Iván Ferreiro: «Meterle música y palabras a Raphael es absolutamente genial»

Oriol López
Oriol López REDACCIÓN

CULTURA

Iván FerreiroWarner Music

El cantante visita Gijón esta noche en un concierto enmarcado en la gira Cómplices de Mahou, donde interpretará canciones de su nuevo disco, «Casa»

21 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres años. Ese es el tiempo que ha hecho falta para volver a recibir una de las píldoras con las que el cantante Iván Ferreiro (Nigrán, 1970) obsequia al público español periódicamente aunque, en esta ocasión, se ha hecho esperar más de lo habitual. Su último trabajo, Casa, refleja a un Ferreiro maduro, centrado y que ha evolucionado a través de sus seis trabajos en solitario, en los que cada vez cuenta con más compañía encarnada por sus amigos. El exlíder de Piratas se prepara para visitar Gijón, donde dará un concierto en Gijón en día 21 a las 21.00 horas junto a Antonio Orozco. En el espectáculo, enmarcado en la gira Cómplices de Mahou, el público asturiano recibirá en directo el impacto de las nuevas letras y acordes del artista gallego en sus pabellones auditivos después de varios años.Y vaya si se ha hecho esperar.

-Val Miñor salió hace ya tres años, pero entre los anteriores trabajos no pasó tanto tiempo. ¿Por qué ha sido así?

-Por un lado, sí, salió hace tres el otro disco y estuvimos más de año y medio de gira y, por otro lado, necesitaba un descanso. Han sido unos años muy intensos. Llevaba sin parar, entre gira y gira, varios años y estaba agotado, esa es la realidad. Llevaba una espiral de tocar, tocar, tocar, componer, tocar, componer, grabar, todo a la vez muy larga. Igualmente espero volver un poco a esa dinámica, pero se me fue un poco la vara. Necesitaba dormir en mi casa más de quince días seguidos, así que me vine y me encerré a hacer un poco mis cosas. Necesitaba un poco de calma, poner los pies en mi casa, colocar mi salón, prepararme la comida, salir a pasear, piensa que también tengo hijos.… Llevaba demasiada carretera encima y tenía parar, volver a cosas cotidianas.

-Aunque sea su profesión y le encante, ¿también la música contribuyó a la fatiga?

-No, estaba saturado del cansancio, de subir a una furgoneta, pruebas de sonido, tum tum, siesta, sueño desordenado... La música no me aburría, de hecho la parte del concierto era la más agradable del día. Me costaba salir de casa, subir a la furgoneta, al ir a tocar me sentía súper cansado, comencé a adelgazar...

-Entonces el título del nuevo trabajo, Casa, tiene que ver con todo ello.

-Tiene que ver con el descanso y poder pensar desde tu casa con cierta calma, desde un sitio tranquilo y cómodo. También he de decir que la casa es un sitio cómodo, pero cuando empiezo mi descanso fue un poco infernal, porque estar acostumbrado a estar tanto por ahí… Es ese camino hacia estar en casa otra vez, estar en mi sitio, con mis amigos, mi entorno, ir a cenar, dar una vuelta… Conste que me costó, pero al final lo conseguí.

-Con la trayectoria que lleva a sus espaldas, ¿qué rol representa este disco entre los demás trabajos de su carrera?

-Hago cada disco sin preocuparme mucho del anterior. Cada año hago las canciones que me piden el cuerpo y la cabeza, y tiro hacia mi intimidad, mi forma de ver el mundo y cómo me siento. Venía de un año difícil, no una situación grave ni nada parecido. Hablamos desde el punto de vista personal de alguien que le va bien. Hablo de pequeños problemillas de persona mínimamente acomodada, pero a veces hay que ordenar la cabeza. Tengo ya 46 años, mi situación sentimental era extraña, tengo dos hijos adolescentes y necesitaba estar con ellos, y un montón de cosas. Son los problemas de un padre, un hermano, un amigo, problemas de alguien normal. Pero a mí me gusta hablar de las cosas que me pasan por dentro y de cómo las veo y las siento. En este caso me centré en ello y en ver cómo cosas que me dolían estaban todas en mi cabeza y tenía que superarlo yo. También es un disco que va sobre los amigos porque son los que me ayudan, los que están cuando tengo un mal momento, son los que me echan una mano. De eso va el disco, de sentirte hecho una mierda y terminar sintiéndote bien.

-¿Cómo definiría entonces Casa?

-Cada disco me pillaba en una situación personal diferente. He tratado de ver mis cosas desde distintos puntos de vista y yo creo que es mi disco más completo. Es en el que estoy más centrado, también tiene una variedad musical más grande y va tratando mis problemas desde otro sitio. Mientras que el anterior, Val Miñor, era un disco de subida, de alguien que está en alza y su vida sentimental… Es tal vez este un disco de alguien que empieza desde abajo, que empieza a reconstruir su vida desde abajo y a lo mejor no le importa tanto la situación en la que está, sino estar disfrutando de lo que tiene. 

-¿Se refleja más su evolución personal o musical?

