Toché: «Sé lo que representa aquella celebración y es un honor que se me recuerde por ello»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Toche y Linares festejan el 1-1 en El Molinon
Toche y Linares festejan el 1-1 en El Molinon LFP

La Voz de Asturias charla con el excapitán del Oviedo, que guarda una gran relación con Borja Bastón: «Le escribí antes del partido ante el Leganés y le dije que me iba a superar esa tarde»

12 abr 2022 . Actualizado a las 09:23 h.

«Me imaginaba que siendo semana de derbi tenía que sacar el brazalete del cajón». Hasta el propio protagonista es consciente de que para el oviedismo es imposible pensar en los derbis de los últimos años y que su nombre no aparezca casi al instante. José Verdú Toché (Santomera, Murcia; 1983), el hombre que enseñó el brazalete del Real Oviedo a El Molinón en el primer derbi tras muchos años de penurias es ahora director deportivo del Orihuela y busca ascender a Segunda RFEF. Hace dos días, Borja Bastón alcanzó los 18 goles y superó los 17 que el murciano anotó en dos temporadas consecutivas vistiendo de azul. «Le escribí antes del partido ante el Leganés», desvela. LA VOZ DE ASTURIAS charla con el excapitán del Oviedo sobre su nueva vida, los derbis, el Oviedo de Ziganda y el actual pichichi carbayón. 

—¿Cómo es el día a día de un director deportivo?

—El cambio del verde a las oficinas es drástico. Nadie está preparado para eso, pero a mí me surgió la oportunidad y lo afronté con mucha ilusión y muchas ganas. Ahora estoy muy metido en el día a día del equipo, voy todos los días a los entrenamientos y siempre que surge algún problema ahí estoy. Mi responsabilidad es que todo vaya rodado y hacer la vida más fácil al jugador para que el fin de semana solo tenga que pensar en el partido.

—¿Le entran ganas de ponerse a jugar cuando pisa el césped?

—Para nada [risas]. Siempre digo que no me han vuelto a entrar ganas de ponerme las botas y creo que es porque ese día a día que se vive como jugador lo estoy viviendo como director deportivo. Lo que echamos de menos son las risas del día a día y la convivencia con los compañeros y eso lo tengo, así que no echo de menos el ser futbolista.

—¿Cómo va ese Orihuela?

—El objetivo era estar en playoff y todavía quedan cuatro jornadas: yo creo que lo vamos a conseguir. Luego en la promoción ya se sabe, será complicado, pero tengo muchas ganas de que llegue esa época tan bonita del año. Ojalá pueda lograr un ascenso en mi primer año.

—¿Le está ayudando el ser exjugador a la hora de hablar con sus futbolistas?

—Sin duda, creo que ese es mi punto fuerte. Sé lo que hay dentro de la cabeza del futbolista, que a veces es complicado. En el día a día sé cuándo un jugador no está pasando por un buen momento o qué piensa un delantero cuando pasa por una sequía goleadora.

—¿Y su punto débil?

—Los despachos, claro [ríe]. Negociar los contratos, el tema de los representantes… a eso no estoy muy acostumbrado. Sí me gusta el hecho de ver mucho fútbol, algo que tienes que hacer porque esta es una categoría complicada y no hay muchos recursos económicos. Hay que acertar.

—Vayamos al derbi. ¿Ya está cansado de que le pregunten por la celebración del brazalete?

—No, para nada. Al final es algo que ya forma parte de la historia del Real Oviedo y eso es todo un orgullo. Sé lo que representa aquella celebración para todos los oviedistas y es un honor que se me recuerde por ello.

—¿Fue improvisada?

—La tenía pensada, pero no sabía si iba a llevar el brazalete porque el primer capitán era Linares. Cuando vi que lo iba a llevar pues ya empecé a darle vueltas. Tenía el miedo de que si marcaba no me acordase y corriese hacia cualquier lado como un loco, pero se dio.

—Ayer se supo que el Oviedo entrenará en el Tartiere antes del partido. ¿Cómo vive eso un jugador?

