Feliz y Gutiérrez: el testimonio vivo de que 50 años no son nada

Esther Canteli
Esther Canteli REDACCION

COMARCAS

Juan Feliz y Pepe Gutiérrez
Juan Feliz y Pepe Gutiérrez

Los vencedores de la competición de 1968 recrean una instantánea de su victoria hace medio siglo

09 jul 2018 . Actualizado a las 12:16 h.

Esta mañana el Sella brillaba de una manera especial. Su habitual verde Asturias relucía con unos rayos de sol que pegaban con el ímpetu de los campeones, el mismo que pusieron hoy Juan Feliz y Pepe Gutiérrez en su primer entrenamiento juntos después de más de 45 años.

Los vencedores absolutos del Descenso del Sella en el año 1968 van a celebrar los 50 años de aquella histórica victoria descendiendo juntos en K-2 el Sella el próximo 4 de agosto.

Cumplen así un deseo personal y marcan un hito en los 82 años de vida de esta mítica carrera de piraguas: Será la primera y única vez que unos campeones conmemoran su triunfo haciendo el descenso medio siglo después.

En aquel 1968 Feliz y Gutiérrez batieron otro récord: fueron los primeros palistas del Club Los Rápidos en ganar el descenso del Sella. Aquel día salieron como auténticas fieras a por la victoria, estaban absolutamente motivados y su historial así lo avalaba: habían quedado los terceros en 1966 (siendo en esa edición los españoles mejor clasificados). En 1967 Feliz había sido segundo con Bardales, y en el 68 se cumplió plenamente la máxima de que a la tercera va la vencida.

Su embarcación se llamaba Corisa (el nombre de su patrocinador), y aquellos dos chavales apuestos y muy concentrados (o al menos eso parece por las fotografías de aquella jornada) no recibieron ninguna compensación en metálico (algo que a los deportistas de hoy les resultaría difícil de entender). Guardan, eso sí, muchísimos recuerdos, y un trofeo.

Aunque entonces no había la entrega de premios en la meta riosellana, ellos cumplieron con un emocionante ritual que ya forma parte de la historia vintage del Sella: Fueron paseados en lancha, para que el público pudiese conocer y vitorear a los flamantes campeones, a los sones de un gaitero que los acompañaba en la propia lancha.

Aquel día en los campos de Oba estaban Dionisio de la Huerta, Hernando Calleja entonces presidente de la Federación de Piragüismo -, y Juan Antonio Samaranch, que ese año había regalado un cañón al Sella, que se disparó por primera vez para dar la salida en aquella edición.

Han transcurrido 50 años pero las miradas de Feliz y Gutiérrez siguen conservado el brillo de aquel entonces, sobre todo cuando desde la terraza del Café español miraban hoy al Sella, y decían que estos 50 años les pasaron en un tris.

Los dos asienten a una que ganar el Sella fue deportivamente hablando lo más importante que les pasó.

Hoy, cuando se subieron en su k-2 estaban perfectamente acompasados al instante, con un estilo y unas maneras que solo están reservados a los elegidos por los dioses del Olimpo…

El próximo 4 de agosto de 2018 Juan Feliz y Pepe Gutiérrez entraran definitivamente en la leyenda del Sella y de Asturias. De esa Asturias prodigiosa y legendaria que han engendrado personajes como Pelayo - que también está de aniversario este año -, como Pedro Pidal, como Dionisio de la Huerta o como este par de seres mitológicos mitad salmón, mitad piragüista que son Pepe y Juan y que solo se dan en el Sella.