Wolff filma el submundo del rugby entre el western y el cine de samuráis

efe GIJÓN

CULTURA

Sacha Wolff y Soane Takelau, en el FICX54
Sacha Wolff y Soane Takelau, en el FICX54 Juan González

El cineasta francés, que compite en Sección Oficial con «Mercenaire», parte del caso real de un jugador de Nueva Caledonia que emigra a la metrópoli francesa

24 nov 2016 . Actualizado a las 18:18 h.

El cineasta francés Sacha Wolff ha retratado el «rito iniciático» del momento en el que un joven se convierte en hombre en su primer largometraje de ficción Mercenaire, que compite en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón. El filme es «un cruce de caminos entre las películas de samuráis y los wésterns», según ha subrayado su director durante la rueda de prensa en la que ha presentado la obra.

El documentalista galo ha utilizado la historia de un jugador de rugby de 19 años, Soane Takelau, que emigra de Nueva Caledonia a la metrópoli francesa, para descubrir los entresijos del submundo de un deporte tan cruel en el campo como en los vestuarios. La película aporta además una segunda lectura en la cual quedan al desnudo los prejuicios sociales en un país que no considera franceses a los que nacieron en ultramar, a pesar de ser connacionales, al haber nacido en un territorio perteneciente a la República de Francia.

Soane Takelau, interpretado por Toki Pilioko, «rugbista» en la vida real, siente el menosprecio de sus compañeros en un equipo pequeño que le ha fichado y el rechazo de su padre alcohólico y violento, hasta que llega el momento en el que se rebela y asume una personalidad con la que se vuelve «respetable».

Wolff ha dicho que en un principio quiso rodar una película de «estilo documental», pero al investigar el submundo del rugby descubrió que la única manara de contar todo lo que quería era a través de la historia de un personaje. El director se ha manifestado fascinado por este deporte que, en su opinión, «tiene el mismo potencial dramático que el boxeo», aunque sobre este último se han hecho y se seguirán haciendo muchas películas. Durante cuatro años, Wolff se dedicó a documentarse sobre el rugby, mantuvo entrevistas con jugadores, entrenadores y también con familiares, lo que le ha permitido descubrir el lado oscuro de ese mundo.

El filme muestra en paralelo, la historia personal, de superación, del protagonista, la crueldad de un deporte de puertas para adentro, y desprecio de la sociedad francesa a los inmigrantes, aunque estos sean súbditos de la República. El director ha asegurado haber querido profundizar en el concepto de «identidad invisible», que se manifiesta en las escenas en las que el protagonista es tratado como alguien inferior por venir de un territorio que fue colonia. «En Francia se le considera un salvaje, mientras que en su ciudad natal se le considera francés», ha explicado.

El actor ha dicho que «todo lo que cuenta la película es verídico» y que lo ha vivido en su vida real como jugador de rugby «inmigrante».