—Es la guinda a una semana que ya es especial desde el lunes, cuando vas por la calle y todo el mundo te habla de lo mismo. Ver a toda esa gente en la grada es como si te dijesen que «aquí están». Que aunque muchos no vayan a Gijón, te hacen ver que estarán a tu lado. La afición del Oviedo es una de las mejores y en esos días lo demuestran una vez más. Siempre les decía a los compañeros que disfrutasen, porque igual en toda su carrera no volverían a disputar un partido como el derbi asturiano.

—Jugó dos en el Tartiere y dos en El Molinón. ¿Prefiere un derbi como local o visitante?

—El primero, en El Molinón, fue súper bonito. Por todo. Pero la victoria en casa, cuando el doblete de Mossa, también fue espectacular. Ver esa unión al final del partido fue increíble.

—Al margen de su gol, ¿con qué momento de los derbis se queda?

—Seguramente con ese, con la celebración en el centro del campo del Tartiere tras el derbi de Mossa. Toda la plantilla se abrazó e hicimos un círculo en el centro del campo mientras la grada cantaba. Lo disfrutamos muchísimo y luego lo celebramos con todas las familias. Una noche bonita y que siempre recordaré.

—Este pasado domingo, ante el Leganés, Borja Bastón superó su marca de 17 goles.

—Justo le escribí el domingo por la mañana, antes del partido. Le mandé un mensaje en el que le dije que hoy me iba a superar. Y así fue. Ya de noche volvimos a hablar. Ojalá siga así y pueda ayudar a que el Oviedo se meta en playoff.

—¿Le está sorprendiendo su rendimiento?

—Cuando fichó por el Oviedo le dije que si empezaba la temporada bien se iba a salir. Y mira. Fue lo que me pasó a mí, que empecé bien y luego ya todo vino rodado. Me alegra muchísimo que sea Borja el que me haya quitado la marca.

—Coincidieron en la 13/14 en el Deportivo. ¿Qué te parecía de aquella?

—Ya entonces pensaba que éramos muy parecidos. Delantero de área, sus registros hablan por él. Cuando el Oviedo le fichó en verano estaba convencido de que acertaban. En el Dépor conseguimos el ascenso y es un futbolista que no solo aporta goles, también da mucho al equipo lejos del área. En eso es mejor de lo que era yo, es muy completo.

—Marcaron goles en la cantera del Atleti, pichichis en Segunda, paso por Primera, Oviedo…

—Siempre tuve relación con su padre, que era entrenador de porteros en el primer equipo del Atleti. Siempre fuimos muy parecidos y luego llevamos una carrera también más o menos similar, hasta coincidimos en el Dépor. Me alegro de que le vaya a bien porque es un tipo sensacional, ojalá supere todos mis registros.

—¿Cómo ve al Oviedo?

—He visto casi todos los partidos de la temporada y ahora están en una dinámica muy buena. Es un equipo que tiene muy claro a lo que juega y ahora está en ese momento en el que no le hace falta hacer partidos muy buenos para ganar. Son serios candidatos para estar en playoff y están con mucha confianza.

—Ziganda, como Anquela en su día, llegó a estar discutido.

—Estuve con ellos hace unos días, cuando vinieron a Cartagena, y charlé con el Cuco después del entrenamiento. Es una persona muy sencilla y creo que es un gran entrenador. Sabemos cómo es Oviedo, que no es plaza sencilla, pero es un acierto que se haya confiado en Ziganda. Le dieron continuidad cuando pudo haber dudas y ahora están obteniendo la recompensa. Ojalá meta al equipo en playoff y consiga lo que todos deseamos.

—¿Es esta la mejor plantilla del Oviedo desde el regreso a Segunda?

—Equiparar plantillas es algo muy complicado porque al final reina la subjetividad. Lo que manda es la clasificación, así que el equipo que más puntos haga será el mejor. Poco más, tan sencillo como eso. Si este Oviedo logra meterse en playoff, será el mejor Oviedo de los últimos años.

—Y reinando la subjetividad, ¿cuál fue la mejor plantilla del Oviedo estando Toché?

—Creo que la primera, la del año de Egea. El equipo arrastraba una dinámica buenísima desde Segunda B y los que fichamos en verano nos integramos bien. Era una gran plantilla, pero todo se cayó al final.