El vértigo del Real Oviedo

Manuel Lafuente
Manuel Lafuente TRIBUNA

AZUL CARBAYÓN

24 dic 2016 . Actualizado a las 09:18 h.

Transcurridas 19 jornadas de la liga 123 y a dos de finalizar la primera vuelta, tiene lugar el parón habitual por las fiestas navideñas. Es obligado el hacer un repaso y valoración de lo acaecido hasta ahora y tratar de adivinar el futuro y las posibles decisiones que el Oviedo debe o puede tomar para tratar de conseguir mejorar o aclarar el mismo, acercándose lo más posible al objetivo soñado, que no es otro que la ansiada vuelta a la división de honor, hoy denominada Liga Santander.

El equipo está en estos momentos en el decimosegundo lugar de la clasificación, a un punto de los puestos de play off, a siete del ascenso directo y a cinco del descenso, también directo, que a todas partes hay que mirar.

Un año más parece que el vértigo de las alturas le afecta a nuestro Real Oviedo, pues en el momento que parecía acercarse al objetivo llegando a ocupar puestos de ascenso directo se inició un proceso de retroceso que nos ha bajado hasta el puesto actual en la clasificación. Lo que era un equipo con solidez defensiva se ha trastocado en un equipo endeble que encaja goles con facilidad. Lo que era un equipo que aprovecha las mínimas oportunidades se ve ahora incapaz de conseguir goles que signifiquen puntos. Y porque negarlo, lo que era un equipo tocado por la fortuna y al que los contrarios desaprovechaban oportunidades claras, en estos momentos con poco o casi nada nos hacen goles. !Esto es fútbol¡, acabamos sentenciando.

Ciertamente algunas cosas no están saliendo bien. Se ha renovado bastante el equipo de la temporada pasada, pero, salvo en la portería, en la que Juan Carlos parece haberse ganado el puesto, y Lucas Torro en el centro del campo, los jugadores más habituales en las alineaciones son los que continúan de la temporada pasada. Las incorporaciones no podemos decir que se hayan asentado ninguno y algunos ni siquiera se cuenta con ellos como resolutivos en caso de necesidad.

Llega el momento de considerar lo que se consideran fichajes de invierno y comienzan los rumores de posibles candidatos a incorporarse a la plantilla. Debo de confesar que soy bastante escéptico respecto a este tipo de incorporaciones. Son jugadores que en su mayor parte han competido poco desde el inicio de temporada y cuyo cambio de equipo se debe más a la necesidad y conveniencia del club de origen en aligerar plantilla que al interés del jugador por incorporarse a su nuevo club. En fin, hemos de tener fe y confiar en el acierto de quien toma las decisiones y que por una vez demuestre que estamos equivocados.

Respecto del míster, Fernando Hierro, el tiempo ha resuelto pocas dudas de las que todos al comienzo de temporada padecimos. Ha demostrado personalidad, pero no ha sabido transmitirla plenamente al equipo. Apostó por un equipo sólido en defensa y escasa posesión de balón y si al principio pareció darle buenos resultados, no parece haberse consolidado el juego. Ha ido dando oportunidades a las nuevas incorporaciones sin que haya conseguido sacarles el máximo provecho. O al menos el que se esperaba de todos. Un aprobado sin más. Quizás más alejado del suspenso que del notable, pero el Real Oviedo necesita más, mucho más.

El año termina, futbolísticamente hablando, con el mundialito de clubs y el controvertido VAR. Tiempo habrá para comentar. De momento diremos que no ha de ser tanto debatir el qué, sino  el cómo.

Feliz 2017