Sol Picó y Joaquín de Luz, Premios Nacionales de Danza 2016

EFE

CULTURA

Ella ha sido reconocido en la modalidad de creación y coreografía y el bailarín, en la de intrepretación. Los dos galardones ha sido otorgados por mayoría del jurado

14 nov 2016 . Actualizado a las 16:44 h.

Sol Picó, en la modalidad de creación y coreografía, y Joaquín de Luz, en la de interpretación, han obtenido este lunes los Premios Nacionales de Danza correspondientes a 2016, galardones que concede anualmente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y que están dotados con 30.000 euros cada uno.

Aunque este premio ha cogido a De Luz, que reside en Nueva York, «medio dormido» por el cambio horario, el bailarín lo ha recibido, según ha manifestado a Efe, con «gran alegría y orgullo» por ser el reconocimiento a su trayectoria en el país al que lleva «tanto por bandera». «Quiero agradecer especialmente este premio a mi madre, que me metió en ballet y ha sido la impulsora de mi carrera, así como a mi padre artístico, Víctor Ullate», ha dicho el artista, a quien inspiró para tomarse la danza «en serio» la coreografía de «Don Quijote» interpretada por Mijaíl Baryshnikov.

De Luz compagina su trabajo como bailarín principal del New York City Ballet con la docencia en la escuela de esta compañía, una tarea en la que ve una forma de «empezar a transicionar» porque, pese a que aún no pone fecha a su retirada, sí la tiene «en mente» y cree que será «en algún momento de aquí a un par de años». De Luz, que comenzó su formación en danza clásica en la Compañía de Víctor Ullate -de 1992 a 1995-, fue solista de la compañía de Pennsylvania Ballet, del American Ballet Theater y en 2003 entró a formar parte del New York City Ballet, primero como solista y luego, desde 2005, como bailarín principal.

En el caso de la coreógrafa y bailarina Sol Picó (Alcoy, Alicante, 1967), el jurado, también por mayoría, ha apreciado su «talento creativo y fuerte personalidad artística, unidos a la audacia de sus propuestas escénicas», su «profundo conocimiento de los estilos de la danza, para construir su propio lenguaje» y su «continuo compromiso con la creación contemporánea». «Me hace mucha ilusión porque me he levantado un poco deprimida, sin ganas de nada y me ha dado un subidón. Llega en un momento importante, porque un premio da ganas de seguir y fuerza y estos son momentos duros porque a veces te dan ganas de tirar la toalla mirando cómo está la danza en este país», ha señalado la galardonada en declaraciones a EFE.

A la danza en España, explica, le falta «mucha sensibilización por parte de la administración y que no destruya las estructuras creadas con pies y cabeza cuando viene el siguiente porque nos estamos muriendo a cada paso». A su juicio, el modelo de gestión «se burocratiza cada vez más» y el circuito está «cada vez más desangelado», un panorama que contrasta con la realidad de que «hay público para la danza».

La premiada formó Sol Picó Compañía de Danza en 1993, es conocedora de la danza clásica, española y contemporánea, tres disciplinas que se pueden sentir en su trabajo coreográfico, aunque enmarcado en la expresión más contemporánea de la danza, según el jurado. Razona la vaca (1995), Bésame el cáctus (2001), El llac de les mosques (2009), Petra, la mujer araña y el putón de la abeja Maya (2011) o We Women (2015) son algunos ejemplos y montajes de la creadora, que ha recibido varios premios Max por sus trabajos.

El jurado, presidido por la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Montserrat Iglesias, ha estado formado por Antonio Garde, Mª Ángeles Carrasco, Laura Lizcano, José Carlos Martínez, Carmen Roche, Xosé Paulo Rodríguez y Rosa San Segundo.