«Hay países que continuarán con la minería pese a tener un carbón mucho peor que el nuestro»

Carmen Liedo POLA DE LENA

CUENCAS

Ana Luisa Durán
Ana Luisa Durán

Ana Luisa Durán insta a los detractores del sector a «eliminar los prejuicios y enterarse un poco más de la realidad» que, asegura, no está reñida con el medioambiente

26 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Luisa Durán, la presidenta de Euracom (la asociación de municipios mineros europea) participaba en la tarde de este miércoles en Pola de Lena en una charla en la que junto al secretario del SOMA, José Luis Alperi, ha hablado de las comarcas mineras ante el reto de la descarbonización en Europa, desvelando las mentiras y verdades que hay en torno al carbón, un sector que cree que hay que defender y que aún «no está todo perdido». Desde luego, tiene claro que «nos sigue haciendo falta el carbón» y que no se puede cometer «la barbaridad de acabar con todo 50 años antes que otros países». Y es que, pese a la presión que parece que ejerce la UE para que se cierren las minas, ella ha constatado de primera mano desde que está en la presidencia de Euracom que «hay países que van a continuar con su actividad minera teniendo un carbón mucho peor que el nuestro». Lo que entiende que es «un hándicap» ante Bruselas es que entre los diferentes partidos políticos de nuestro país no haya unanimidad en la defensa del sector, por lo que insta a lo detractores del mismo a «eliminar los prejuicios y enterarse un poco más de la realidad en torno a la minería» que, asegura, no está reñida con el medioambiente. Y también hace un llamamiento a la sociedad, que considera que «no es consciente» de lo que puede significar que en España deje de haber carbón autóctono.

-Viene a Pola de Lena a dar una charla sobre las mentiras y realidades del carbón. ¿Qué hay en cada lado de la balanza?

-Pues del lado de las mentiras está una mala prensa del carbón y una serie de conceptos que a base de repetirlos determinados sectores han ido calando en la gente y son falsos; y por otro lado está el momento actual en el que está tanto el sector como las cuencas. Y sobre eso vamos a reflexionar con esta charla.

-Estamos en un año trascendental para el sector minero español y da la sensación de que está todo muy tranquilo, que apenas hay movimientos para salvar al carbón…

-El intentar defender tanto lo que nos queda de sector como un futuro posicionamiento de las cuencas sobre la actividad económica, estamos en un momento relativamente bueno, y lo digo porque ahora mismo peleábamos solos contra todo el mundo, contra los gobiernos sucesivos, contra las decisiones de la UE, etc. Ahora mismo hay una plataforma creada dentro de la propia Comisión Europea, que es una plataforma para las regiones en transición energética, que yo creo que si la sabemos aprovechar puede ordenar tanto cómo nos queda el mix energético y qué periodo de actividad le damos a nuestras térmicas y, por tanto, a la extracción de nuestro carbón autóctono; y por otro, qué tipo de proyectos o de estrategias tenemos que llevar en las cuencas, que sabemos que son difíciles de revitalizar desde el punto de vista económico.

-Hace dos años decía que no estaba todo perdido con el carbón. ¿Aún piensa así?

-Todavía pienso así, y cuando voy a las reuniones de fuera de España constato que no soy la única. En Alemania se explota lignitos y nosotros los hemos cerrado hace tiempo porque son medioambientalmente los más contaminantes y porque son los menos eficientes. Pues bien, Alemania va a seguir quemando sus lignitos en sus térmicas, y por tanto, otros países que están dentro de la Unión, como Estonia, no sólo plantean mantener los suyos, sino que sus autoridades dicen que van a hacer más porque les hace falta desde el punto de vista energético. Entonces, yo creo que es momento de reflexionar que lo que nos queda de carbón es poco pero necesario, porque van saliendo voces dispares que dicen que si quitamos el carbón el recibo de la luz va a subir, y empresas eléctricas que dicen que la culpa no es sólo del carbón, sino también del transporte que contamina y nadie dice nada… Y todas esas voces van constatando las verdades, y es que nos sigue haciendo falta el carbón y que no podemos cometer la barbaridad de acabar con todo 50 años antes que otros países.

-Sin embargo, la Decisión 787 de la Unión Europea que ordena el cierre de la minería no competitiva parece firme. Ya que sabe de primera mano lo que se mueve en Bruselas, ¿hay un posibilidad real de revertir esa decisión?

