El congreso del PP de Avilés llega a los tribunales

Noelia Rodríguez REDACCION

AVILÉS

Alfonso Araujo, el candidato, y Francisco Zarracina
Alfonso Araujo, el candidato, y Francisco Zarracina

Araujo, el candidato heredero de Maniega y Aréstegui, denuncia irregularidades que favorecerían a De Rueda, la apuesta de Mercedes Fernández

24 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La elección del próximo presidente del PP de Avilés está en estos momentos en manos de un juez. Alfonso Araujo, el candidato díscolo con la dirección regional y continuista con anteriores ex presidentes locales como Joaquín Aréstegui y Carmen Rodríguez Maniega, ha presentado este viernes la petición de suspensión cautelar del congreso que debe celebrarse el próximo 3 de marzo. Lo hace después de haber amenazado pública y formalmente a la comisión electoral de ir a los tribunales si el órgano no lo paraba para subsanar las supuestas irregularidades que su equipo había detectado en el censo. Su intención es frenar cuanto antes un proceso que cree no está siguiendo el procedimiento correcto y para evitar que ocurra como en el de Gijón, en que se reconoció este punto después de haber votado y el juez decidió mantener el resultado. La idea de Araujo es que el juzgado pueda tomar una decisión acerca de si suspende o no el congreso antes del 3 de marzo, día en el que centenares de afiliados del PP de Avilés están llamado a votar y elegir al que será su nuevo presidente.

 Desde que se convocó el congreso el candidato y concejal avilesino ha manifestado en varias ocasiones su sensación de jugar con cartas marcadas, que su contrincante, Pedro de Rueda, diputado regional, presidente de la actual gestora y afín a Mercedes Fernández, lo tenía más fácil y que se le estaba favoreciendo. Los miembros del consejo electoral son personas más cercanas a De Rueda cuando en anteriores ocasiones lo eran a a Aréstegui. En esas ocasiones su contrincantes también denunciaron trabas para presentar su candidatura y llegaron a acudir a los juzgados. Araujo está ahora en ese lado, aunque asegura que los defectos encontrados son suficientemente graves como para que se suspenda el congreso. Ha puesto en duda a casi un centenar de afiliados que aparecen en el censo y cree que se han admitido porque votarían a su adversario.

El equipo de Araujo ha encontrado afiliados domiciliados en ubicaciones que no existen, que son de otras localidades asturianas -hay alguno con dirección de Coruña o Extremadura- incluso en oficinas. Según su interpretación de los estatutos los afiliados deben estar censados en una casa de Avilés. Desde el comité electoral lo niegan y dicen que «la afiliación se solicita en el lugar donde se trabaja o donde se tenga el domicilio o en la junta local donde se desee desarrollar la actividad política». En este último caso estaría el propio De Rueda y el portavoz municipal, Carlos Rodríguez de la Torre, quienes junto a una tercera persona han puesto como dirección una oficina de Avilés. Araujo también se ha encontrado con cuotas de afiliados de 10 y 15 euros pagadas en ventanilla cuando «a mi se me dijo que tenían que ser mínimo de 20 euros y domiciliadas». Se queja de que «el comité viene a decir que puede pertenecer al PP de Avilés quien quiera y sea de donde le dé la gana».

Desbancar la herencia de Aréstegui

Los congresos locales del PP en Asturias han estado marcados en muchas ocasiones por este tipo de polémicas. El de Avilés no iba a ser menos: en juego está desbancar la herencia de Aréstegui, quien dirigió a los populares avilesinos durante 22 años, hasta que dimitió por estar investigado, junto a su mujer, en la trama Pokémon. Desde entonces la presidenta autonómica del PP ha intentado imponerse en la ciudad, para lo que tuvo que derrocar a una presidenta local que le intentó disputar el liderazgo de los populares asturianos e imponer una gestora presidida por el mismo que ahora es su candidato a presidir, oficialmente, el partido. Lo hace después de haber traído sabia nueva al partido. De Rueda presume de haber tramitado cerca de medio millar de nuevas afiliaciones en los casi nueve meses que lleva al frente de la gestora. «Hemos venido a abrir puertas y ventas» es una de sus declaraciones más repetidas en este tiempo para reflejar la llegada de nuevos afiliados y de una nueva forma de llevar el partido en la ciudad, después de que desde 1993 estuviera en manos de Aréstegui y sus seguidores.

Los que se pueden considerar la vieja guardia del PP avilesino son los que siguen a Araujo, los mismos que hace unos meses dieron a Rodríguez Maniega la gran parte de los votos que recibió para desbancar a Mercedes Fernández de la presidencia autonómica y los que antaño apoyaban a Aréstegui. Los nuevos no lo son tanto porque, al fin y al cabo, son los que están del lado de Fernández. La división que existe ahora en el partido es la misma que desde casi el inicio de la legislatura existe en el seno del grupo municipal del PP y que ha llevado a que no haya casi relación entre una y otra parte, que cuando la hay sea tensa y que en ocasiones, especialmente cuando tiene que ver con aparecer en los medios de comunicación, poco menos que se contraprogramen. A ello se suma que el comité de garantías del PP asturiano estudia si abrir expediente a los tres concejales díscolos por criticar en una rueda de prensa la actuación del portavoz municipal y otro más a uno de ellos por haber amenazado, supuestamente, con «hacer llorar» a otra concejala, de las del otro bando