El Niemeyer meterá bajo su cúpula todos los mundos de Verne

Juan Carlos Gea REDACCIÓN

CULTURA

La exposición «Los límites de la imaginación», de Fundación Telefónica, llega al centro cultural Avilesino el próximo 4 de noviembre con una completa reconstrucción de las creaciones y la época del escritor francés

28 sep 2016 . Actualizado a las 17:20 h.

Si hay un escritor a cuya obra le conviene ser expuesta bajo la fantástica cúpula del Niemeyer, ese es Julio Verne. Y así será a partir del próximo 4 de noviembre. Durante cinco meses, el hermético recinto pasará de Los territorios soñados de Carlos Coronas a Los límites de la imaginación, una exposición producida por la Fundación Telefónica que transformará el espacio bajo la cúpula en un «universo verniano», o un trasunto del cráneo que albergó uno de los más fecundos e imaginativos mundos literarios del siglo XIX. Ahí estarán todas sus ideas, todos sus sueños, todas sus anticipaciones e historias, presentadas -según pretende la muesta- de manera que hagan ver el modo en que la realidad y la ficción, los hechos y las fabulaciones pueden alimentarse mutuamente en un círculo interminable.

Comisariada por María Santoyo y Miguel Ángel Delgado, y con un diseño expositivo de Fernando Muñoz Gómez especialmente imaginativo, la exposición propondrá a los visitantes una revisión del genio de Nantes a través viaje por personajes, relatos, invenciones y también por las semillas que sembró en la imaginación de otros después que él. De hecho, la idea del viaje y del descubrimiento da forma al recorrido. El visitante-explorador cruzará los ámbitos en los que se desarrollaron las novelas de Verne -la tierra, el aire, el hielo, el agua, el espacio y el tiempo- de la mano de contemporáneos españoles y extranjeros conectados de alguna manera con el escritor. Aventureros, nobles, inventores, periodistas, artistas y hasta tramposos y estafadores: Luis Salvador de Habsburgo, Manuel Iradier, Julio Cervera, Segundo de Chomón, Jean Painlevé,Karel Zeman u Orson Welles, Nellie Bly, Luis Salvador de Austria, Richard E. Locke, Nadar, Santos-Dumont, 

La exposición recoge piezas de catorce prestatarios nacionales e internacionales, privados y públicos. Presenta objetos inéditos de la Biblioteca Nacional, el Museo Naval, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Museo Nacional del Teatro, el Teatro de la Zarzuela, el Ejército del Aire, la Filmoteca Española, el Museo de Etnología de Valencia, la Fundación March, el Círculo Aeronáutico Jesús Fernández Duro y la Fundación Aérea de la Comunidad Valenciana. También la fundación neozelandesa Antarctic Heritage Trust aportará, por primera vez en España, la exhibición de unas fotografías tomadas hace cien años en el continente austral y recuperadas en 2014.

Galería de personajes

El recorrido se inicia con el Globo de Monfort, uno de los más antiguos que se conservan y fabricado por uno de los productores de globos terráqueos de nuestro país en el siglo XIX. En esta sección, destacan además cinco joyas bibliográficas, entre ellas, la primera edición mundial de Veinte mil leguas de viaje submarino(1869), que por circunstancias históricas, fue española. Habrá además 44 ilustraciones sobre personajes vernianos, objetos e inventos que aparecen en sus obras y una instalación audiovisual sobre el bestiario que puebla las páginas del escritor.

Además, se recrea la biblioteca de Verne y sus joyas bibliográficas sobre las grandes expediciones de su tiempo, y se homenajea a los viajeros y exploradores de mundo y a todos los escenarios que descubrió Phileas Fogg en su viaje alrededor del mundo a partir de textos de la colección del matrimonio Worswick y de Walker Evans y también de escenografías que se inspiraron en las novelas del autor de Nantes. Y cineastas, como el español Segundo de Chomón, que se acercó a Viaje al centro de la Tierra en 1909. La figura del trotamundos está también representada por Nellie Bly, la periodista norteamericana que entre 1889 y 1890 batió en la realidad el récord ficticio de Phileas Fogg. No faltarán los protagonistas de las grandes expediciones polares ni el culto al mar: Maquetas y carteles recrearán la pasión de Verne por el mar, junto a efectos personales de quien materializase uno de los sueños más proféticos del escritor: Isaac Peral.

Los soñadores e ingenieros del aire tendrán también apartado propio, desde Santos Dumont al asturiano Jesús Fernández Duro, quien en 1909 cruzó por primera vez los Pirineos en globo o Juan Olivert y Gaspar Brunet, pilotos del primer aeroplano español. El viaje fuera de la atmósfera, a la Luna, homenajeará no solo a Verne sino también a todos los autores que han imaginado los procedimientos más peregrinos para alcanzar el satélite. Todas ellas se recogerán en una instalación geodésica, una cúpula dentro de la cúpula. También se el documental creativo Vivir en una bala.

2889

Hay dos novelas donde el autor francés  se adelantó verdaderamente a su época y fue más allá de su contemporaneidad: la novela París en el siglo XX (1863), centrada en un progreso basado en la dictadura del cientifismo, y La jornada de un periodista americano en el 2889 (1891), un relato mucho más positivo donde la tecnología traía beneficios a la humanidad. Dos visiones distantes del concepto verniano del progreso.

El epílogo de la exposición nos adentra en estas dos obras futuristas a través de ilustraciones de autores franceses del siglo XIX que recrearon avances científicos del año 2000, y de los grabados del dibujante francés, Albert Robida, que anticipó en la misma época que su coetáneo Verne algunos inventos del lejano siglo XX. Y una última sección recordará que Verne también hizo a sus personajes viajar por el tiempo, hasta mucho más allá de este futuro que anticipó y que ahora le recuerda.