-Hay posibilidad de aplicar esa Decisión de una manera ordenada. Lo que dice esa Decisión es que aquellas empresas que hayan recibido ayudas necesariamente tienen que cerrar a finales del 2018, pero lo que sirva para las cuencas extractivas polacas o las alemanas, todas las que han recibido ayudas dentro de esa Decisión que van a seguir, ese mismo sistema puede servir para lo que nos queda a nosotros. Después, lo de devolver las ayudas en caso de que hubiera que devolverlas, es una cuestión del estado miembro, por tanto, habrá que sentarse con quien ese momento esté en el Gobierno y decir: oiga, vamos a ver cómo se devuelven, en base a qué se devuelven, en qué tiempos se devuelven o con qué entendemos que están devueltas.

-Por lo pronto, habría que sentarse con el Partido Popular, que está en el Gobierno.

-Habrá que sentarse con el que esté en su momento, porque nos pasan tantas cosas en la política… Con el que esté en ese momento hay que sentarse y hay que hablar porque es una competencia del estado miembro y no de la Comisión.

-¿Considera que en España se está haciendo todo lo posible para que las minas no tengan que cerrar el próximo 31 de diciembre?

-No, y no se ha hecho durante todos estos años. Se ha dejado morir lentamente al sector y obviando todo lo que pasaba tanto en las cuencas como en el sector, se le ha dotado de todos los medicamentos para ver si se moría de una vez, pero todavía no estamos muertos y es el momento de defender lo poco que nos queda.

-¿Perjudica al carbón el que Europa vean que en España no hay unanimidad entre los diferentes partidos políticos en la defensa del sector?

-Eso es un hándicap siempre. En Europa hay posiciones muy nucleares que están en torno a determinados grupos políticos, pero yo quiero dejar claro que el mantenimiento de carbón y las posiciones medioambientales son absolutamente posibles y yo creo que ahí debemos buscar los puntos de unión. Deberíamos ir juntos, si no es difícil. Quizá deberían venir a charlas como esta que se celebra en Pola de Lena para enterarse un poco más de lo que estamos hablando, porque a veces sus opiniones se fundamentan en prejuicios y los prejuicios son lo que son, una cosa que se nos mete en la cabeza, que pensamos que es cierta y que no analizamos. Yo creo que hay mucha gente en todos los partidos que debería eliminar los prejuicios en torno al carbón y enterarse un poco más de la realidad en torno a la minería.

-De vez en cuando circulan noticias de los países de Europa que abren minas mientras en España las cerramos y generan malestar, sobre todo, entre la gente de las comarcas mineras. ¿Qué hay de cierto en esas informaciones?

-Efectivamente en algunos sitios se abren, y lo que yo conozco de primera mano es que hay países que van a continuar con su actividad minera teniendo un carbón, como ocurre en Alemania con el lignito, mucho peor que las antracitas y las hullas nuestras. Eso es verdad.

-¿Es consciente la sociedad de la situación que se puede generar en nuestro país si dejamos de tener carbón autóctono?

-No, no es consciente la sociedad, no saben lo que eso significa ni lo que les puede repercutir en el bolsillo que es lo que al final todo el mundo entiende.

-El cierre que se pretende de las centrales térmicas, ¿hay que entenderlo como otra estrategia para darle la puntilla a la minería?

-Yo creo que las centrales térmicas tienen que tener garantizado un periodo de actividad que permita que hagan las inversiones medioambientales que tienen que hacer, eso es un tema de política estratégica energética que hay que sentarse a hacerla donde hay que hacerla, que es en el Ministerio de Energía. Las térmicas tienen que acometer una serie de inversiones y tienen que tener la seguridad de que eso va a revertir, que van a tener un periodo razonable de tiempo en el que van a poder operar.

-Todo esto se plantea sin que se haya producido, mismamente aquí en Asturias, una verdadera reconversión y cuando todavía hay millones de euros del último plan parados pese a que se reivindican constantemente. ¿Qué más se puede hacer para que lleguen esas inversiones?

-Es una petición permanente que hay en las reuniones de alcaldes y de las comunidades autónomas y de verdad es una vergüenza que no se haya ejecutado todo lo que tenía que repercutir en las cuencas. Ahora tenemos una oportunidad al hilo de la Plataforma que se ha creado en la Comisión Europea, y yo creo que debemos aprovecharla para meter en cintura a este gobierno o a los sucesivos que puedan llegar si llegan con algún prejuicio hacia el carbón.