La Guardia Civil halla una explotación con vacas enfermas y desnutridas en Caso

Raúl Álvarez REDACCIÓN

CUENCAS

Los investigadores encontraron un ternero tan desnutrido que no se podía mover en un establo y una res muerta y abandonada en una finca de El Campu. Acusan al titular de un delito de maltrato animal y de cinco infracciones administrativas

14 mar 2017 . Actualizado a las 12:24 h.

Después de tres semanas de pruebas e investigaciones, la Guardia Civil ha descubierto que una vaca muerta hallada entonces en una finca del concejo de Caso, a poca distancia de su capital, no acabó allí por casualidad. Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del cuartel de Pola de Laviana tiraron de ese hilo y acabaron por descubrir una explotación ganadera en la que agonizaba un ternero por falta de alimentación y otras reses se hacinaban en muy malas condiciones. Tras interrogar al propietario, un hombre de 61 años, la Guardia Civil ha interpuesto contra él una denuncia penal por maltrato animal y otras cinco denuncias administrativas que proponen al Principado que le imponga multas por la acumulación de infracciones en la gestión de la cabaña. El hacinamiento en la estabulación, la falta de luz y agua y la falta de atención a los ejemplares enfermos son merecedores de sanciones, a juicio del Seprona.

Fuentes de la Guardia Civil han confirmado que las actuaciones comenzaron el 21 de febrero, cuando el Seprona recibió el primer aviso de la aparición de una vaca muerta y abandonada muy cerca de El Campu. Los agentes que se desplazaron hasta ese lugar se encontraron, en efecto, el cadáver de una res, envuelto entre varios plásticos. Con la ayuda de un veterinario de la Consejería de Desarrollo Rural, determinaron que existían indicios de un tratamiento inadecuado del animal, que parecía enfermo y mal alimentado, y decidieron llevar a cabo una inspección en la explotación de la que procedía. Lo que encontraron allí les movió a actuar contra su titular, un vecino del concejo.

Quienes entraron en la granja se encontraron con una escena difícil de olvidar. El estado del ternero era ya caquéctico, es decir, estaba tan hambriento y desnutrido que no podía moverse y se le marcaban las costillas bajo la piel. El resto de las vacas -las fuentes no han confirmado su número exacto- también mostraban signos de desatención. Algunas estaban enfermas. En el establo no entraba la luz ni había agua y había otras señalas de falta de cuidados y de incumplimiento de las condiciones legales de estabulación.

El Seprona acusa al ganadero de un delito contra la fauna, que el artículo 337 del Código Penal castiga el maltrato de animales domésticos con penas que, en el supuesto más grave, conllevan 18 meses de prisión y hasta cuatro años de inhabilitación para ejercer oficios relacionados con el manejo de animales. Sus agentes también consideran que el titular de la explotación ha incumplido el reglamento para la explotación, el transporte, la experimentación y el sacrificio de animales y, por eso, ha propuesto al Principado que le imponga las sanciones administrativas correspondientes.