Las artimañas de Europa para burlar el cierre de las minas

Carmen Liedo REDACCIÓN

CUENCAS

Varias máquinas trabajando en una mina de carbón en Polonia
Varias máquinas trabajando en una mina de carbón en Polonia KACPER PEMPEL | Reuters

Alemania, Polonia, República Checa o Ucrania van a seguir extrayendo minerales fósiles para alimentar sus centrales térmicas y generar energía

16 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Decisión 787/2010 de la UE, que prohíbe continuar con las ayudas a la minería no competitiva y, por tanto, significa el cierre de las explotaciones, es esa losa que los sindicatos y la patronal del carbón española tratan de mover para dar margen al sector y a los territorios mineros. Por determinar está en qué lado de la losa va a situarse finalmente el actual gobierno de España, algo que se sabrá en las próximas semanas una vez ponga sobre la mesa su propuesta de transición hacia la «descarbonización» por la que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha apostado desde su primer día en el cargo. Pero, ¿qué sucede en el resto de países europeos con la minería mientras tanto? Las fuentes consultadas señalan que es complicado precisar cuántas explotaciones cerrarán en los diferentes países porque es una información que los estados miembro no han concretado, aunque se sabe que Alemania cerrará dos minas de antracita y hulla y, previsiblemente, Reino Unido cerrará otra de exterior. Pero más allá de eso, se sabe que países como Alemania, Polonia, la República Checa o Ucrania van a continuar sacando minerales fósiles y quemándolo en sus térmicas.

Entonces, ¿pasan por alto la Decisión 787/2010? La presidenta de la Asociación Europea de Municipios Mineros (Euracom), Ana Luisa Durán, manifiesta que «cada estado miembro se ha buscado la vida» y «han encontrado mecanismos» para bordear ese mandato europeo porque asegura que esos países «van a seguir» sacando carbón. Con ella coincide el presidente de Carbunión, Pedro Iglesia, que indica que «todos aquellos países que tienen minería de carbón se han buscado la vida para pasar de puntillas sobre la Decisión 787», a lo que apostilla «con excepción de este país, que parece que lo quiere cerrar». Así, ambos explican que Alemania ya definió en 2010 las explotaciones que iban a seguir, y éstas son «las de lignito pardo, aunque es más contaminante y tiene menos poder calorífico», comenta la representante de Euracom, que añade que, en cambio, «Polonia va a seguir con antracita y hulla porque dice que lo necesita en su mix energético». El caso es que, al igual que sucede en España, en la actualidad, al menos una parte de las explotaciones polacas «tienen ayudas al cierre, así que estarían bajo la Decisión 787», dice Ana Luisa Durán, que tiene claro que «aquí ni podemos prescindir de las térmicas porque no tenemos con qué generar energía», y hace referencia a que «cuando tuvimos que tirar más del gas, el recibo subió y mucho».

«Alemania desde 2010 se ha ido preparando para esto» al separar en su plan las explotaciones de antracita y hulla de las de lignito, señala el presidente de la patronal del carbón, que con los pocos datos de los que dispone hasta ahora, «porque el conocimiento de los cierres se sabe a posteriori», avanza que en Europa son «muy pocas las minas que van a cerrar». «Por los datos que tengo, que quizá no sean fidedignos, cerrará una en Reino Unido y las dos últimas de interior de Alemania». «Mientras se está en el proceso, ninguna empresa ni pública ni privada va a dar datos de los cierres», argumenta Pedro Iglesia.

Al mismo tampoco le convence el argumento de que haya que devolver las ayudas si finalmente las explotaciones no se cierran, como fecha tope, el 31 de diciembre de 2018. El presidente de Carbunión considera que en este punto cabe la negociación por lo ambiguo de lo que marca la Decisión 787 a este respecto: «a la devolución de las ayudas se refiere en línea y media, en la que se dice que es el estado miembro el responsable de solicitar la devolución de las ayudas, pero no dice ni cómo ni cuando», con lo que estima que hay «posibilidad si hay interés de hablar con Bruselas para hacer los cierres de manera ordenada», y agrega que «cuando hablamos de posibilidad depende del criterio político, pero la normativa admite negociación, con lo cual es una cuestión de voluntad». Y aún no es tarde para ello. Iglesia entiende que «hay días suficientes para que esto se realice arbitrando las mejores soluciones».

A su entender, «la solución no es cerrar y crear con ayudas emprendimiento y formación. Habrá que resolver antes el proyecto de cierre y hablar», dice el representante de la patronal del carbón, que recuerda la falta de fluidez de las ayudas en los últimos cuatro años, «dejando sin cumplimiento el acuerdo marco y abocando a muchas empresas a situaciones concursales».