Yurema se queda sin transporte escolar por el pésimo estado de la carretera

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCIÓN

COMARCAS

Yurema, en la vía cortada que debería comunicarla con su colegio
Yurema, en la vía cortada que debería comunicarla con su colegio

«Antes íbamos a caballo a la escuela, pero las cosas deberían haber cambiado», dice la madre de la niña, alumna del colegio de Reboredo que no ha podido comenzar el curso porque ningún transportista se atreve a asumir la concesión de la ruta que llega hasta Aguanes

13 sep 2018 . Actualizado a las 13:20 h.

Yurema tiene ocho años y hoy llevará tres días sin ir a la escuela. Tendría que haber empezado el pasado martes en el colegio público de Berducedo, que está a casi 20 kilómetros de la pequeña aldea en la que vive, en El Valledor. En Aguanes, que es como se llama el pueblo de Yurema, residen cuatro familias con tres niños en edad escolar. En este curso que acaba de empezar, lo iban a tener todos más fácil para llegar al colegio porque el Consorcio de Transportes de Asturias había abierto una nueva ruta de transporte escolar para que los tres fueran recogidos a la entrada del pueblo. Sin embargo, el firme de la pista de acceso a la aldea, y también a otras del valle, se rompía en dos tras las fuertes lluvias que se registraban en la zona en la noche del pasado sábado. 

«Hubo muchas riadas y, a consecuencia de los incendios de El Valledor, si el terreno ya estaba mal ahora está peor», explica la madre de Yurema, Sureyna Muñiz, «la carretera está justo en la zona en la que se quemó todo y, cuando se pone a llover, es una escorrentía tremenda. Como un río». Pese a que el primer día de escuela, por precaución y hasta que se limpiara la zona, se cerró el paso, ayer se abría pero las imágenes que acompañan este texto hablan por sí solas.

Yurema y su madre están buscando alternativas para poder ir al colegio. Comprueban cuánto tardarían en llegar hasta la parada de Robledo a caballo
Yurema y su madre están buscando alternativas para poder ir al colegio. Comprueban cuánto tardarían en llegar hasta la parada de Robledo a caballo

Y, de hecho, la ruta escolar que iba a comunicar el pueblo con el colegio ya ha salido hasta en dos ocasiones a concurso sin que nadie se haya quedado con la concesión. «Han subido el pago de 50 a 60 euros para quien haga el transporte y ahora van a hacerlo por tercera vez porque ningún transportista se arriesga a meter el coche por ahí», indica Muñiz. 

El punto de recogida de otra ruta escolar que llega hasta el colegio está en Robledo, a siete kilómetros. A este colegio rural asisten 13 alumnos, seis de los cuales residen en pueblos de El Valledor. «Coincide que en Guanes es donde más niños hay en edad escolar», explica Muñiz, a quien desde el Consorcio de Transportes le han dicho que lo único que puede hacer es solicitar la beca de transporte para que sea la familia quien se encargue de llevar a Yurema a la escuela. Sin embargo, Muñiz no tiene coche y, en cualquier caso, cuando ayer se abría la pista los vehículos que pasan por ella son todoterrenos.

«La carretera se ha ido parcheando en vez de hacer una obra en condiciones»

Como son siete kilómetros los que separan la pista del punto de recogida de Robledo, Muñiz proponía ayer al Consorcio de Transportes que se habilitara una parada en un camino que tienen a cuatro kilómetros por el que «podemos ir caminando». Pero la respuesta fue negativa. «No sé cómo vamos a hacer, pero de momento la niña no va a ir al colegio. Hay niños en lugares en los que tenemos derecho a vivir y no sé si la Administración lo tiene en cuenta», considera la madre de Yurema, «el ayuntamiento hace lo que puede: limpió la carretera, la ruta está solicitada a falta de que alguien la quiera y el presupuesto es justo para hacer las obras que esto requeriría». 

Y lo sabe bien porque hace 30 años también era una niña en el pueblo. «Antes íbamos a caballo a la escuela, pero la diferencia es que ha pasado el tiempo y las cosas deberían haber cambiado. También hace 60 años se fue gente del pueblo porque tenían hijos y la escuela quedaba muy lejos, y eran otros tiempos», dice, explicando que, desde su infancia, ha ido viendo cómo la pista de entrada al pueblo se ha ido mejorando «a base de parchear y parchear en vez de invertir y hacer una obra en condiciones». 

El año pasado ocurría algo similar en Caso con otra alumna que residía en un pueblo de montaña, poniendo también en evidencia las carencias del transporte escolar en las zonas rurales de Asturias, en las que en los últimos años se vienen asentando familias con hijos en edad escolar. «No busco responsables sino una solución porque la niña tiene derecho a ir a la escuela y tiene que ser en un transporte específico», insiste Muñiz, que confía en que la Administración autonómica «se mueva para arreglar la carretera» y, con ello, permitir que algún transportista asuma esta ruta escolar y el resto de vecinos del valle tengan un mejor acceso a sus viviendas.