«Es impactante dónde tiene puesto el ser humano el límite y los mineros, que tienen una madera especial, aún más»

Carmen Liedo LANGREO

CUENCAS

El director Luis Trapiello.El director Luis Trapiello
El director Luis Trapiello CARMEN LIEDO

El director mierense Luis Trapiello confiesa que el rodaje de «Enterrados» es «un doble sueño cumplido, por hacer cine y por contar una historia desde el punto de vista de los mineros»

17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Trapiello (Mieres, 1967) está dirigiendo por primera vez el rodaje de un largometraje, sin embargo, apenas se le notan los nervios de una responsabilidad así,ni tampoco el añadido de querer trasladar los sentimientos y las emociones de un grupo de mineros que se quedan atrapados en el interior de una mina. Su ventaja confesada es «jugar en casa» y tratar un tema que conoce bien por ser de las cuencas y descender de familia minera, como lo fueron su padre y su abuelo. De este modo, con Enterrados cumple su sueño de hacer cine tras rescatar un proyecto que estuvo en un cajón 15 años y llegar a la versión 13.3 de un guión que a punto estuvo de ser mini serie de televisión. Lo que tiene claro es que esta película es un reconocimiento a tanta gente que en algún momento se vio en una situación así, en el interior de una mina sin saber si iba a salir, algo que, entiende, «debe ser devastador». Para contarla ha escogido, como no podía ser de otra manera, las comarcas mineras, y asegura que se «alegrará muchísimo» si su película le sirve de promoción a estos territorios porque será «un extra para mi tierra». No obstante, destaca que, en general, «Asturias tiene un gran potencial como plató para rodar películas».

 -¿Cómo está siendo rodar en casa y ser, además de director, el anfitrión?

-Jugar en casa siempre es un placer y una facilidad, así es que salgo con puntos de ventaja. Además del director también soy el guionista, con lo cual la implicación es máxima, y me toca ser anfitrión, aunque yo soy de Mieres, estamos más por Langreo, así que soy anfitrión de las cuencas mineras. Está siendo un placer, porque Joaquín es además de un actor extraordinario, un tipo divertido y encantador, al igual que Paula (Prendes) y Candela (Peña). Los demás son amigos de mucho antes, así que estoy arropado y feliz. También tengo que decir que para mí una de las figuras claves está siendo el director de foto, y encontré en Lucio Bonnelli a un grandísimo técnico y artista, al que también considero un amigo porque nos entendemos a las mil maravillas. En definitiva, hay un buen engranaje por suerte, con la adversidad que tenemos en la mina y en rodar en un tiempo tan corto con lo intenso que está siendo, pero el equipo está siendo buenísimo.

 -Este es su primer largometraje ¿cómo definiría la experiencia y el sentimiento que te genera un proyecto como Enterrados?

-Desde el punto de vista del corazón, siendo de aquí y viniendo de familia minera, es una sensación de un doble sueño cumplido, porque siempre soñé con hacer cine y ahora además unimos que juego en casa contando esta historia desde el punto de vista de los mineros que, en realidad, es y no es una historia de mineros. Podría darse en otros sitios, en otras circunstancias donde un grupo de personajes se quede atrapado en una situación límite. Lo que me interesa, principalmente, es lo que ocurre entre ellos en esa situación, que podría ser en otras partes, pero que siendo aquí en la mina se añaden elementos muy interesantes que conozco mejor, por lo que tiene lógica empezar por aquí.

 -¿Cuánto de realismo y cuánto de ficción tiene?

-Yo creo que mitad y mitad porque, al haber dos películas diferentes en una, la parte realista es la que ocurre en la peripecia de intentar sobrevivir tras quedarse atrapados cuando el rescate se produce en otra parte diferente de donde están por un error, entonces acaban viendo que necesitan intentar salir por sus propios medios porque ya nadie los va a buscar. Ese es el momento terrible con un realismo cien por cien. Y luego hay una parte onírica muy importante y de momentos extraños que le van ocurriendo al personaje de Joaquín Furriel, que va cayendo en una especie de locura aparente porque finalmente se revelará que no es tal. Y hasta ahí puedo decir…

 -¿Tiene algo de homenaje a tanta gente que pasó por la situación de quedarse atrapada en el interior de la mina?

