La Pizarra: Mismo once, mismas carencias

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquela Horizontal.Anquela durante el entrenamiento
Anquela durante el entrenamiento

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

09 oct 2017 . Actualizado a las 15:19 h.

La convocatoria, ya sabida de memoria por la mayoría de oviedistas, lo dejaba entrever y así fue: Anquela repitió once en el Miniestadi, el mismo que el pasado lunes empató ante el Real Zaragoza en el Carlos Tartiere. Las lesiones han obligado al entrenador azul a apostar por los mismos 16 jugadores en este inicio de temporada, algo que sin duda le está quitando frescura y dinamismo al banquillo oviedista. 

Con la defensa más utilizada sobre el césped y con Forlín volviendo a acompañar a Folch en la medular, la creación recaía, casi por completo, en los hombros de Aarón Berjón. En ambas partes se pudo ver los problemas y las virtudes que viene mostrando el Oviedo en este inicio de curso: la falta de contundencia defensiva en ciertas fases del encuentro y el ritmo alto cuando todos los hombres van coordinados a la presión y Ñíguez y Saúl toman el control de la situación.

El aspecto táctico

Juan Antonio Anquela puso en liza su esquema habitual, un 4-2-3-1 claro donde Folch y Forlín formaban un doble pivote muy lineal, en el que ninguno se descolgaba buscando el área rival. En los primeros minutos el Oviedo se atrevió y se lanzó a morder el inicio de juego del Barcelona B. Toché lideraba una presión alta que puso en apuros al filial azulgrana, obligando a un Ortolá que no tenía ningún problema en jugar en largo.

En esos minutos Aarón Ñíguez se exhibió y se mostró como el gran canalizador del juego azul. El ilicitano fue el enganche perfecto, aportando dinamismo y velocidad en la zona donde es más peligroso aportarlo y combinándolo con una gran toma de decisiones. Con un Saúl menos acertado en dicha primera parte, Aarón fue el prinicipal argumento ofensivo.

La cosa se torció cuando comenzaron a aparecer Arnaiz y Aleñá. El talaverano y el mataronense demostraron que son los dos canteranos culés con más opciones de instalarse en la élite del fútbol español y pusieron en serios problemas el entramado carbayón. Aleñá, que partía desde el flanco izquierdo, se sumaba al carril central, combinando con los interiores culés y generando superioridad numérica en la medular. Por su parte, Arnaiz aprovechaba las pugnas del Choco Lozano con los centrales azules para tirar continuos desmarques a la espalda de Carlos y Verdés. Así llegó el 1-0

Tras el gol culé llegaron los peores minutos del Oviedo, incapaz de hilvanar tres pases seguidos y asentar la posesión en campo rival. El descanso fue el mejor aliado del conjunto de Anquela, que perdía ante un equipo que quizá no había hecho méritos para merecerlo. El paso de vestuarios, como en otros partidos, puso en valor la incidencia del míster, ya que el conjunto azul volvió a empezar un segundo tiempo mejor que su rival. Mejoría que desembocó en el empate al aprovecharse de una jugada a balón parado y que pudo culminarse en victoria si Owusu hubiera estado más acertado en los minutos finales del encuentro. 

Los cambios

Al igual que la convocatoria, las numerosas bajas hacen que el banquillo del Real Oviedo también sea previsible. Miguel Linares volvió a ser el primer recurso que utilizó Juan Antonio Anquela. El aragonés sustituyó a un desaparecido Pucko en el 52' y ocupó el puesto de segundo punta. No fue el día del 10 azul, ya que todas sus acciones, desde la primera a la última, no sumaron mucho al colectivo. Malos controles y pases que no llegaban al destinatario deseado no le dieron la fluidez necesaria al ataque carbayón. 

Por segundo partido consecutivo, Saúl Berjón no completó los 90 minutos y su puesto lo ocupó Owusu. Aarón se fue a la izquierda dejando al ghanés la banda derecha, buscando así que atacara el espacio generado por las disputas de Toché con los centrales. El ex del Toledo no estuvo afortunado y, al igual que Linares, no fue el revulsivo necesario. Aun con todo, Owusu tuvo la mejor oportunidad para llevarse los tres puntos del Miniestadi: una presión alta al inicio de juego azulgrana terminó con un robo de Forlín, el balón quedó suelto y el africano, solo en el área pequeña y con Toché a su izquierda esperando para empujarla, no tuvo la frescura de ideas necesarias y optó por tirar sin levantar la cabeza, yéndose el esférico a la izquierda del primer palo.

En el 92', habiendo añadido Figueroa Vázquez cuatro minutos, entró Mossa por Christian. El lateral valenciano no pudo entrar en juego y, debido a la quinta amarilla vista por Christian, tendrá ante el Tenerife la oportunidad que lleva varios partidos mereciendo