La moda, eje del ciclo de cine 60's Cult Film Festival que sirve de prólogo al festival dedicado a la cultura de los años 60 con una selección de seis largos y un corto que se proyectan en el CCAI
02 ago 2016 . Actualizado a las 15:14 h.Lo que hoy llamamos yeyé es una amalgama de música, moda, imagen, estilos y algo más, indefinible, que unió por primera vez todo aquello de un modo tan duradero que hace que, medio siglo después, puedan existir sin nostalgia alguna citas como el Euroyeyé 2016. El festival gijonés dedicado a los '60, que regresa a Gijón entre el 4 y el 6 de agosto, pone todo eso sobre el tapete en su prólogo oficial: el ciclo de cine 60’s Cult Film Festival que este año ha elegido la moda como el hilo conductor. Para dejarlo claro, la selección se ha iniciado con Qui êtres-vous, Polly Magoo? una apoteosis de estilazo sesentero en blanco y negro de William Klein, la primera de seis escalas, todas ellas programadas para las 17,00 en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Filmend in Fashion-Vision es el título escogido por Merli Marlowe, seleccionadora de un ciclo organizado sobre el estribillo "Vestido..."
«Vestido en blanco y negro» era, por ejemplo, el asignado a Polly Magoo. La siguiente proyección, la célebre L'année dernière á Marienbad, de Alain Resnais, es «Vestido elegante». «Vestido para pasarela» corresponderá a Puzzle of a Downfall Child, de Jerry Schatzberg, con una Faye Dunaway en todo su pre-setentero esplendor. A Joanne, de Michael Sarne le cuadra el «Vestido a lo Swinging London», y a Sei done per l'assasino, de Mario Bava, el previsible pero justificado «Vestido para matar». Y, finalmente, el «Vestido para cóctel» se lo reserva el ciclo a Temptress of a Thousand Faces, una delirante rareza de Chen Cha-Ho, con el complemento de Basic Black, un corto de 1967 de William Claxton considerado como el primer fashion film; un experimento de unos 7 minutos con Peggy Moffitt y otras dos modelos luciendo diseños de Rudi Gernreich.
Por todas esas pasarelas de celuloide desfilarán modelos, representantes, fotógrafos, fans rendidos, toneladas de vestuario que inexplicablemente nunca parece pasado de moda. Ni siquiera en un festival (no un revival) del nada yeyé 2016.