Los cuatro retos del gobierno avilesino para los próximos dos años

Noelia Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

Mariví Monteserín visitando unas obras en Valgranda el pasado viernes
Mariví Monteserín visitando unas obras en Valgranda el pasado viernes

Un PSOE en minoría está obligado a entenderse con la oposición y buscar alianzas para sacar adelante proyectos propios y ajenos

12 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aprender a dialogar y llegar a acuerdos con la oposición era el gran reto que tenía Mariví Monteserín cuando, hace dos años, fue elegida alcaldesa de Avilés con una mayoría muy débil. El gobierno contaba con ocho concejales frente a los 17 de la oposición, una superioridad que han hecho valer en numerosas ocasiones en los últimos dos años para tumbar las propuestas socialistas o imponer las suyas. La primera edil prometía el 13 de junio de 2015 «mucho diálogo y mucho café», pero a la vista de los desacuerdos parece que han compartido pocas tazas gobierno y oposición. Cuando alcanza el ecuador de su legislatura el ejecutivo local sigue teniendo por delante una necesidad imperiosa: llegar a acuerdos con los otros grupos, en la corporación más fragmentada de su etapa democrática. De ello depende que pueda sacar adelante proyectos, los propios y los ajenos, los que dependen de otras administraciones. Pero en dos años las relaciones con la oposición se han llegado a agriar, incluso en algunos casos se dan por imposibles los acuerdos. Con todo, el equipo de Monteserín tiene dos años más de gobierno por delante y cuatro retos a los que hacer frente y algunos pasan por reconducir esa situación.

Encontrar apoyo para sus presupuestos

Las dificultades que tiene el gobierno para encontrar apoyos por parte de otros grupos municipales se ve claramente en la negociación de presupuestos. El de 2016 se prorrogó del año anterior por no haber acuerdo y el de 2017 se aprobó automáticamente al no haber salido adelante una cuestión de confianza a la que se sometió Monteserín -la crisis interna que por entonces vivía el PP local aceleró el proceso que permitió disponer de nuevas cuentas a principios de año. A la vista de lo ocurrido es de esperar que cuando el PSOE pretenda aprobar los presupuestos de 2018 y 2019 el resto de grupos no se lo pongan nada fácil. O hay un cambio en la tónica habitual y el gobierno consigue el apoyo de algún otro partido o tendrá que recurrir de nuevo a la cuestión de confianza, fórmula ya conocida en Avilés porque la predecesora de Monteserín, Pilar Varela, tiró de ella en la anterior legislatura. Es algo que puede hacer con vistas al próximo año, pero no al siguiente -en víspera de elecciones. En ese caso habrá de intentar un acuerdo con parte de la oposición o resignarse y prorrogar el presupuesto, algo que limita mucho sus movimientos porque impide realizar inversiones propias.

Superar las crisis, que no son pocas

La relación del gobierno con la oposición no ha sido buena en estos dos años y fruto de ella tuvo lugar la primera crisis del equipo de Monteserín: los reconocimientos de crédito, que el resto de la corporación se negó a aprobar en bloque, forzando a los servicios municipales a buscar otra fórmula para pagar facturas pendientes, algunas con varios años de antigüedad. Pero hubo otras crisis en las que la oposición no tuvo nada que ver, aunque intentara sacar rédito político de ella. Es el caso de los enfrentamientos con la plantilla municipal, recrudecidos en las últimas semanas por el caso de las monitoras de las escuelas de 0 a 2 años, los problemas con el nombramiento del director del conservatorio Julián Orbón -los tribunales ya han anulado dos- y los pagos irregulares del área de Festejos, que también está en los juzgados.

Impulsar las infraestructuras pendientes

No todo lo que ocurre en Avilés es responsabilidad del gobierno local, aunque haya proyectos ajenos que le salpiquen. La ciudad vive una parálisis en lo que a grandes infraestructuras se refiere, que están estancadas desde hace tiempo o llegaron a comenzar pero no se han rematado y para las que varias voces piden a la administración local que reclame acciones y no meras palabras. Es lo que ocurre con los accesos al Parque Empresarial Principado de Asturias o el colector industrial, que  a pesar de estar muy avanzados no se acaban de poner en funcionamiento. Otros proyectos que se quedaron en eso -y que ahora hay que cambiarlos- son la ronda norte, cuyo trazado discutió en los tribunales el vecino consistorio de Castrillón, o la eliminación de la barrera ferroviaria, sobre la que el Ministerio de Fomento no se pronuncia desde hace años.

Desarrollar sus grandes apuestas de la legislatura

Al inicio de la legislatura, mejor dicho durante la campaña electoral, el PSOE definió las que serían sus grandes apuestas para los próximos cuatro años y algunas de ellas ya están en marcha. Es el caso de la fundación para el aprendizaje del español, que pretenden tener activa en la próxima primavera, o planes de vivienda para jóvenes en los barrios, para afianzar población -está aún arrancando. Desarrollar el plan especial de mejora del casco antiguo era otra de sus pretensiones y ya se ha aprobado de manera inicial. Lo más avanzado es el Parque Tecnológico Isla de la Innovación -herencia del anterior gobierno, con el que se pretende convertir la ciudad en un polo que atraiga el talento e inversiones. Se han producido reuniones, asistencias a congresos, establecido contactos… básicamente se ha trabajado el aspecto promocional. Aún no se han visto resultados.