Jennifer Lawrence: «Una escena de amor es la situación más vulnerable»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

PHIL McCARTEN

«Passengers» ya es uno de los éxitos de taquilla del año. La actriz y Chris Pratt derrochan química en este drama romántico de ciencia ficción.

06 ene 2017 . Actualizado a las 17:58 h.

Las actrices inteligentes y sensuales descolocan a Hollywood. Es el caso de Jennifer Lawrence (Louisville, Kentucky, 1990), cuya voz ajada, rasposa y grave da textura a sus interpretaciones y embruja al público. Lawrence va por libre y es difícil catalogarla. Combina personajes excepcionales en películas como Winter’s Bone y El lado bueno de las cosas con otras comerciales como la saga de Los juegos del hambre que afianzan su caché.

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Lawrence empieza el año en la pantalla junto a Chris Pratt, otra de las estrellas más rutilantes del Hollywood. La pareja derrocha química en Passengers, el Titanic del espacio. La dirige Morten Tyldum (Descifrando Enigma), que para su primer filme norteamericano logró construir una nave espacial en el corazón de Atlanta. La plataforma donde miles de seres humanos viajan para colonizar otro planeta. Lawrence, la actriz mejor pagada de la industria, afronta ardientes escenas de sexo, impresionantes secuencias sin gravedad y el sacrificio por amor.

-¿Qué le llevó a protagonizar «Passengers»?

-Si soy sincera, diré que no quería hacer esta película. Era por cansancio, que quede muy claro. No quería rodar otro gran filme después de Los juegos del hambre, así que casi ni leo el guion. Pero lo hice y me enamoré de la historia. Es un drama de amor bellísimo, único, atrevido y salvaje. Por eso no pasé de hacer Passengers. No tenía tiempo y Chris tampoco, pero resultó ser la concepción inmaculada de un filme.

-Habla de la soledad, de cómo necesitamos a los demás. ¿Cree que la soledad puede conducir a la locura?

-Es uno de los elementos importantes del argumento. Pero a mí me gusta la idea de una relación en la que el público ve la honestidad del protagonista cuando le revela a ella que la ha despertado antes de llegar. Es un filme que crea una conversación, porque él la elige a ella desde el principio, y ella no tiene esa oportunidad.

-Ha rodado su primera escena romántica con Chris Pratt.

-Sí. Cuando grabamos esa secuencia la conversación giró en torno a la vulnerabilidad. Literalmente hablando, una escena de amor es, repito, la situación más vulnerable por la que pasa un actor ante la cámara. Por fortuna me llevo muy bien con Chris. No hubo que romper el hielo. Me costó, pero la escena es muy necesaria para contar su historia de amor, su aventura.

-¿Se entenderá el motivo del personaje de Chris para despertarla?

-No se trata de dar lecciones morales. La vida en la Tierra ha quedado atrás y se enfrentan a un futuro distinto. Es una historia que habla de sacrificio, de cómo las relaciones que se construyen con una mentira acaban destruyendo algo precioso.

-Otros filmes de ciencia ficción como «THX 1138» de George Lucas o «Alphaville» de Jean Luc Godard, evitan los sentimientos. ¿Este va a contracorriente?

-Aquí es todo lo contrario. Es una historia de amor sin edad y yo nunca saldría con nadie que no sea como Jim, el personaje de Chris, lo opuesto de mí. Eso está fuera de toda duda, y quién sabe si los protagonistas tendrían una relación si se encontraran en Manhattan y no en el espacio.

-¿Se atrevería a ir al espacio?

-Me encantaría, pero dejaría que antes que yo fueran diez mil personas para estar segura de que no me pasará nada. No disfruto cuando pienso que mi vida puede estar en peligro. Me gusta la ciencia ficción. Interstellar es uno de mis filmes favoritos, aunque no creo que haya leído ningún libro del género. Me gusta que esta historia tenga muchas facetas. Aurora y Jim no estarían juntos de no encontrarse en el espacio. Verse atrapada con él es lo mejor que le ha pasado en la vida, porque ella siempre está moviéndose, incapaz de asentarse.

-¿Es una mujer valiente?

-Soy mucho más precavida que valiente. Lo pienso todo mucho.