La crisis de la minería pone en jaque cientos de empleos indirectos de Hunosa

Carmen Liedo REDACCIÓN

CUENCAS

La mayoría de los trabajadores del lavadero del Batán son de una empresa subcontratada por Hunosa
La mayoría de los trabajadores del lavadero del Batán son de una empresa subcontratada por Hunosa

Alrededor de 200 personas pertenecientes a empresas subcontratadas por la hullera estatal trabajan en el interior de las tres explotaciones activas

31 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La dimensión de lo que puede significar para las comarcas mineras y para Asturias el cierre de lo que queda de minería si no se vuelve atrás la Decisión 787 de la Unión Europea no se limita sólo a que se puedan perder los mil empleos que pueda mantener Hunosa a fecha 1 de enero de 2019, cifra que se estima que quedaría después de las prejubilaciones. El cierre del sector todavía podría provocar un pequeño tsunami que dejaría a estos territorios aún más «devastados» laboral, económica y demográficamente en tanto que la reconversión minera e industrial iniciada hace más de dos décadas no ha generado el tejido diversificador anunciado y esperado. Lo que sí tienen ahora las cuencas es la experiencia de que con el declive de un sector, la pérdida de empleos es exponencial en otros sectores vinculados. Por eso, la incertidumbre que vive la minería en este año clave también tiene en la cuerda floja a cientos -algunas fuentes hablan de más de medio millar- de empleos indirectos, que son los puestos que generan las contratas que tiene la empresa estatal Hunosa.

Las empresas Grupo Carbomec y Acciona meten a diario alrededor de 200 trabajadores en el interior de los tres pozos que mantiene abiertos Hunosa. Son las empresas que se encargan de la explotación de carbón por métodos mecanizados, de preparar los yacimientos y de explotarlos por sutiraje. En concreto, el personal de Acciona se limita al área Sueros, mientras que el de Carbomec trabaja en Sueros, en el pozo Aller y en el de Carrio. La cuestión, según se apunta desde el ámbito sindical, es que esos trabajadores también son trabajadores de la minería aunque sean de subcontratas «y si se cierran las explotaciones que quedan en las cuencas no van a tener a donde ir porque llevan toda la vida en la mina, así que para ellos puede que hasta el problema sea mayor».

Y no son los únicos que trabajan para Hunosa, aunque sea de forma indirecta. Casi la totalidad de los trabajadores del lavadero del Batán, unas 70 personas, están también por contrata. El sector del transporte es otro en el que hay un importante volumen de empleos relacionados con la explotación del carbón en los tres pozos que mantiene con actividad la empresa estatal minera. Desde los sindicatos señalan que todavía se mueven muchos camiones para el transporte del mineral desde los centros de trabajo hasta el lavadero o desde éste hasta la térmica de La Pereda, donde se quema casi todo el carbón que se saca de Carrio, Aller y Sueros. De hecho, Hunosa tiene dividido el transporte de estériles, carbón y cenizas en tres contratos con las empresas Blanco, Otero y Llaneza.

Otra parte importante de empleos indirectos vinculados a la minería son los que se generan en el ámbito de los servicios. Hunosa tiene externalizada la limpieza de las instalaciones de los centros de trabajo, el mantenimiento de los edificios o la seguridad de los ya mencionados centros de trabajo.

Aunque la mejora de las comunicaciones por carretera ha conllevado una mayor dispersión del lugar de residencia de los trabajadores vinculados al sector minero y ya no todos sean vecinos de los municipios en los que se encuentra su lugar de trabajo como sucedía hace décadas, desde los sindicatos sí matizan que una parte importante de esos trabajadores sí siguen viviendo en las comarcas del Nalón y del Caudal con lo que eso supone para otros sectores, como puede ser el sector servicios, es decir, el comercio, la hostelería y restauración, etc. Así, tienen claro que el cierre de la minería de Hunosa «afectaría negativamente» a un entorno ya muy resentido por las importantes cifras de paro y desempleo juvenil al no haber conseguido los fondos mineros revertir la pérdida de puestos de trabajo que conllevaron los diferentes planes del carbón puestos en marcha desde 1990.