Langreo ordena clausurar un obrador porque supera el límite de ruidos

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

CUENCAS

Una de las tiendas de Panadería Juaky.Una de las tiendas de Panadería Juaky
Una de las tiendas de Panadería Juaky Panadería Juaky

El dueño de Panadería Juaky recurre a los tribunales y asegura que solo incumple por un decibelio. El alcalde afirma que el edificio tiene vibraciones y que el empresario no ha buscado alternativas. La medida deja en la calle a 20 empleados

24 ene 2017 . Actualizado a las 22:01 h.

La Panadería y Confitería Juaky podría echar el cierre tras casi dos décadas repartiendo en Langreo. Las alarmas han saltado este martes cuando el propietario de la cadena ha informado a sus 20 trabajadores de la orden de clausura interpuesta por el Ayuntamiento de Langreo. Las denuncias de una vecina por los ruidos que produce el obrador han sido el detonante para el cierre de este espacio, y por consiguiente, de los seis locales a los que abastece. La empresa ha decidido recurrir a los tribunales para tratar de frenar la decisión del consistorio y ha reclamado la adopción de medidas cautelares. Las reacciones ante esta noticia no se han hecho esperar. Los vecinos ya han mostrado su indignación en redes sociales.

La primera panadería y confitería Juaky se inauguró en La Felguera hace 17 años. Durante todo este tiempo, se han abierto hasta seis tiendas en localidades como Mieres, El Entrego y Sama, lo que ha convertido a esta cadena en un referente en la zona. Todo ese trabajo podría venirse abajo tras la orden de clausura interpuesta por el Ayuntamiento de Langreo. Las denuncias de una vecina han sido la razón para el posible cierre de estas tiendas. Según ha comentario el propietario, José Luis Rodríguez, a LA VOZ, el obrador situado en la calle Emilio Alarcos Llorach superaba en un decibelio el nivel de ruido máximo permitido, por lo que el consistorio ha obligado a clausurar el horno. Esta situación es muy similar a la vivida hace un años cuando la cadena tuvo que clausurar por el mismo motivo el almacén, lo que supuso que se tuviese que cancelar el servicio que daba a otras 12 panaderías al no tener capacidad para trabajar.

La versión del ayuntamiento es bien diferente. Las mediciones no superan en un decibelio sino en muchos más la normativa y el edificio registra hasta vibraciones por la maquinaria. Además, el problema colea desde hace más de cuatro. El alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, explica que, en realidad, hay dos procesos judiciales en marcha. El primero fue por la denegación de la licencia de almacén. El regidor explica que los informes técnicos eran contrarios a la concesión del permiso porque no cumple con la normativa, así que tuvieron que denegársela, aunque le instaron a que buscara otra ubicación. Ahora el motivo de conflicto son los ruidos. En este caso también los informes técnicos quitan la razón al dueño del obrador. La vecina afectada ha amenazado con llevar al propio ayuntamiento a juicio si no hace cumplir la ley y clausura la actividad, así que el consitorio ha hecho efectiva la orden de cierre. El tema ha sido aprobado por unanimidad, según Jesús Sánchez, tanto en comisión de Urbanismo como en la Junta de Gobierno. También esta decisión ha sido llevada a los tribunales por José Luis Rodríguez.

El alcalde asegura que se ha reunido varias veces con el empresario para buscar alternativas pero que ha sido imposible, ya que se limita a decir que cumple la ley y que no quiere trasladarse. También afirma que ha tomado el único camino legal, que es hacer cumplir la normativa de ruidos. El obrador cuenta con licencia de actividad pero incumple esa otra ordenanza.

Por su parte, la empresa se queda así sin el espacio en el que elaborar el pan y los dulces, por lo que los seis puntos de venta tendrían que cerrar. El propietario, prefiere ser cauto y esperar a la decisión de los tribunales. Por el momento, ha pedido la adopción de medidas cautelares hasta que se confirme o no la sentencia. La desaparición de Juaky supondría el despido de los 20 trabajadores con los que cuenta la empresa. El propietario ha sido el encargado de informar a sus empleados, que no han podido esperar y han compartido la noticia a través de las redes sociales. Varios clientes y vecinos de la zona han calificado de «vergonzosa» la decisión que ha tomado el ayuntamiento y han señalado que no es justo que 20 personas se queden en la calle.