Los jóvenes avilesinos «migran» y rejuvenecen los barrios más empobrecidos

Noelia Rodríguez REDACCIÓN

AVILÉS

RECEPCIÓN DE LOS REYES MAGOS EN LA PLAZA MAYOR DE LLARANES
RECEPCIÓN DE LOS REYES MAGOS EN LA PLAZA MAYOR DE LLARANES

Los alquileres más baratos propician que Villalegre, Llaranes, Jardín de Cantos o La Carriona ganen población

03 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos años la estampa de Llaranes o La Luz era muy distinta a la que presenta ahora. Son barrios que nacieron a la sombra de Ensidesa y su población ha estado casi siempre vinculada a los trabajadores de la empresa siderúrgica. Muchos de ellos llegaron allí hace 50 años y aún no se han ido. Esto hacía que fueran barrios avilesinos muy envejecidos, donde la población jubilada era mayoritaria. Ya no es así y por sus calles pueden encontrarse a numerosos jóvenes, que incluso tienen niños. No es un hecho aislado de estos barrios, también se da en La Carriona, Jardín de Cantos o el polígono de La Magdalena. Es algo que uno puede ver dándose una vuelta por allí, pero que sobre todo detectan los vecinos de estos barrios, considerados más empobrecidos. Ven como día a día hay más jóvenes, muchos de ellos que empiezan a tener niños. Así se recoge en un estudio elaborado en los primeros meses de este año por Evelyn Zepeda y Adriana Momparler, estudiantes del Máster en Intervención e Investigación Socioeducativa de la Universidad de Oviedo.

Por el contrario se detecta como en barrios del centro, como es El Quirinal, se mantiene el nivel de población, pero los vecinos achacan que «los jóvenes se han ido». A pesar de ello sigue siendo una de las zonas de Avilés donde más población joven hay, así como niños. Lo mismo ocurre en el polígono de La Magdalena, una zona que ha sufrido un rejuvenecimiento espectacular en los últimos años, pero debido sobre todo al boom inmobiliario. A la zona han llegado unas 800 personas en el entorno de La Grandiella atraídos por las nuevas construcciones, buena parte de ellas de protección oficial, a precios más asequibles que los del mercado ordinario. Han supuesto aire fresco al barrio, pues se trata mayormente de parejas jóvenes que empiezan a crear una familia, pero también es gente que hace poca vida en la zona. Se trata de gente que vive en La Magdalena, pero se traslada a diario por cuestiones de trabajo a otros barrios de Avilés o fuera de la ciudad -las viviendas están muy próximas a las salidas del concejo.

La cercanía a la autovía fue lo que hizo que las nuevas construcciones que hace aún más años se levantaron en La Luz se llenaran de jóvenes que trabajaban fuera de la ciudad y encontraban una conexión perfecta a unos precios muy competitivos. Esa población ahora se está asentando y está creciendo, aunque lo hace a pesar del importante descenso demográfico del concejo. Muestra de ese crecimiento se encuentra en las matrículas de los colegios de cara al próximo curso escolar. Los de La Luz, Villalegre, Llaranes y el Apolinar Hevia son de los que han registrado un ligero incremento de inscripciones. Eso frente a la pérdida de alumnado que tanto estos centros como otros venían registrando. Se da también la circunstancia de que dos de las tres escuelas de 0 a 3 años que hay en la ciudad se encuentran en barrios supuestamente envejecidos como son la de Jardín de Cantos y La Magdalena.

 El doble de alquiler a un kilómetro de distancia

Al margen de esas nuevas construcciones de La Luz o el polígono de La Magdalena mucha de esa población joven que está rejuveneciendo los barrios no se ha mudado a pisos nuevos, sino a los que ya existen desde hace décadas. ¿Por qué eligen esos en lugar de otros de similares características que se encuentran en el centro? La razón es bien sencilla: la gran diferencia que existe de precio. Dos viviendas, con las mismas características, y que distan entre sí más o menos un kilómetro de distancia, pueden llegar a costar una el doble que otra. Echando un ojo al mercado inmobiliario podemos encontrar pisos de alquiler de tres habitaciones en Villalegre por 250 euros al mes. Un inmueble con los mismos metros en Fernando Morán tiene un arrendamiento de 500 euros al mes. Y esa diferencia, en época de crisis económica, es muy importante.

Jardín de Cantos, Villalegre, Llaranes, La Carriona o La Luz ofrecen alquileres a entre 250 y 350 euros, incluyendo algunos hasta plaza de garaje. Incluso los hay un poco más baratos, pero se trata de antiguas edificaciones que no cuentan con ascensor, algo que disminuye fuertemente su valor. Si nos vamos a buscar alquiler al centro de Avilés -con las mismas tres habitaciones y ascensor- no hay nada por debajo de los 450 euros, llegando incluso a superar los 600 euros al mes algunas propiedades de Las Meanas, que ha acabado por convertirse en la zona más cara de la ciudad para vivir. Ha quedado para quienes pueden permitírselo, otros han decidido migrar a barrios desfavorecidos o quienes ya vivían en estos decidieron no irse una vez se independizaron.

Precisamente que gente joven llegara a los barrios más envejecidos era una de las propuestas electorales del gobierno local. Se trataría de un plan, aún por desarrollar, que serviría también para asentar población en el municipio y luchar contra la sangría demográfica. De momento la única acción que se ha llevado a cabo en este sentido ha sido impulsar una reforma del Plan General de Ordenación Urbana para rehabilitar las antiguas viviendas de maestros de La Luz y La Carriona. Una vez listas se sacarían al mercado de alquiler para los jóvenes y serían gestionadas por la Fundación San Martín.