La vuelta al mundo en busca de un árbol

Noelia Rodríguez REDACCIÓN

AVILÉS

El periplo del Ayuntamiento de Avilés le lleva al extranjero para adquirir una nueva paulonia, una especie con beneficios medioambientales

27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Damos por hecho que los árboles que lucen en las ciudades poco menos que salieron solos y, en lugares en que llueve de forma abundante como Asturias, que ni siquiera es necesario prestarles mucha atención para que estén siempre saludables. Sin embargo no suele ser así, no se autocuidan ni aparecen de la nada. Están puestos por el ayuntamiento en la mayor parte de los casos, y eso es así de forma literal. Pero esto puede suponer que tengan que remover cielo y tierra para dar con lo que buscan. Eso u organizar una búsqueda por diversos países a la caza del árbol deseado. El cuidado de parques y jardines corresponde a las administraciones locales y aunque puede parecer una tarea baladí puede llegar a dar más de uno, de dos y de tres dolores de cabeza a sus responsables. Es lo que ocurre en Avilés, desde hace un año, para sustituir una paulonia y que ya les ha hecho poner la vista fuera de las fronteras españolas al no encontrar posibilidades razonables en nuestro país.

Existía un hermoso y grande ejemplar de estas características en la plaza José Martí. Llevaba tanto tiempo allí que se había convertido en uno más del paisaje y cuando el consistorio decidió talarlo ante el riesgo de derrumbe que tenía dejó un inmenso vacío. En este caso también literal. Dadas sus dimensiones el diámetro de su tronco y raíces eran considerables, por lo que dejó un hueco que se ha tapado con una superficie de chapa a la espera de encontrar un sustituto y para evitar accidentes entre los peatones. La espera iba a ser temporal, pero de eso hace ya un año y el tema parece que va para largo, según ha reconocido el concejal de mantenimiento y servicios urbanos, Miguel Ángel García Balbuena.

La cuestión radica en la especie en particular que estaba en la plaza José Martí y el hecho de que se quiere colocar otro ejemplar igual. Se trata de una «paulownia tomentosa» una especie muy bien considerada, que tiene beneficios desde el punto de vista medioambiental para la población que se encuentre próxima. Proveniente de China es un árbol capaz de capturar el 50% del gas carbónico que le rodea para sustituirlo por oxigeno. ¿Cuál es el problema entonces? Que el Ayuntamiento de Avilés no encuentra un ejemplar idóneo en España y está mirando hacia otros países para poder conseguir el árbol en cuestión.

Más de 8.000 euros por un ejemplar

En los viveros en que habitualmente compra plantas y árboles el área de jardinería municipal no disponen de paulonias o no de las dimensiones que quiere el consistorio avilesino. Ha llegado a encontrar dos ejemplares, pero a la hora de ver el precio se ha echado para atrás. Por uno le pedían unos 1.200 euros, «pero sus hojas tenían poca calidad», según el concejal responsable, y por otro 8.040 euros. A esas cifras habría que sumar el impuesto del IVA y los gastos de transporte que, según García Balbuena, en este tipo de casos suelen ser bastante elevados.

 Puede que de manera previsora -la paulonia que se retiró el año pasado tenía 80 años- o con la intención de incrementar el número de paulonias que tiene la ciudad, y aprovechar sus beneficios medioambientales, el vivero municipal cuenta con un ejemplar de paulonia, pero es pequeño. «Mide 1,4 metros y eso en la plaza quedaría ridículo, así que no podemos plantarlo», asegura el edil. Para hacerlo habría que esperar unos cuantos años, cuando el árbol tuviera unas dimensiones considerables y más acordes a la plaza de José Martí. Ante esta situación el consistorio ha empezado a interesarse por el mercado exterior y ver qué le ofrecen. Dado que las paulonias son originarias de China tampoco sería descabellado que la compra llevara al ayuntamiento hasta el continente asiático.

El departamento de parques y jardines de Avilés lleva el control del estado en que se encuentran los árboles del municipio -cuyo número total asciende a 12.0000 ejemplares- y, en función de su salud, es habitual que opten por derribar algunos, normalmente porque se encuentran en riesgo de caer por diversas razones y son un peligro incipiente para la seguridad ciudadana. «Aunque el riesgo cero no existe, el objetivo es reducirlo al máximo posible», aseguró el concejal responsable. El pasado mes de mayo se programó la tala de una veintena de ejemplares, que en su mayor parte tenían entre 40 y 70 años, pero también había seis árboles centenarios.