Carlos Zanón: «La literatura debe explorar lo que podría haber sido y no fue»

beatriz pérez BARCELONA / E. LA VOZ

CULTURA

jaime abascal

Carlos Zanón defiende la novela negra como un género que permite observar la realidad y denunciarla

05 dic 2016 . Actualizado a las 08:01 h.

«Si lo que haces es de verdad, escribes como eres». Carlos Zanón (Barcelona, 1966) reconoce que no tiene una visión precisamente optimista de la vida. Este escritor de novela negra (o noir), a quien se ha comparado con el gran Jim Thompson, ganó el año pasado el premio Dashiell Hammett por Yo fui Johnny Thunders (RBA), considerada la mejor novela policíaca del 2014 escrita en español. Zanón participó en Black is back, una charla sobre literatura negra organizada por la librería Cascanueces en La Barbería, acompañado por el también barcelonés Toni Hill y la coruñesa Nieves Abarca.

-¿Podemos hablar de un bum en la novela negra?

-Más que eso, creo que tiene lectores muy fieles -hay muchos festivales-. Durante mucho tiempo la novela negra fue considerada un subgénero. El noir nació sin pretensiones elitistas y conectó con un público que buscaba historias directas. Luego llegó el bum Stieg Larsson, que fue lo que situó al género negro -muy presente en los años 50, 60 y 70- en el siglo XXI. La novela negra -en la que se engloba la novela policíaca- suele ser costumbrista. Tiene una mirada nihilista y muy personal sobre la realidad, el ser humano, las pasiones.

-Uno de los rasgos del «noir» es la denuncia.

-Sí. Según un dicho, el asesino de la novela negra siempre es el sistema. Quien produce el crimen no es el individuo, sino una serie de circunstancias. El noir te permite observar la realidad y denunciarla: explicar, con la ficción, aspectos como la corrupción, la crisis, la injusticia social… A mí en concreto me interesa más por qué se hacen las cosas que quién las hace.

-En concreto usted muestra una preocupación por los perdedores.

-Me resulta más sugerente y evocador. El que triunfa tiene la sensación de que todos los pasos que ha dado han sido los acertados. En cambio, quienes no somos triunfadores sentimos que nuestras vidas están llenas de cosas que podríamos haber hecho y no hicimos, momentos en los que nos equivocamos, personas a las que pudimos haber ayudado más… Un montón de «podría haber sido y no fue». Yo creo que ese es el terreno de la narrativa: explorar todo aquello que no pasó.

-Siempre ha querido ser músico, pero triunfa como escritor de novela negra.

-Siempre quise ser músico, actor y escritor. Todo a la vez. Y solo conseguí una cosa y mal [risas]. A mí la música me dio una educación sentimental. A la hora de escribir, tengo tanta influencia musical como literaria. Elvis, The Clash, los Ramones… Toda la eclosión del punk, que en el fondo significaba que no era tan importante la técnica, sino el fondo. Fue una revelación.

-¿Cómo se acercó a la novela negra?

-No me acerqué, fue una caída. Estaba escribiendo mi segunda novela y tenía la sensación de que solo hablaba de mí. Y entonces decidí meter en ella algo que no había hecho nunca: matar a un amigo. Mi voluntad era describir el barrio del Guinardó -en el que nací- pero con una trama de thriller. Cuando la acabé, nadie pensaba que fuera una novela negra, solo un año y medio después de publicarse.

-¿Qué autores destaca?

-Patricia Highsmith. Sus personajes son ambivalentes y transmite una sensación muy amarga del ser humano. Ella es el típico caso de escritora que excede el género al que pertenece. Otros autores que me gustan son Joyce Carol Oates, Jean-Patrick Manchette, algunos Carvalho, Andreu Martín… Pero no solo leo novela de género.

-Su último libro, «Marley estaba muerto», es una recopilación de cuentos de Navidad. ¿Por qué el cuento y por qué la Navidad?

-Me gusta mucho la Navidad -sí, en serio-. Uno de mis cuentos favoritos es Cuento de Navidad de Dickens. La editorial se esperaba otra novela y yo le entregué un libro de cuentos, género que yo nunca había escrito. Quizás fue algo un poco excéntrico, pero para eso escribes, ¿no? Para ser tú mismo, no para hacerte millonario.

-¿Es A Coruña un buen escenario para una novela negra?

-Los coruñeses, como los gallegos, tienen su propia idiosincrasia, así que yo creo que ello permite seguro hacer novela negra. Eso sí, veo más complicado hacer una novela negra rural. La ciudad tiene algo maravilloso y terrible que es el anonimato, lo cual permite la creación de un mundo desconocido, subterráneo, misterioso.