Condenan por atentado al paciente que agredió a un médico de Urgencias del hospital Valle del Nalón

Pilar Campo OVIEDO

CUENCAS

Felipe Piedra
Felipe Piedra

«No podemos tolerar las agresiones a las que estamos expuestos todos los días por nuestro trabajo», asegura el facultativo agredido

03 nov 2016 . Actualizado a las 18:01 h.

José Manuel Salazar Jiménez incurrió en un delito de atentado cuando agredió, de forma totalmente inopinada y sorpresiva, al médico Felipe Piedra, adscrito al servicio de Urgencias del Hospital Valle del Nalón, el 24 de noviembre de 2015, cuando intentaba tranquilizarle ante la actitud agresiva que el paciente mostraba porque consideraba que tardaba mucho en llegar la ambulancia que le debía trasladar hasta Mieres para someterse a unas pruebas médicas. El procesado admitió los hechos imputados por la Fiscalía Superior del Principado de Asturias y la acusación particular, ejercida por el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), durante su comparecencia ante el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Langreo. La defensa y las acusaciones alcanzaron un acuerdo por el que al acusado le será impuesta una pena de cuatro meses de prisión, dos meses de inhabilitación y al  pago de una multa de 500 euros que abonará en cuotas durante un período de diez meses.

A gritos y gesticulando por el retraso de la ambulancia

La agresión se registró a una hora punta, en la que el centro hospitalario se encontraba lleno de pacientes. Sobre las 13.30 horas del 24 de noviembre de 2015, José Manuel Salazar empezó a gritar.  En ese momento dos celadores estaban procediendo al cambio de turno. Uno de ellos, se acercó al doctor Piedra y le comentó que uno de los pacientes a los que había atendido estaba mostrando una actitud agresiva.

Según el relato efectuado por el médico agredido a La Voz, «el celador me dijo que estaba nervioso y dando voces, molestando a otros usuarios del servicio y gritando que por qué la ambulancia no le llevaba a él, que tenía que ir a Mieres para realizar unos escáneres para unas pruebas que le había solicitado, porque en Langreo nos estaban poniendo un escáner nuevo». 

Aunque el médico intentaba tranquilizarle, el acusado no atendía a razones. «Él empezó a gesticular, moviendo violentamente los brazos amenazando», señaló. El primer golpe le afectó a un ojo. El doctor Piedra le sujetó la mano con la que estaba gesticulando, pero José Manuel Salazar empezó a dar puñetazos con la otra mano.  El segundo golpe le alcanzó de lleno en el pabellón auditivo de la oreja izquierda. Unas lesiones de las que el facultativo agredido tardó 21 días en curar.

El apoyo de los compañeros

Felipe Piedra ha recibido numerosas muestras de apoyo y solidaridad de sus compañeros desde que se tuvo conocimiento público de la agresión de la que fue víctima durante el ejercicio de su actividad profesional en el hospital Valle del Nalón. Tanto él, como los dos celadores que presenciaron la escena se habían ratificado en sus declaraciones durante la instrucción de la causa.  Durante la vista oral del juicio, en el Juzgado de lo Penal 1 de Langreo, ante la conformidad del acusado con la condena, fue innecesaria su declaración.

«Es importante que la condena refleje que se trató de un atentado, porque los médicos no podemos tolerar estas agresiones a las que estamos expuestos a diario por nuestro trabajo», corroboró el doctor Piedra. La acusación tanto del Sespa como de la Fiscalía iba dirigida a esta calificación penal, para que no se limitara a una simple falta de lesiones.

Las acusaciones consideraban que los hechos eran constitutivos de un delito de atentado del artículo 550 y 551 del Código Penal, en concurso ideal con un delito leve de lesiones del 147.2, y solicitaban la imposición de una pena de un año de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y multa de dos meses con una cuota diaria de 6 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, además del abono de las costas procesales y de una indemnización a la víctima de 630 euros por las lesiones, más los intereses legales. Unas penas que se han visto rebajadas en virtud del acuerdo de conformidad alcanzado entre las partes. La calificación de los hechos como un delito de atentado ha venido a reforzar la tesis del riesgo al que se exponen a diario los médicos de urgencias, tal y como había