Hallan varios poemas inéditos de Cela a su mujer y dos guiones, uno completo

G. Novás REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El centenario acogerá una exposición de los tesoros bibliográficos que guardaba Charo Conde

02 ago 2016 . Actualizado a las 07:51 h.

Hace poco más de mes y medio el estudioso Adolfo Sotelo Vázquez revelaba la existencia de un manuscrito inédito de Camilo José Cela -aparecido en una caja en la Fundación Camilo José Cela de Iria-Flavia- de lo que debió ser la novela Un marino mercante. Historia de los siete amores de don Evaristo o crónica del vilano y las doncellas, texto que el escritor padronés arrumbó en un cajón el otoño del 1945 absorbido por la redacción de La colmena.

¿Qué es un centenario del nacimiento de un Nobel de literatura sin un anuncio de obra nueva rescatada de alguna vieja maleta o de un polvoriento desván? Ayer, su único hijo, Camilo José Cela Conde se sumaba a este festejo en Santander, durante el curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Literatura y periodismo en la posguerra española: Camilo José Cela. El profesor hizo público el hallazgo de un ramillete de poemas inéditos escritos por su padre a su madre, Rosario Conde Picavea, Charo -una figura que reivindica como clave en la producción literaria del narrador gallego-. Precisamente, en la lectura y el estudio de las cartas que su padre envió a Charo -como parte de la investigación para la escritura de su libro biográfico Cela, piel adentro-, el hijo ha reencontrado a un padre en las antípodas de la imagen pública que aquel se esforzaba en propagar, rayana en un perfil chulesco, provocador, exitoso, prepotente, déspota -un showman capaz de presumir «ante los periodistas que desayuna un niño crudo todas las mañanas»-. Allí estaba el hombre «lleno de angustias, lleno de dudas e inseguridades, que ni siquiera confía en su propio talento y que cuenta a la que era su novia todos los problemas».

Era un ser humano plagado de contradicciones, admite el hijo -según recoge Efe- para concluir que es de esta forma como se puede entender que la misma persona que trabajó tras la Guerra Civil como censor franquista estuviera escribiendo el Pascual Duarte, que «en el fondo es la historia de un perdedor». Leyendo esas cartas vislumbró la verdad, porque, agrega Cela Conde, en el fondo «quien escribió La familia de Pascual Duarte no es el premio príncipe de Asturias o el Cervantes, sino quien hizo la Guerra Civil, ha caído enfermo de tuberculosis, está intentando abrirse camino y casarse y no sabe cómo hacerlo». «La cabeza humana está llena de matices y pinceladas», insiste para afirmar que «el Cela académico y marqués hubiera podido escribir guiones para el ¡Hola! pero no el Pascual Duarte».

Además de los mencionados poemas a su madre, han aparecido también dos guiones, aunque solo uno de ellos está completo; del segundo únicamente llegó a redactar su parte inicial. Según las estimaciones de Cela Conde, que recoge Europa Press, ateniéndose al tipo de letra con que están escritos, ambos trabajos datarían del período que va de la escritura de su primera novela -La familia de Pascual Duarte (1942)- a la segunda -Pabellón de reposo (1944)-. Y elogia la calidad del guion completado, que, dice, es «una obra surrealista interesantísima y si Buñuel la hubiera conocido habría hecho una película genial». No quiere entrar en más valoraciones sobre estos papeles inéditos: «Yo no sé si hoy se puede volver sobre aquel momento sin haberlo vivido de cerca, pero han aparecido esas dos obras», zanjó Cela Conde, que sí considera fuera de toda duda que deben «salir del cajón», aunque habrá de ser de la mano de un especialista «que las contextualice, anote y explique porque de lo contrario tendrían menos sentido».

Cela Conde quiere aprovechar el centenario para rescatar obras como los Apuntes carpetovetónicos, «menos conocidos, pero de tanto valor y tanta fuerza» como La colmena o el Pascual Duarte. Es «indiscutible», dijo, que la prosa de Cela «es identificable y tiene una personalidad abrumadora», pero hay que volver sobre textos «como el magnífico relato autobiográfico La rosa, de sus primeros años en Galicia, sobre sus apuntes carpetovetónicos, como El gallego y su cuadrilla, y de esa manera recuperar al Cela que merece la pena».

El 7 de septiembre habrá un acto en el Instituto de Cervantes que presidirán los reyes y que dará paso a una exposición de los «tesoros bibliográficos» que guardaba Charo, primera mujer de Cela.