-Sí, claro. Aprovechamos esta circunstancia directamente porque hay gente que se ha visto en una situación así y debe ser devastador. He conocido gente a lo largo de este proceso, entrevisté a un par de mineros que quedaron atrapados, no fueron conscientes porque el derrabe se les vino encima y después consiguieron vivir. Las historias sobre esto son tremendas pero es impactante saber hasta dónde puede llegar el ser humano puesto en el límite, es asombroso. Y los mineros, que tienen como una madera especial, aún más.

 -¿Cuál fue su verdadera inspiración?

-Pues desde hace muchísimo tiempo tenía este proyecto apuntado, igual desde hace doce o quince años. Lo tenía desde antes del cortometraje. Tenía ahí un boceto, luego escribí medio tratamiento, después se habló de hacer una miniserie para televisión y después me animaron mucho el actor Manuel Pizarro y el técnico de sonido, Antonio de Benito, y mi insistieron tanto para que hiciera un guión de cine con esta historia que me puse a ello. Estuve mucho tiempo escribiendo versiones, de hecho, llegamos hasta la 13.3. Una locura de trabajo a la que le di muchísimas vueltas.

 -Se ha rodeado de un gran plantel de actores, muchos de ellos asturianos, ¿han captado la esencia de la historia que quería transmitir?

-Absolutamente. Los actores asturianos porque lo tienen más presente y saben de antemano como es esto, pero en general todos son muy buenos actores y se trata de trabajar previamente. Pudimos ensayar una semana y eso da una tranquilidad muy grande. Teníamos todo muy preparado y con el director de foto ya habíamos marcado los planos en la propia galería donde se rueda. Vinimos con los deberes hechos para poder respirar, así y todo no te llega al aire y vamos improvisando y añadiendo día a día, porque esa es la riqueza de tener buenos actores que aportan tanto como están haciendo estos.

 -¿A qué aspira con esta película? ¿Se hablará de ella en algún certamen de cine?

-Aspiro a que la vea la mayor cantidad de gente posible, que llegue, que emocione a los que la vean… Después intentaremos que vaya a algún festival, que se vea en los cines y en donde se pueda.

 -Desde luego será una excelente promoción para las comarcas mineras asturianas en un momento complicado para estos territorios…

-Si lo conseguimos, me alegraré muchísimo, que tenga ese extra para mi tierra.

 -Asturias ha acogido el rodaje de numerosas películas y cortos, ¿cree que tenemos potencial como plató?

-Sí, sin duda. Gonzalo Suárez ha rodado todas sus películas aquí, y mucha más gente ha venido a grabar. De hecho, en los últimos tiempos se ha venido a rodar mucho aquí y ahora coincide que se está grabando también una serie y eso demuestra que Asturias tiene de todo, la luz adecuada, tenue, y los paisajes de todo tipo: paisajes, ciudades, montaña, campo, mar… Y el clima asturiano favorece, así que tenemos un gran potencial.

 -Para terminar, ¿cómo está siendo su experiencia como director de un largometraje?

-Había tenido la experiencia de La mujer del hatillo gris, que fue intenso pese a ser un cortometraje, porque tenía hechuras de una producción importante también, y esto es como pasar a la edad adulta. Hace falta dar este paso y está siendo una experiencia fascinante, muy intensa, muy muy exigente porque hay mucha gente alrededor y todos son muy buenos en lo suyo, entonces la exigencia es máxima pero nos estamos entendiendo muy bien y, sobre todo, estamos sacando el resultado que soñaba y aún más, así que no puedo estar más contento.