La Pizarra: El trivote no fue suficiente

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquelahorizontal.Anquela durante el partido ante el Zaragoza
Anquela durante el partido ante el Zaragoza

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

12 oct 2017 . Actualizado a las 10:09 h.

Nota: 6, Bien.

Insistió el técnico del Real Oviedo por semana en la idea de que el Tenerife es la mejor plantilla de la categoría y tomó medidas para intentar contrarrestar dichos recursos. Juan Antonio Anquela aprovechó la vuelta de Mariga y Diegui a la convocatoria y volvió a apostar por un 4-3-3 que ya le dejó buenas sensaciones en Almería, en la segunda jornada de competición. 

Tras un encuentro que vuelve a dejar impresiones similares a la de anteriores jornadas, el Oviedo encadena tres partidos consecutivos sin perder... y cuatro sin ganar. Zaragoza, Barcelona B y Tenerife son rivales que estarán arriba al término de la competición, pero dejar pasar la ocasión de sumar de tres en tres cuando en dos de estos partidos el equipo azul se adelantó en el marcador es una losa que empieza a pesar en la cabeza de los futbolistas.

El aspecto táctico

De manera obligada debido a la lesión de Christian, Mossa fue por primera vez en la temporada liguera titular en el flanco izquierdo de la defensa. Como dijimos antes, Anquela diseñó un trivote en el que Forlín ejercía de ancla y Folch y Rocha de interiores. Arriba, Aarón y Saúl ocupaban los flancos y Toché la punta del ataque. Y digo los flancos, sin especificar, porque ambos mediapuntas se movieron e intercambiaron su posición en el frente ofensivo durante todo el primer tiempo. Ñíguez y Berjón siguen siendo la gran certeza de este Real Oviedo y de sus botas nació el 1-0.

El conjunto carbayón no sufría y el trivote se asentaba con el paso de los minutos. Folch y Rocha, aprovechando la presencia de Forlín, saltaban una línea y ejercían una agresiva presión sobre Aitor Sanz y Vitolo, imposibilitando de esta manera la creación de juego del Tenerife

Pero en la segunda parte volvieron los fantasmas. Martí recurrió a ese fondo de armario que tanto temía Anquela y el eléctrico Juan Villar entró al césped tras el descanso. Aarón y Saúl comenzaron a notar el esfuerzo y al Oviedo se le apagó la luz en ataque, permitiendo al Tenerife dar un paso hacia adelante. Al trivote también se le fue acabando la gasolina, liberando a un centro del campo isleño con ganas de jugar. 

Villar leyó bien el encuentro y desde el inicio del segundo tiempo se dispuso a tirar desmarques a la espalda de la zaga azul. Actuando de nueve, su posición era un quebradero de cabeza para Carlos y Valentini, cómodos en las disputas aéreas pero frágiles al espacio. Así llegó el empate: Aitor se llevó una segunda jugada en la medular (precedida de una clara falta a Toché), condujo y de exterior puso un perfecto balón a la espalda que Juan Villar, con una brillante definición, transformó en el 1-1. El Tenerife no tuvo muchas más y el Oviedo consiguió acabar el partido en el área rival, siendo los centros laterales la única arma ofensiva. 

Los cambios

La lesión muscular de Héctor Verdés a los tres minutos de comenzar el segundo tiempo trastocó por completo los planes de Anquela. El técnico tuvo que dar entrada a Valentini, gastando así una bala que pensaba utilizar para dar frescura al ataque azul. El argentino, que llevaba sin jugar un partido liguero desde la primera jornada, cumplió y no pasó mayores apuros.

Cuando más le costaba al Oviedo llegar al área del Tenerife, el entrenador andaluz apostó, una jornada más, por Linares y Owusu. El aragonés sustituyó a David Rocha, pasando así a un 4-2-3-1 que puso en más apuros a unos cansados Forlín y Folch. Por último, el atacante ghanés entró por Aarón y, al igual que Linares, no pudo dar al conjunto carbayón lo que requería el momento del encuentro.

Los cambios de ambos conjuntos reflejaron la diferencia de nivel en el tan mencionado fondo de armario. Mientras que el Tenerife igualó el partido mediante a Juan Villar y se asentó en campo contrario gracias a Tayron, los dos partiendo desde el banquillo, Anquela no encontró soluciones de calidad y el ataque se quedó cojo con el paso de los minutos.