¿Qué causó las erupciones cutáneas que obligaron a cerrar al baño playas en 2014?

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Playa de Rodiles
Playa de Rodiles

La oleada de casos sufridos por bañistas en Castrillón, Tapia o Candás nunca tuvo una explicación oficial. Surfistas de Rodiles han sufrido este verano un problema similar

07 ago 2016 . Actualizado a las 11:57 h.

Las preguntas acerca de las causas de los picores que sufrieron bañistas en distintas playas asturianas en el verano de 2014 siguen sin respuesta. Dos años después de aquel episodio, que motivó incluso el cierre de algunos arenales, no existe explicación oficial por parte de las autoridades que indique las causas exactas de aquello. Un buen número de personas sufrieron aquel verano de 2014 molestias al meterse en el agua del mar, una circunstancia que fundamentalmente afectó a las playas de Salinas y de San Juan, en el concejo asturiano de Castrillón. Los bañistas experimentaban una serie de pequeñas punzadas por su cuerpo, que luego se aliviaban al bañarse con agua dulce. Ante la alarma generada, los dos arenales fueron cerrados al baño el día 22 de julio como medida de precaución. También se registraron casos similares en otras playas asturianas, en los concejos de Candás, Tapia de Casariego o Villaviciosa. Y en septiembre, en El Espartal.

El episodio fue objeto de una polémica a lo largo de esos días, con diversas explicaciones y teorías acerca de lo ocurrido. Pero ninguna fue confirmada de forma oficial. Colectivos ecologistas lo atribuían a la contaminación y los vertidos. Desde la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), su portavoz, Luis Laria, atribuyó el fenómeno a sosa cáustica vertida en mar por una factoría de la vecina provincia de Lugo. Sin embargo, desde la dirección la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno asturiano, se emitió una nota de prensa el 30 de julio de 2014 en la que descartaba tajantemente la posibilidad de un posible vertido industrial como causante de los picores sufridos por los bañistas. Afirmaba que se habían analizado muestras de agua y que no se reflejaba concentración elevada de ninguno de los parámetros.

Días antes, la Dirección General de Salud Pública emitió otra nota de prensa en la que aconsejaba a la población darse una ducha de agua dulce después de los baños en caso de molestias. No obstante, explicaba que de acuerdo a sus propios análisis de muestras de agua, la calidad era excelente.

La detección en las muestras recogidas por la Consejería de Medio Ambiente en Salinas de fitoplancton de diversas especies de microalgas, alimentó la idea de que pudieran ser las responsables. Pero desde Salud Pública matizaron que no alcanzaban concentraciones elevadas y descartaron la idea de que fuesen esas algas las que causasen los efectos negativos. ¿Qué fue entonces lo que causó los picores?. La pregunta sigue en el aire.

Sin respuestas

No hubo, por tanto, una explicación oficial definitiva que diese cuenta de las causas concretas de los episodios de picores en las playas. Lo recuerda el responsable de Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, Fructuoso Pontigo. Afirma que exigieron por escrito en su día un informe a las autoridades asturianas para explicar lo que había ocurrido. «Pero a día de hoy no hemos obtenido respuesta», lamenta.

Pontigo señala la confusión generada por las múltiples teorías que surgieron a raíz de los picores, incluida la relativa a falta de higiene. El portavoz ecologista asturiano subraya la importancia de poner sobre la mesa las causas exactas del episodio para que no vuelva a producirse en el futuro. «Los picores en la playa son habituales, sobre todo en aquellas donde hay poca salubridad», ha apuntado.

Tras mostrar sus dudas sobre el control que realiza el Principado sobre la calidad del baño y lamentar los vertidos que se producen, Postigo señala que en una playa como Salinas hay una «carga contaminante importante». También se ha referido a otras playas en casos similares en los concejos de Gijón, Villaviciosa o Castropol.

¿Nuevos casos?

El pasado jueves día 4 de agosto, en la playa de Rodiles, en Villaviciosa, varios surfistas que se bañaron a última hora del día recordaron lo vivido hace dos años, cuando bajaba la marea. Afirman que la sensación fue la misma, con pequeñas punzadas en la piel, más evidentes en quienes llevaban un traje de neopreno corto, al tener más partes de su cuerpo expuestas agua. El picor desapareció al ducharse con agua dulce, sin dejar ningún tipo de secuela. Como en el verano de 2014. Al día siguiente, viernes 5, volvieron al agua, pero ya no lo sintieron.

El diputado de IU en el parlamento asturiano, Ovidio Zapico, responsable de su grupo en temas ambientales, ha contactado con ellos y ha mostrado su preocupación por lo ocurrido, tomando la iniciativa de plantear una pregunta parlamentaria al Gobierno regional acerca si tiene conocimiento de las causas que originaron ese reciente episodio de Rodiles.

Sin embargo, no parece probable que el pueda tener algún tipo de registro, en base a los testimonios de socorristas recabados por Europa Press. Ni hay ningún protocolo específico ni ha sido registrada incidencia alguna al respecto.

Los socorristas reconocen que a lo largo del verano sí acude algún bañista a su puesto quejándose de picores en la piel. «Les decimos que se endulcen en la ducha y se les pasa», señalan. Pero no es algo que consideren ni mucho menos un episodio grave ni masivo.

En la página web en la que el Gobierno asturiano publica periódicamente la calificación de la calidad de aguas aparece la relativa a la playa de Rodiles con fecha 5 de agosto. Su calificación es de excelente, como la inmensa mayoría de los arenales asturianos.