, Madonna pensaba que iban a pasárselo. Cuando hicimos el trabajo y se lo entregamos a la cadena decidieron no enseñarlo, pero eso le vino bien porque luego lo lanzó y lo vendió en las tiendas de discos y consiguió mucho dinero. Al final MTV decidió mostrarlo por las tardes y las noches. Ahora no lo sería, pero por aquel entonces era un vídeo muy controvertido.

-¿Cómo es trabajar con Madonna? ¿Es verdad que muy perfeccionista?

-Fue muy difícil enseñarle la coreografía de Vogue porque es muy perfeccionista. En este baile los pasos no tienen nombre, está todo a la vista. No es como el ballet en el que se puede decir tendu, grand jeté o grand plié... hay nombres para los pasos, para las rutinas, para la coreografía, y se entiende. El vogue es un estilo underground de la comunidad gay de Nueva York, por lo que sus pasos no tienen nombre. Me acuerdo que cuando se lo estaba enseñando, al ser tan perfeccionista, quería tener hasta el último detalle y a veces se frustraba. Es muy inteligente y muy activa en el baile -de joven estudió danza-, por lo que lo adaptó muy bien y muy pronto. Fue mucho trabajo porque a veces se enfadaba consigo misma al no poder hacerlo igual que yo. Después de dos semanas de ensayos lo hizo muy natural y para mí le quedó perfecto.

-Lleva trabajando en el mundo de la música casi tres décadas. ¿Cómo ve el panorama actual? ¿Cree que alguien puede arrebatarle el título de reina a Madonna?

-Todavía estoy bajo contrato con ella, pero esa no es la razón para decir lo que voy a decir. Por lo que sé como artista y por todo lo que he visto a lo largo de mi carrera, para mí ella sigue siendo la reina y la única manera de destronarla será cuando se muera (ríe). Madonna para mí es una historia, porque se hizo de la nada y ha ido reinventándose. Es un camaleón. No solo se trata de cantar, porque no es la mejor cantante y eso lo sabemos. Se trata de ser visual, de ser artista, de entretener al público y hacer cosas fuera de lo común. Por eso es un fenómeno. Es una cosa que no todo el mundo tiene y eso no se aprende, uno nace con ello y ella nació para hacer todo lo que ha hecho en su carrera. Todas las estrellas de ahora y las nuevas del pop se llevan algo de lo que ha hecho Madonna.

-No solo ha sido un privilegiado por trabajar con Madonna, sino que también ha tenido la oportunidad de hacerlo con grandes diseñadores y varias de las mejores modelos de la historia. ¿Cómo recuerda todo aquello?

-Esa época fue increíble porque todos estábamos trabajando juntos: las modelos de los 90, los bailarines de Madonna, Gaultier... todo iba mano a mano. Tuve la oportunidad de trabajar con Naomi y de desfilar para Gaultier junto a Rossi de Palma. También conocí a Pedro Almodóvar, que me encanta y del que siempre fui muy admirador. Llegar a esa cima en mi carrera, poder conocer a toda esa gente y trabajar con los mejores fue una oportunidad muy emocionante para alguien tan joven. Son los sueños de un bailarín y estoy muy agradecido de haber conseguido eso, sobre todo gracias a la gente y a la comunidad gay.

-Su último trabajo ha sido a las órdenes de Baz Luhrmann en la serie The Get Down. ¿Qué ha significado para usted?

-Trabajé en la primera temporada y me invitó a trabajar en la segunda que se estrenará ahora en Netflix. Fue un sueño realizado porque siempre me han encantado sus películas y su forma de trabajar. Para mí, tener la oportunidad de ser asistente de coreografía en su serie es un honor y un sueño realizado. El mismo respeto que le tengo yo a él me lo tiene él a mí. Luhrmann se acordaba de mi época con Madonna. Es muy emocionante que alguien tan talentoso se acuerde de mi trabajo y le guste mi carrera.

-Hablemos del Festival de Cine LGBTIQ de Áviles. ¿Cómo reaccionó al recibir la invitación para participar en este encuentro?

-Cuando me llamaron fue una alegría porque España me encanta. Nunca he estado en Asturias, pero durante mi carrera he visitado muchas veces Barcelona y Madrid. Siempre estuve muy enamorado de España, por lo que me siento encantado de tener la oportunidad de regresar y visitar una parte de España que nunca he conocido. No puedo esperar para dar esta masterclass de Vogue. Espero que de la misma manera que a mí me encanta Asturias, yo le encante a ella.

- Lleva trabajando varias décadas en favor de la comunidad gay. ¿Cómo ve la situación después de todos estos años?

-Definitivamente, hemos salido adelante. Ahora tenemos más oportunidades en la comunidad gay que no había antes: podemos vivir juntos, casarnos, adoptar hijos... son cosas que hemos conseguido con el paso de los años. En cuanto al SIDA, también hay muchas más medicación y programas sociales que antes no se ofrecían por temor a tener contacto con personas afectadas. Tampoco había médicos que quisieran estos casos. Pero claro, todavía queda mucho que hacer porque en muchas partes del mundo no tienen estas oportunidades. Todavía existen países donde te pueden condenar o matar por ser gay. Tenemos mucho que hacer en ese aspecto.