El talentoso centrocampista, una de las mejores noticias de la pretemporada, busca derribar la puerta de acceso al primer equipo
06 sep 2020 . Actualizado a las 10:00 h.Pocas veces los de abajo tienen las cosas fáciles para llegar al primer equipo. En el Real Oviedo, últimamente es todavía más complicado reivindicarse y el camino hacia el primer equipo muchas veces tiene un atajo fuera del club. Un ejemplo de verse obligado a marchar para regresar con un mayor estatus es Riki Rodríguez (Oviedo, 25/09/1997).
El canterano azul, tras su formación hasta juveniles en El Requexón, inició un periplo que le llevó a jugar en Tineo, Luanco y Langreo antes de regresar la temporada pasada al filial azul. Su sobresaliente progresión llamó la atención de equipos como el Celta de Vigo y el Real Oviedo no se pudo permitir el lujo de perder a un futbolista como el ovetense. Le firmó un contrato de larga duración con opción al primer equipo a partir de su segundo año.
Por derecho y por el acuerdo llegado entre ambas partes, Riki debería ser futbolista del primer equipo. Pero no iba a ser tan sencillo. Francesc Arnau adelantó el pasado 22 de julio que «Viti y Riki harán la pretemporada y luego decidiremos». Si la decisión se ha de basar exclusivamente en lo visto durante estos cuatro amistosos, ambos canteranos se han ganado el derecho a continuar. Han sido de lo más destacado en un equipo que ha dejado buenas sensaciones.
A diferencia de Samuel Obeng, Riki no tuvo la oportunidad de reivindicarse a final del curso pasado. Una tarjeta amarilla le impide jugar un partido oficial desde el pasado mes de marzo y no podrá estar ante el Cartagena en el estreno liguero del próximo domingo. De ser tramitada su ficha con el primer equipo, podría debutar en la segunda fecha del campeonato ante el Mirandés. Curiosidades de la vida. Ante los burgaleses, el ovetense disputó su primera titularidad con el Real Oviedo.
Borja Sánchez, un espejo en el que mirarse
El mediocentro tiene un ejemplo de lo difícil que es asentarse con los ´mayores´ muy cerca. Borja Sánchez es un claro caso de que el esfuerzo y el empeño, a veces, tienen una gran recompensa. El atacante también probó fortuna fuera del Real Oviedo, aunque su caso es bien distinto. El Real Madrid llamó a su puerta y muy pocos futbolistas pueden decir que no a esa llamada.
Años después, Javi Rozada lo reclutaría para su filial. Borja aceptó el reto de bajar a Tercera División. Un paso atrás para coger impulso. Desde entonces, el mediapunta no ha dejado de crecer. Su llegada al primer equipo fue tardía. Con Juan Antonio Anquela solo disputó seis minutos y con Sergio Egea no debutó hasta la jornada 5, coincidiendo con el cese del argentino.
Fue, de nuevo, Javi Rozada el que apostó por él y, tras unas dudas iniciales, fue José Ángel Ziganda el que lo asentó como pieza clave del primer equipo (Borja solo disputó 30 minutos en los primeros tres encuentros del navarro).
Ahora le toca a Riki recorrer ese camino. En pretemporada ya ha mostrado una pequeña muestra del fútbol que atesora y de todo lo que puede aportar. Bien acompañado, con paciencia y con libertad, el ovetense puede convertirse en otro caso Borja Sánchez. La opción de cederlo que planteaba Arnau debería estar ya desterrada de los planes de la dirección deportiva.
