«Con Trump como presidente habrá muchas Ana Ozores»

Graciela M. Camporro REDACCIÓN

CULTURA

Eladio de Pablo.Eladio de Pablo
Eladio de Pablo

Eladio de Pablo presenta de nuevo su adaptación teatral de «La Regenta». La función tendrá lugar este viernes en el Teatro Filarmónica

10 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El amor de una mujer en una sociedad donde reina la hipocresía y los falsos valores. La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, logró convertirse en uno de los referentes literarios de siglo XIX. La obra no es solo una crítica sobre la posición de la mujer en una sociedad decimonónica, sino que la religión o la política de la época cobran también gran importancia. En el 50 aniversario de su publicación tras la Guerra Civil, el dramaturgo, director teatral y traductor asturiano Eladio de Pablo presentará de nuevo su obra «La larga noche de bodas de Anita Ozores». La pieza muestra el viacrucis de esta joven en el que los prejuicios y la hipocresía de la sociedad le impidieron vivir con libertad. Esta adaptación, que se representó entre 2011 y 2013, volverá al escenario del Teatro Filarmónica el próximo viernes a las ocho de la tarde. La obra ha sido también publicada a finales del mes pasado por Ediciones Trea.

«Quería reflejar el mundo de La Regenta, esa imposibilidad de ser auténtico en una sociedad mediocre, mezquina y envidiosa, incapaz de ver que puede haber gente limpia». Así define Eladio de Pablo la adaptación de una de las novelas que más le ha marcado. Esta pieza nació gracias a las rutas clarinianas, en donde estudiantes de otras comunidades autónomas recorrían lugares emblemáticos en torno a la figura de Leopoldo Alas Clarín, y cuyo punto y final era la representación de algún texto del escritor. Fue en ese momento cuando el dramaturgo asturiano se hizo cargo de la obra de teatro y decidió escribir su propia adaptación. Para ello, el autor ha tenido que sintetizar casi mil páginas en apenas 70 minutos que dura la función. Anita, Don Álvaro, el magistral, Don Víctor Quintanal y Petra se ven reflejados en la obra, mientras que los otros tres personajes sintentizan los fantoches de la sociedad de la época. El autor también ha querido que su obra fuera un concentrado teatral, en el que hubiese cabida para personajes calderonianos o figuras como el Don Juan. 

El autor ha querido que en su obra la protagonista se rebele contra «ese ambiente mezquino» de la ciudad de Vetusta, al contrario que en la obra de Clarín, donde la protagonista acaba sucumbiendo a las críticas. De Anita dice que «espera vivir el amor de manera auténtica y que tiene valores de verdad, mientras que los que tiene alrededor son unos cínicos y viven en la inautenticidad». Destaca que la protagonista no deja de ser una víctima de esa mentalidad que tan bien retrató Clarín y afirma que muchas mujeres de hoy en día podrían identificarse con ella.

El autor ha querido jugar con el personaje y traerlo al día de hoy, y para ello ha utilizado una técnica metateatral. En el mismo momento en el que Anita se rebela, quien también lo hace es la actriz en un parlamento final con tinte humorístico. «El público se va a encontrar con una mujer que se rebela contra el mundo que está interpretando y que a la vez lo hace contra el autor».

Pero, ¿qué ocurriría si la Regenta hubiese vivido en la actualidad? Eladio de Pablo tiene muy claro que el personaje seguiría teniendo que luchar por lo que realmente cree y ama, pero en otras condiciones. «En el mundo que vivimos, ¿cuantas mujeres tienen que actuar por ser ellas mismas? Solo tenemos que mirar alrededor, cerca de nosotros. Desgraciadamente, con Trump como presidente y el islamismo galopante, habrá muchas más Ana Ozores»

Eladio de Pablo analiza también a la perfección en sus líneas el Oviedo que Clarín dibujó bajo un seudónimo. Recuerda que el hijo del propio escritor fue una víctima más de esa rabia que la ciudad tenía hacia el libre pensamiento, y por la cual fue asesinado en 1937. A pesar de que los tiempos han cambiado, reconoce que «sigue existiendo el intento de injerencia de la Iglesia Católica en la vida civil, con unos valores absolutamente trasnochados. Sigue habiendo hipocresía, cinismo, mediocridad. Quienes quieren ser un hombre o una mujer nueva  tienen que seguir luchando, eso sí, en un panorama distinto al que retrató Clarín en su novela».