La inminente incorporación de Rafa Mújica vuelve a abrir el debate de si se acertará con el delantero
25 ago 2020 . Actualizado a las 07:51 h.LaLiga SmartBank acostumbra a cambiar de nombre cada cierto período de tiempo. El dinero se ha convertido en el motor de lo que ya se conoce como fútbol negocio, un sinónimo del fútbol actual, aunque no en todas las categorías esta herramienta conduce al éxito. Sin duda, una de las que cada temporada lo demuestra es la Segunda División española -ese nombre nunca cambia- que en los últimos días nos ha vuelto a brindar un ejemplo perfecto de que el dinero no compra la felicidad.
El Elche consiguió ascender a Primera División dejando al Girona con la miel en los labios, lo cual ha supuesto que ninguno de los tres mayores presupuestos de la categoría hayan conseguido mejorar de categoría. En Girona, Almería y Vallecas parece que esta temporada han aprendido la lección que tantos años llevan grabándose muchos otros equipos. Tampoco es la Segunda División una categoría de nombres, que se lo pregunten a Cristhian Stuani.
El Real Oviedo se encuentra ante un mercado al que podrá acudir con una situación casi privilegiada, al no tener deudas y haber conseguido liberar una parte de su masa salarial para afrontar nuevos fichajes. Sin embargo, parece que Arnau tiene bien sabida la lección que mencionábamos antes. Quizá por ello no le tiemble el pulso a la hora de firmar la cesión de Rafa Mújica, a pesar de que el delantero canario sólo pudo firmar 4 goles la pasada temporada con el Villarreal "B".
Hace unos días, Lalo Arantegui comentó que hizo una apuesta muy parecida a la de Arnau la temporada pasada, y que terminó por explotar en La Romareda consiguiendo nada menos que 19 dianas. La historia de Luis Suárez y su cesión desde el Watford al Zaragoza ha sido una de las más destacadas de esta temporada, y es que nadie puede garantizar que no ocurra lo mismo con Rafa Mújica -cedido del Leeds- y su cesión al Real Oviedo. Tampoco se puede asegurar que lo vaya a hacer.
El beneficio de la duda es algo que durante los últimos años muchos aficionados deciden no otorgar a los fichajes que realiza su equipo. Aquellos que optan por no dejar demostrar su valía a los nuevos fichajes no es que estén equivocados, pero sí deberían saber que en la Segunda División los nombres no meten goles, ni tampoco paran penaltis, ni mucho menos dan los 3 puntos. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar, y aunque el aval de esta temporada de Rafa Mújica no sean precisamente sus números -y sí su proyección y calidad, que de esas va sobrado- el canario puede ser esa apuesta que se le aplauda a Arnau a final de temporada. Los únicos que lo juzgarán serán los resultados.