La manada del asturcón «Negrito» limpia montes con GPS

Susana D. Machargo REDACCIÓN

COMARCAS

El colectivo Fapas investiga en Teverga si un grupo de siete ejemplares puede mantener los pastos de montaña libres de maleza y prevenir incendios

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una manada formada por siete asturcones campa a sus anchas por los montes de Teverga. Desde hace unos días, estos ejemplares de una raza autóctona en peligro de extinción pastan en libertad. Aunque puede parecer una escena cotidiana de la Asturias rural, en realidad, son unos ejemplares que forman parte de una investigación iniciada por el Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas) sobre el mantenimiento de los pastos y la prevención de incendios. Negrito, el macho del grupo, ha sido armado con un GPS que aportará información fundamental sobre sus movimientos, desde el tiempo que pasan en cada zona a los terrenos favoritos. Todos esos datos se contrastarán posteriormente con el trabajo de campo, en el que se que analizará cómo ha quedado ese suelo.

Fapas no se lanza a la aventura con esta investigación. Ya había dado pasos previos. La manada de siete asturcones ya ha trabajado en lo que los miembros de este colectivo conservacionista denominan «un ambiente controlado». El colectivo cuenta con una especie de finca laboratorio, de 20 hectáreas de tamaño y situada en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa, donde han estado previamente pastando. La novedad es que este verano, por primera vez, han sido traslados fuera, a lo spuertos de montaña que le corresponden a Fapas. «Su nuevo trabajo será la limpieza de los cada vez más abandonados terrenos de montaña», explica en la presentación del proyecto.

La tesis que sostiene Fapas es que los asturcones son una alternativa importante, al menos en las montañas de la cornisa cantábrica, para conseguir un buen mantenimiento de las montañas. Pero son pocos los criadores que, en la actualidad, crían este tipo de caballos de pequeño tamaño y  extraordinario rendimiento ligados a la historia del Principado y que han aparecido incluso en excavaciones de poblados astures como el castro de Noega, en la Campa de Torres (Gijón). El colectivo insiste en que, cada año, «los pastos están más abandonados, convirtiendo el terreno en zonas de frondosa vegetación de matorral». Ese matorral es, en ocasiones, objeto de quema y también de polémica, por los incendios forestales y los acotamientos. «¿Qué sucederá cuando no haya subvenciones?», se pregunta.

Para avanzar en este terreno, se ha lanzado esta investigación. La colocación del GPS al macho es crucial para el trabajo porque «permitirá conocer los movimientos de la manada, qué terrenos utilizan y cada cuanto tiempo». Posteriormente, podrán ver si el terreno queda sin maleza tal y como sí ha sucedido en la finca de 20 hectáreas que usan como laboratorio. «Es de prever que mucho del ganado que hoy hay en la montaña desaparecerá sin el incentivo de la subvención. Por tanto, habrá que buscar alternativas válidas para seguir teniendo ganado en las montañas», argumenta.

El colectivo realiza también grabaciones sobre este experimento con siete asturcones. El vídeo que acompaña esta información muestra el momento en el que se coloca el GPS en Negrito, antes de que corra en libertad por los montes de Teverga.