Viaje en coche y plantón ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para defender su inocencia

Carmen Liedo LA FELGUERA

CUENCAS

Jerónimo Blanco, uno de los nueve sindicalistas de MCA-UGT en ArcelorMittal condenados, recorrerá la próxima semana los más de 1.600 kilómetros que separan La Felguera de Estrasburgo para pedir con un escrito «que ésta injusticia sea anulada»

19 jul 2016 . Actualizado a las 14:36 h.

Si hay que ir a Estrasburgo, se va. Pero Jerónimo Blanco no está dispuesto a rendirse después de que él, otros cuatro sindicalistas de MCA-UGT y cuatro testigos hayan sido condenados con diferentes penas por unos hechos que presuntamente sucedieron en ArcelorMittal durante la Huelga General convocada en Asturias en marzo de 2012 que, según el mismo, «el fiscal no pudo probar» y por los que fueron «denunciados falsamente y condenados injustamente». «Soy inocente», repite sin cesar y hasta en ocho ocasiones en el escrito que pretende entregar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, y lo hará el próximo 29 de julio, tras un viaje de más de 1.600 kilómetros que ha planeado hacer en coche en tres etapas saliendo de su casa de La Felguera acompañado por su hijo Adrián Blanco.

Jerónimo fue juzgado «como autor criminalmente responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones» durante la citada huelga. Fue condenado a tres años y seis meses de prisión por el primero de los delitos y a una pena de un año y nueve meses por el segundo, además de una indemnización de 600 euros por las lesiones y 70.000 euros por las secuelas. Tras la apelación a la Audiencia Provincial, se estimaron parcialmente los recursos presentados por la defensa y se revocó en parte dicha resolución, imponiendo una multa de 5.400 euros y una pena de 21 meses de cárcel y los 70.000 euros por las lesiones. Sin embargo, Blanco repite que «soy inocente» y, por ello, reclama «la libre absolución» de él y todos los demás condenados porque «la Fiscalía, que ha sido la que ha ejercido de acusación, no ha sido capaz de aportar durante el juicio ninguna prueba que determinase que yo estaba en el lugar de los hechos en el momento del incidente. En cambio, la defensa aportó 10 testigos, de los que sólo cuatro fueron aceptados, que juraron que no amenacé, ni coaccioné y mucho menos tiré ningún petardo».

Y así lo explica en el escrito que ha preparado para presentar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo el próximo día 29 de julio. Pero antes, Jerónimo Blanco tiene un largo viaje por delante que ha planeados hacer en su coche particular, acompañado por su hijo y en tres etapas que, en total, sumarán más de 1.600 kilómetros que separan La Felguera de Estrasburgo. De La Felguera partirá el próximo martes día 26, y tras 440 kilómetros llegarán a Bayona. De allí partirán al día siguiente hacia Clermont Ferrand, con 554 kilómetros de distancia. La tercera etapa concluirá ya en Estrasburgo tras otros 636 kilómetros. Pero simbólica será también la forma de recorrer estos 1.630 kilómetros, ya que lo harán a 90 kilómetros por hora, es decir, según explica, «a 10 kilómetros por hora por cada uno de los nuevo condenados» repite «injustamente».

Ya en la jornada del viernes 29, la idea de Jerónimo Blanco es presentar el escrito en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo si para entonces ya está presentado el recurso que están preparando los servicios jurídicos de UGT, sindicato que hace unos días anunciaba que pedirá el amparo a este Tribunal para los condenados de ArcelorMittal. Su pretensión es que su escrito acompañe dicho recurso, que lo presentará el sindicato «de acuerdo al procedimiento». No obstante, Jerónimo reivindicará la libre absolución para él y el resto de condenados «con un plantón de nueve horas (una por cada sindicalista de ArcelorMittal) ante la sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos», un plantón que no descarta hacer también ante la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo. El día 30 iniciaría ya el regreso a España.

Para Jerónimo Blanco el recurso ante este Tribunal es la oportunidad de «que ésta injusticia sea anulada» después de que el recurso al Tribunal Constitucional fuera desestimado y no admitido a trámite. «Es muy duro para un humilde ciudadano tener que asumir una condena de 21 meses de cárcel por unos delitos que no ha cometido, por mucho énfasis que se haga en que «se dan como hechos probados» que fui uno de los autores, cuando no es cierto», manifiesta Blanco, quien apostilla que «cuando me preguntan por la calle si todavía creo en la Justicia, yo les respondo que sí, pero que dudo de algunas personas que se encargan de aplicarla».

Y es que para este extrabajador sindicalista de ArcelorMittal esto se debe «a una estrategia política desproporcionada» que desde su punto de vista «se debe a instrucciones de la estructura jerárquica de la Fiscalía del Estado español para limitar un derecho fundamental como es la huelga», indica en el escrito que presentará ante el Tribunal de Estrasburgo. A esto añade que «la Ley Mordaza ha puesto el movimiento sindical por los suelos», ya que recuerda que hay «más de 300 sindicalistas encausados» en España y que a los que se les condena se les aplican «penas desproporcionadas».

«Todo el mundo tiene que saber que he sido encausado sin pruebas, sin testigos, sin declaración policial. El denunciante es plenamente consciente de que ha faltado a la verdad en sus declaraciones y, por lo tanto, ha incurrido en falso testimonio, que según sus propias palabras a los medios de comunicación «sólo buscaba una suculenta indemnización» fingiendo unas lesiones que no vienen motivadas por los hechos por los cuáles se me condena. Soy inocente», enfatiza Blanco.

Y el plantón será, por el momento, su última movilización, después del viaje a 50 kilómetros por hora que también realizó a Madrid para manifestarse ante el Tribunal Constitucional el pasado mes de enero; el encierro que llevó a cabo en el Ayuntamiento de Langreo en mayo de 2015, en el cual también estuvo acompañado por su hijo Adrián; o las diferentes manifestaciones llevadas a cabo en Asturias.