«El carbón es pasado, presente y futuro»

Claudia Granda REDACCION

COMARCAS

J. Ángel Menéndez Díaz
J. Ángel Menéndez Díaz

El científico del INCAR y promotor de Xerolutions, J. Ángel Menéndez Díaz, será el pregonero en las fiestas del Carbayu de Lugones

30 jul 2018 . Actualizado a las 11:54 h.

J. Ángel Menéndez Díaz es científico, divulgador y emprendedor. Trabaja en el Instituto del Carbón desde 1997, donde aplica el calentamiento con microondas a procesos industriales. En 2011 impulsa la creación de Xerolutions, empresa dedicada a elaborar materiales de carbono. Su carrera profesional y, sobre todo, el haber nacido en Lugones es lo que llevó a la cofradía de Nuestra Señora del Buen Suceso a elegirlo como pregonero de las fiestas del Carbayu el próximo 2 de agosto

- ¿Cómo se toma uno que lo elijan pregonero de las fiestas de su localidad?

- Mi pilló bastante de sorpresa porque, la verdad, no me lo esperaba. Tampoco se exactamente los méritos, a  parte del hecho de ser de Lugones, que para mí lo es. Pero, sobre todo, sorprendido y contento de poder ser un poco profeta en tu tierra.

- Cuando pensamos en carbón, lo primero que se nos viene a la cabeza es el minera que sale de la mina pero, como científico y divulgador del INCAR, ¿qué otros tipos de carbón podrías enumerar?

- Yo siempre digo que cuando uno dice carbón aquí, en el norte, la mayoría de la gente piensa en el carbón de la mina, pero si lo dices, por ejemplo, en Cáceres habrá mucha gente que piense en el vegetal. Hay toda una serie de carbones y materiales de carbono como los grafitos, materiales compuestos de carbono, incluso los xerogeles de carbono, que son con los que nosotros estamos trabajando y que producimos en Xerolutions. El mundo de los materiales de carbono es muy extenso y muy moderno, ahora mismo está de actualidad, por ejemplo, el grafeno, un tipo de carbón que tiene numerosas aplicaciones, desde medioambientales hasta de almacenamiento de energía o aplicaciones en electrónica. Y todo esto es carbón.

- ¿Cuál es el uso más novedoso del carbón?

- Hay usos muy tradicionales y otros muy modernos. Por ejemplo, el móvil lleva una batería y en esa batería que acumula energía hay carbonos. Y como eso hay muchísimas aplicaciones como materiales aeronáuticos o materiales deportivos: cascos, bicicletas... Sin duda, el carbón es un material de presente pero, sobre todo, un material de futuro. Está sustituyendo a otros materiales más tradicionales.

- ¿Hasta qué punto es necesario el carbón en nuestras vidas?

- Como diría un político, «me alegra que me hagas esa pregunta» (risas). ¿Hasta que punto es necesario? Como usos tradicionales está la producción de energía, aquí en Asturias en estos momentos estamos un poco sensibilizados con el tema de que las centrales térmicas tienen los días contados. Pero bueno toda la vida se ha quemado carbón para producir energía. Pero el cabrón también sirve para producir acero. En ArcelorMittal tienen unos hornos de coque donde meten carbón para producir acero. Para crear aluminio se utilizan unos electrodos de grafito que se hacen a partir de breas.También están los carbonos activos, ya sean naturales o sintéticos, que sirven para descontaminar el agua o humos y para almacenar energía. Yo diría que el carbón esta presente en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Incluso, a titulo más anecdótico, las ruedas de los coches son negras porque llevan un tipo de carbón que se llama negro de carbono, que también se utiliza en plásticos. 

- Antes mencionabas la sensibilización en Asturias con las centrales térmicas. ¿Crees que ha llegado la hora de que demos un paso hacia las energías renovables y dejemos el carbón dar un paso hacia el futuro?

- Decir que hay que dejar de usar el carbón mineral en las térmicas suena drástico. Ahora bien, también es verdad que el mundo siempre va hacia adelante y, obviamente, las energías renovables tarde o temprano acabarán imponiénddose. ¿Cuando va a ser ese momento? Nadie lo sabe. Eso depende de la economía, de los avances... Efectivamente, las energías van a acabar siendo mayoritariamente renovables. Pero quizá el carbón todavía tiene un papel que jugar entremedias, Máxime teniendo en cuenta que a día de hoy sí que hay sistemas más o menos desarrollados para quemar el carbón de una manera más limpia, incluso capturando el CO2 cosa que lo encarece. Y al encarecerlo lo igualamos cada vez más al coste de las renovables. La respuesta es compleja. En estos momentos yo creo que atiende más a una cuestión social, de arraigo, sobre todo aquí en Asturias. Personalmente, creo que cuanto primero se suba uno al carro de las renovables estará en mejores condiciones de cumplirse.

- A parte de trabajar en el INCAR, en 2011 fundaste la empresa Xerolutions donde creáis los xerogeles de los que hablabas con anterioridad. ¿Qué es un xerogel y qué aplicaciones tiene?

 - El xerogel es un carbón sintético y poroso. Su particularidad es que nosotros podemos diseñar esos poros, que son del tamaño de los nanómetros. Con el proceso que desarrollamos y patentamos, somos capaces de controlar el tamaño de esos poros y, además, hacerlo de una forma industrial, a gran escala. Un material que tiene unos poros tan pequeños y diseñado a medida puede tener múltiples utilidades, pero nosotros nos centramos en aplicaciones energéticas, concretamente en almacenamiento de energía eléctrica. Vendemos este carbón para que otra gente haga electrodos de supercondensadores, es decir, baterías con mucha potencia. En función de su utilidad necesitan distintos tipos de electrolito y, cada uno de estos tipos, un carbón con una determinada porosidad. Todo esto a un precio competitivo.

- En 2012 publicabas El carbón en la vida cotidiana, de la pintura rupestre al ascensor espacial, un libro para todos los públicos. ¿Cómo surge la idea?

- Cuando empecé a trabajar en el Instituto del Carbón la gente me preguntaba «¿de qué das clase?», era un sitio desconocido. Cuando yo explicaba que era una centro sobre investigación llegaba la segunda pregunta: «¿Investigación sobre el carbón? ¿No está todo inventado?». Ahí me di cuenta de que hay un gran desconocimiento y me dije, «tengo que dar a conocer que lo que mis compañeros y yo hacemos en el INCAR es mucho más relevante que el carbón de la mina». Esa fue la motivación principal. Es un libro en el que pretendo, a través de anécdotas, divulgar un poco el tema del carbón. Desde Edison, que fue quien inventó el filamento de la bombilla, que era una fibra de carbono, o explicar por qué se hundió el Maine, que fue debido a una explosión de un cañón de carbón. También abordo temas más futuristas,como la posibilidad de hilar nanotubos y crear un ascensor espacial. La idea es que el carbón es pasado, presente y futuro.

-Tienes un canal de YouTube desde hace 10 años en el que abordas desde experimentos científicos, hasta trucos o curiosidades. ¿Afición o vocación?

- El canal es como un álbum. Yo tengo muchas inquietudes y cuando veo algo que me llama la atención indago y en lugar de anotarlo, hago un vídeo. Es verdad que tiene muchas temáticas, pero sobre todo porque a mí me interesan. Tiene cosas relacionadas con carbón, ciencia popular, experimentos con microondas, que es con lo que trabajo en el INCAR, y últimamente estoy muy interesado en el daltonismo porque yo soy daltónico. Son cosas que me dan curiosidad y que difundo y guardo en formato vídeo, que es rápido y fácil de digerir.