-Yo espero que sea un compendio de ambas. Aunque te cuente de lo que creo que va el disco yo los hago para que la gente se vea a sí misma, que es de lo que va la música pop y de lo que ha ido siempre. Yo trato de contar mis cosas pero no sirve de nada si los demás no las viven parecidas y yo creo que, en el fondo, todos tenemos problemas bastante parecidos e igualmente maneras parecidas de solucionarlos. Por eso espero que sea una cuestión de los demás, que se vean reflejados en él y que crean que las canciones hablan de ellos.

-Antes hablaba de que ya tiene 46 años, hijos, etc. ¿Le ha pillado por sorpresa el paso del tiempo?

-He sido bastante consciente de cada año que cumplía y trato de hacer un trabajo acorde con la edad que tengo y con cómo veo la vida. No me veo escribiendo como lo hacía con 20 años, tampoco tengo ganas de hacerlo. Necesito que mi música me refleje a mí y verme dentro de ella. Que sea consciente del paso del tiempo no quiere decir que crea que me haga viejo ni nada parecido, sino todo lo contrario. Yo creo que cada año estoy mejor, entiendo más el mundo, que estoy más asentado. No me gusta llamarlo madurez porque es algo como muy serio, pero voy recolocándome y sabiendo quién soy. También tengo mucha gente alrededor que me recuerda todo el tiempo que ya no tengo 20 años (risas). 

-¿Cuáles son las sensaciones que está teniendo con el nuevo álbum?

-Pues muy buenas sensaciones, está siendo un año muy bueno. La gente está disfrutando mucho el disco, los conciertos funcionan muy bien, la semana pasada estuvimos en el número uno de ventas, cosa que no había pasado nunca y me sorprendió un poco. Veo mucho feedback. Ahora tenemos la suerte de tener Twitter y Facebook para ver qué le parece a la gente la música y me da mucha alegría ver que están escuchándome en sus casas. Es para lo que grabo los discos, para que los escuche la gente.

-Ha hecho hincapié en que sus amigos juegan un papel fundamental en su vida. ¿También es así en su carrera profesional?

-Son muy importantes, mis amigos están repartidos de muchas formas en ella y en este disco. Yo trato de virar hacia un sitio pero cuento todo el rato con Nico, Amaro, Leiva, Ricky, Emilio…Tengo un montón de gente maravillosa que me quiere y que me ayuda en mi trabajo. Si te fijas en mis discos cada vez hay más autores y más músicos tocando porque creo que mezclarse es enriquecerse. El disco es tan mío como de ellos.

-Está empezado a componer canciones para gente como Raphael o Sergio Dalma. ¿Cómo se siente al respecto?

-He hecho sólo ese par de canciones. Todos creéis que estoy componiendo a muerte para los demás pero no me está llamando tanta gente (risas). Haber compuesto para Dalma y Raphael me está dando mucha vidita, es una experiencia cojonuda y yo soy un escritor de canciones. Me gusta escribirlas y me encanta que alguien me pida que se las escriba, cuente sus cosas y pueda meterme en su piel y darle un giro a cómo cantan y cómo tocan. Meterle música y palabras a Raphael es absolutamente genial, es un sueño cumplido. Me encantaría componer para mucha gente, que me llamasen todo el rato los artistas.

-Entiendo entonces que se va a centrar también en componer a partir de ahora.

-Para mí es el principio de algo que llevo deseando hacer toda mi vida. Siempre he creído que mi trabajo debería bifurcarse entre mis discos y las canciones para los demás. Ahora empiezan a llamar e insisto en que espero que sigan llamándome más y dándole más oportunidades a mis canciones. Me encantaría hacer discos para otros además de los míos, serian como el summum.

-¿Procura adaptarse al artista o dejarle la marca Ferreiro a la composición?

-Yo parto de escribir para ellos pero siempre me cuelo de alguna manera. Supongo que para eso me llaman, para contribuir con la forma con la que trabajo. A veces escribo para ellos y cuando escucho la canción me vuelvo a escuchar a mí mismo y eso me gusta bastante, pero lo principal es que ellos se vean dentro de la canción que yo les ofrezco. Espero estar en esas palabras y notas, que sean las adecuadas para que se sientan de puta madre cantando eso.

-Respecto a su visita al Principado, ¿conoce Asturias? ¿Qué le parece?

-Mi vida asturiana es maravillosa, adoro ir a Asturias. Siempre me lo paso increíble, he hecho un montón de conciertos por ahí ya sea en sitios más grandes o más pequeñitos, y siempre disfruto mucho. Ya sabes eso de gallegos y asturianos, primos hermanos, creo que es una realidad absoluta.  Aparte de que me encantan los conciertos y el público asturiano, también me encanta vuestra comida. Es muy importante comer bien adonde vas a tocar. Además como gallego imagínate, es un placer llegar ahí y comer vuestros pescados, fabada, embutidos… Creo que somos unos vecinos que se llevan muy bien a todos los niveles y tengo muy buenos amigos en Asturias, es muy divertido y energizante estar ahí, sea donde sea. Espero seguir volviendo todos los años.

-Por último, ¿ya sabe dónde tocará próximamente? ¿Está preparada la gira de Casa?

-Estamos ahora mismo diseñando la gira, adonde vamos, cerrando contratos, etc. El lunes el concierto será algo más corto, siguiendo la fórmula de Mahou. Es una experiencia bonita, nos ofrecen unos conciertos muy chulos para hacer con otros artistas, pero ya tengo muchas ganas de presentar mi nuevo show en cuanto pueda.