El Real Oviedo se gana el derecho a soñar por el ascenso directo hasta el final

Ni transistores ni nada. 70 minutos estuvo el oviedismo atento a lo que sucedía sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López. Mucho le costó al Real Oviedo, que en casi ningún momento del partido estuvo cómodo y fue superior al Tenerife. Sí lo fue en los últimos diez minutos, cuando defendieron como se debe una ventaja en un partido así. El Mirandés ya está por detrás, pero los azules dependen del Elche para conseguir el ascenso directo. Los azules se han ganado soñar hasta el final. 

Un Oviedo desdibujado

No había empezado el partido y esos silbatos que muchos aficionados del Tenerife llevaron al Heliodoro Rodríguez López para cumplir con la protesta colectiva en contra del estamento arbitral se empezaron a escuchar en el estadio tinerfeño. Palencia Caballero no llegó a parar el partido, tal y como preveían los locales, pero el ruido era considerable. Y era molesto. Volviendo al juego, Veljko Paunovic cumplió con lo que dejó entrever por semana y Álex Cardero entró por Santi Cazorla en el centro del campo. El encuentro arrancó, el Tenerife se enteró y el Real Oviedo no tanto. Diez minutos pésimos cuya única buena noticia fue el 0-0 del marcador.

Antes del minuto 5, saque de banda mal defendido en banda derecha, Aarón Martín llegó forzado a línea de fondo y su centro lo metió Costas en su propia portería. El balón había salido antes de poner el centro, así que el Oviedo se salvó. Cuatro minutos después, cabezazo de Bodiger al palo. Y un minuto después, otro palo: Luismi, a centro de Waldo desde la izquierda. El meneo de los locales era considerable y el Oviedo no encontraba soluciones. El ‘mal de la isla’ era total en los carbayones. El equipo de Paunovic dio muestras de vida en el 12’. Y casi lo hizo con gol. Rahim la puso desde la izquierda y Alemao no llegó a un balón que solo era empujarla. El brasileño no está atravesando su mejor momento y el equipo lo notó durante el primer tiempo en Tenerife. Esa banda izquierda, con las subidas de Rahim mientras Portillo se ubicaba por dentro, fue el único recurso del Oviedo para intentar instalarse en campo rival. No se vio demasiado, eso sí.

Paraschiv ya estaba calentando y Alemao tuvo otra, pero tampoco llegó a conectar un cabezazo tras centro de Hassan. Era medio clara. El Tenerife no llegó mucho más hasta casi el minuto 40, pero el primer tiempo azul era malo. Muy malo. Sin continuidad en el juego, fluidez en la circulación y agresividad en tres cuartos. Hassan dejó varias jugadas que auguraban una puerta entreabierta en el engranaje del Tenerife, pero ningún tiro del extremo francés fue peligroso. Después de que el partido casi se parase por un incidente en la grada y de que Alemao volviese a no llegar a un pase de Portillo, descanso en el Heliodoro Rodríguez López. El oviedismo no miraba a otros estadios, se centraba en que los suyos hiciesen su parte del trato. Algo que no estaba pasando.

Y se hizo el milagro

Palencia Caballero se ponía la mano en el pinganillo y los 22 jugadores esperaban. Un minuto, dos, tres… Escena típica de los comienzos de segunda parte en jornadas unificadas. El Heliodoro Rodríguez López le seguía dando a los silbatos, claro. Paraschiv, Paulino, Seoane, Cazorla y Luengo calentaban, pero Paunovic iba a tardar un poco más. Mientras, cinco minutos desde la reanudación y la primera llegada era del Tenerife. El Oviedo seguía pareciéndose muy poco a un equipo que lucha por el ascenso. El equipo de Álvaro Cervera se atrevía a presionar arriba y el Oviedo era incapaz de salir con claridad.

Los centrales se la jugaban en cada pase, los centrocampistas no ofrecían soluciones y cuando ese pase necesario sí aparecía, el jugador azul no respondía. Era un bucle que daba alas a un Tenerife relajado. Waldo rozó la escuadra en una falta y el Oviedo sacó su primer córner del partido. Minuto 58, ojo. Paunovic miró al banquillo y actuó: triple cambio y nuevo dibujo. Tres centrales con Luengo junto a Costas y Calvo, Cazorla de interior y Paraschiv con Alemao arriba. Cargar el área era lo que proponía el serbio, pero había que llegar. El Oviedo lo hizo en un saque de banda que parecía que no iba a ningún sitio y ahí apareció el rayo de esperanza. El juego estaba en la izquierda, Alemao no pudo girarse, Colombatto presionó y Landazuri falló. El mal pase del central del Tenerife lo cazó Nacho Vidal, que se plantó ante Salvi y no falló. Gol y explosión de alegría carbayona. El Oviedo era tercero.

El partido se dormía y el Oviedo estaba cómodo. De la Hoz por Sibo, que no podrá jugar el domingo que viene ante el Cádiz tras ver la amarilla, cuarto cambio de Paunovic. Paulino por Alemao, el quinto cambio. Con esos once acabarían los azules. Cuatro minutos para el final y no pasaba gran cosa sobre el césped, algo que siempre da miedo en este deporte. Cazorla rascaba segundos al reloj y de los cinco minutos de descuento solo quedaban uno y medio. El balón llegó al campo azul, pero no al área. Final. El Real Oviedo alcanza los 72 puntos y podrá luchar por el ascenso directo en la última jornada. Toca soñar, pero había que ganar para conseguirlo. 

Ficha técnica

CD Tenerife: Salvi Carrasco; Mellot, Landázuri, Sergio González, David Rodríguez (Medrano, min 82); Aitor Sanz, Bodiger; Luismi Cruz (Dani Fernández, min 73), Aarón Martín (Teto, min 73), Waldo Rubio (Enric Gallego, min 59); Diarra.

Real Oviedo: Aarón Escandell; Nacho Vidal, Costas, Dani Calvo, Rahim; Sibo (De la Hoz, min 82), Álex Cardero (Luengo, min 59), Colombatto; Hassan (Paraschiv, min 59), Portillo (Cazorla, min 59) y Alemao (Paulino, min 84).

Goles: 0-1 Nacho Vidal (min 74)

Árbitro: Palencia Caballero, comité vasco. Amonestó a los locales Landázuri (85') y a los visitantes Sibo (68') y Luengo (86')

Incidencias: Estadio Heliodoro Rodríguez López (Santa Cruz de Tenerife). 9.765 espectadores. Aproximadamente, medio millar de aficionados del Real Oviedo.

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