Generación del 94: jóvenes aunque sobradamente preparados

Javier Braña de la Hoz
Javier Braña OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Lucas Torró en la disputa de una falta lateral
Lucas Torró en la disputa de una falta lateral CESAR QUIAN

Tres de los jugadores que más están destacando en el inicio liguero del Oviedo nacieron en este año

20 sep 2016 . Actualizado a las 13:43 h.

Intentando sacar conclusiones positivas del mal arranque liguero del Real Oviedo, podemos hablar del carácter que están mostrando los jugadores más jóvenes de la plantilla. El conjunto carbayón ha intentado mezclar juventud y veteranía en una plantilla que, aunque en un principio se esperaba que fuese más corta, cuenta con 25 jugadores con ficha del primer equipo.

Entre los jóvenes, los más destacados han terminado siendo los nacidos en 1994.

Varela

Varela centra un balón en el Carlos Tartiere
Varela centra un balón en el Carlos Tartiere CESAR QUIAN

El joven granadino nació el 26 de octubre de 1994. Aún no ha cumplido 22 años y ya ha demostrado la personalidad suficiente como para hacerse dueño del lateral izquierdo de la zaga del Oviedo. 

Tras jugar 22 partidos en Segunda División y otros 14 en Primera con el Betis, no consiguió consolidarse como la promesa de futuro que esperaban los sevillanos tras haber sido internacional sub18 y sub19. De esta manera, en este último mercado de verano se desvinculó de los verdiblancos y llegó a la capital del Principado para firmar un contrato de dos años.

En su primera actuación -en Villaviciosa ante el Lealtad- mostró su carta de presentación y fue uno de los hombres más destacados de un encuentro en el que el equipo dejó mucho que desear. A pesar de que durante dicha pretemporada Peña fue uno de los jugadores con más minutos, Fernando Hierro enseguida dejó claro quien era el titular con el inicio de la liga regular.

 El lateral andaluz ha demostrado que puede ser ese defensa ofensivo que tanto se echaba en falta en el Tartiere. Aún con muchas cosas por corregir en el aspecto defensivo, la dupla que forma con Nando en ese carril es un peligro constante para los rivales.

Nando

Nando controla un balón ante el Almería
Nando controla un balón ante el Almería CESAR QUIAN

Fernando García Puchades, Nando, nació el 13 de junio de 1994 en Paterna. El caso del extremo del conjunto azul es el más evidente. El jugador valenciano está siendo uno de los mejores partido tras partido y se ha convertido en la revelación del Oviedo. Si no hubiera sido eclipsado por la llegada de Michu, sin duda alguna estaríamos hablando del futbolista más ilusionante de la plantilla.

Desde luego parece que el Oviedo está puliendo un diamante en bruto. Llegó este verano cedido del Valencia tras renovar hasta 2019 con el conjunto ché. En abril de 2015 ya le habían atado con un contrato hasta 2018, supuestamente para evitar una fuga hacia Barcelona o Madrid.

 El número 22 del Real Oviedo aporta verticalidad, calidad, desborde y definición. Tiene todas las cualidades que se le pueden exigir a un atacante. También ha quedado demostrada su capacidad de sacrificio en defensa, aunque le falta madurar en ciertos aspectos. Cuando el partido se rompe, Nando es el primero en descontrolarse. Hay tramos de los partidos en que corre detrás de todos los balones, sin criterio, y termina haciendo faltas innecesarias que perjudican al equipo.

Lucas Torró

Lucas Torró protege el balón ante la presión del Almería
Lucas Torró protege el balón ante la presión del Almería CESAR QUIAN

Lucas Torró nació el 19 de julio de 1994 en Concentaina, Alicante. Este mediocentro larguirucho se ha convertido en un imprescindible de los planes de Hierro. 

Con 1,90 metros de altura el mediocentro alicantino destaca por el gran manejo de su cuerpo y por su inteligencia táctica a la hora de defender. Desde su llegada ha encajado a la perfección en el esquema del técnico malagueño y parece claro que no se moverá del once de gala.

Es un tipo de mediocentro que no se había visto en el Tartiere. Cubre mucho terreno y ayuda a sacar el balón a la línea defensiva. Salvando las distancias, es evidente el parecido de su juego con el de Sergio Busquets. Aún le queda mucho para llegar a un nivel similar al del mediocentro catalán, pero en lo que más distan el uno del otro es en la verticalidad. El jugador alicantino aún no muestra la confianza suficiente como para dar profundidad a la transición defensa-ataque, abusa de los pases de seguridad.

Ya demostró en pretemporada que está capacitado para meter balones entre líneas y realizar desplazamiento en largo, solo es cuestión de mostrar esa personalidad de la que tanto habla Hierro. En el último partido ante el Getafe ya se notó un cambio de actitud en este sentido, logró el único gol de los azules y estuvo cerca de lograr el segundo.

 Menos protagonistas

Con menos protagonismo, pero con mucho por demostrar en una liga que es muy larga, hay otra serie de jugadores jovenes que han llegado al primer equipo para aportar. 

Héctor Nespral (1993)- El ovetense es el único jugador del filial en el que Hierro ha confiado para que tenga ficha del primer equipo. Después de debutar en el último partido de la temporada pasada ante Osasuna (0-5) ya ha demostrado personalidad suficiente para estar en el primer equipo. Fue uno de los hombres que pagó en aquella jornada el mal trabajo de toda una temporada de la que él no había sido partícipe.

Alaniz (1993)- El extremo uruguayo demuestra tener cualidades pero no demuestra saber tomar buenas decisiones. Aún le queda mucho por mejorar pero podría ser un de los hombres claves partiendo desde el banquillo.

Alfonso Herrero (1994)- El joven portero toledano es una clara apuesta de futuro. En los entrenamientos se están pudiendo ver sus cualidades y, a falta de verle en partido oficial, tiene todas las cualidades para triunfar. Destaca especialmente por sus reflejos y su uno contra uno.

Oscar Gil (1995)- Comenzó a ser titular tras lesión de Verdés aunque muchos ya pedían que se le diese la oportunidad. El central Navarro juega partidos distintos dentro de un mismo partido, es capaz de lo mejor y de lo peor. Su punto fuerte, sin duda, es el manejo del balón y la velocidad que le da al mismo.