Cinco jornadas del Real Oviedo en Primera: en busca de una identidad tras el partido a partido
AZUL CARBAYÓN
Sobre el primer mes de competición, la derrota en Elche y lo que se está viendo del equipo de Paunovic en su regreso a la élite
23 sep 2025 . Actualizado a las 09:52 h.Poca contundencia cerca de tu área, problemas con balón tanto en los inicios de juego como a la hora de instalarse en campo rival, una presión de dudosa eficacia, imprecisiones ofensivas en los momentos clave o la falta de gol de tus delanteros. Hay muchas razones que pueden explicar la derrota del Real Oviedo ante un rival directo como el Elche, pero los primeros 65 minutos que se disputaron en el Martínez Valero dejan una conclusión muy evidente y que explica el inicio de temporada de ambos equipos: se enfrentó un equipo muy trabajado y con las cosas claras desde hace más de un año con otro que todavía busca su rumbo. Los azules son los segundos.
De dónde viene el Oviedo
En su presentación como nuevo entrenador del Real Oviedo, Veljko Paunovic apareció en chándal en la sala de prensa del Carlos Tartiere. La vestimenta ya fue toda una declaración de intenciones, luego refrendadas por sus palabras. El serbio llegaba para trabajar desde el minuto uno y cada semana en El Requexón se iba a plantear como si fuese la última. Diez finales no porque quedasen diez jornadas, sino porque pensaba que el ascenso directo era un objetivo real. Y casi lo consigue. Finalmente fueron catorce finales, pero para el caso es lo mismo. Con las fortalezas y debilidades del rival de turno siempre en la cabeza del cuerpo técnico, el Oviedo de Paunovic fue partido a partido, semana a semana, entrenamiento a entrenamiento.
En ese tiempo se puede conseguir un ascenso histórico a Primera División, pero es muy complicado crear una identidad. Ambas cosas son compatibles. Elche y Levante ascendieron con el mismo entrenador que asumió el cargo en verano, tras casi once meses de trabajo en sus respectivas ciudades deportivas y con el aprendizaje y el poso que te dan 42 jornadas de liga. El Oviedo, aupado por la profundidad de su plantilla y el buen trabajo también de Paunovic y sus ayudantes, ascendió tras catorce partidos en los que, por encima de todo, compitió muy bien. Ahora, el salto de categoría exige más. Y mientras Eder Sarabia y Julián Calero van introduciendo los fichajes en un sistema de juego ya asentado, Veljko Paunovic debe introducir sus fichajes y, a la vez, asentar el sistema.
A dónde va el Oviedo
Que pasada la jornada 5 de Primera División no se vea un Real Oviedo con un patrón claro de juego no significa que no se haya trabajado en El Requexón durante todas estas semanas. Simplemente, dicho trabajo no está saliendo. Ya en los primeros días de la pretemporada, Paunovic dedicó mucho tiempo a la salida de balón y se centró en cómo instalarse en campo rival a partir de la posesión, con la idea de jugar con un mediocentro posicional y dos interiores por delante. Fue algo que se vio mucho en los amistosos, con Reina e Ilic como interiores jugando a diferentes alturas y ocupando roles también diferentes. Eso es algo que, con el paso de los partidos, cada vez se está viendo menos.
Si uno va a las estadísticas globales de este inicio de curso, las más sencillas que aporta la empresa Stats Perform, vemos que el Real Oviedo está en tierra de nadie en casi todas. Los de Paunovic son con 13 el equipo que menos disparos a puerta suma de Primera División, pero también es con 94 el que más disparos ha recibido. 9 saques de esquina en cinco jornadas, nadie ha sacado menos. En duelos, una faceta del juego que se podría relacionar con un equipo duro y compacto, el Oviedo está en mitad de tabla. Con 118, los azules son los que suman más pases fallados en campo propio. Y a su vez, son los que menos pases acumulan en campo rival. Si nos vamos a los centros, santo y seña del Oviedo en Segunda, el equipo carbayón también es el que menos acumula de Primera.
El patrón todavía no está claro y esto es algo que pasa más de lo que se cree, solo que Primera División te castiga y más cuando tu plantilla ya no es una fortaleza en comparación a la del resto. No se sabe si el Oviedo de Paunovic es un equipo que espera y transiciona, que presiona arriba y quiere robar en campo rival, que se planta en campo rival con facilidad gracias al juego directo o si es un equipo cuya fortaleza se basa en tener el balón. Y aun así, le ha dado para sumar 3 puntos ante una Real Sociedad a la que supo superar con claridad en el segundo tiempo. No es poco, ojo. Qué Oviedo ser primero para luego saber qué piezas te valen y de qué manera. No quedarse en tierra de nadie, en definitiva.
Los recursos y el todo
Las ideas de juego, por resumirlo de una forma simplificada, lo que consiguen es crear contextos favorables para los jugadores que tienes en tu plantilla. En el Real Oviedo, de momento, todo son chispazos. Un slalom de Hassan por la banda derecha en el que va dejando rivales en la cuneta, un pase interior filtrado por Alberto Reina o Santi Cazorla o un balón largo que Salomón Rondón baja y que permite al equipo instalarse en campo rival. Recursos que tienes a tu disposición y que aparecen fruto del devenir del partido, no de un plan trazado antes de que comience del mismo. Explotar esos recursos e integrarlos dentro de un todo es la misión de Paunovic.
Crear automatismos en ataque que tengan como finalidad que Hassan reciba con tiempo o que cada vez que Rondón reciba un balón largo haya varios jugadores que vistan de azul preparados para ganar la segunda jugada. En Elche, cuando Ilyas Chaira, Cazorla, Reina y Álex Forés entraron se vieron cosas, desde jugadores del mismo perfil asociándose y asentándose en campo rival a Rondón captando la atención de los centrales rivales y Forés aprovechando el espacio generado. Ya habrá tiempo para saber si los recursos individuales de los que dispone el Real Oviedo se quedan cortos en Primera División, algo que seguramente sea así en varios casos, pero primero hay que encontrar el contexto en el que se les pondrá a prueba. Tiempo hay.