Del arte no se come en Asturias

J. C. Gea GIJÓN

CULTURA

Ricardo Mojardín. «El arte no da de comer»
Ricardo Mojardín. «El arte no da de comer»

Una encuesta de emergencia propuesta por La Voz de Asturias a un amplio grupo de artistas asturianos muestra la extrema precariedad del sector en el Principado, por contraste con los titulares de la «semana fantástica» de las ferias madrileñas

25 feb 2017 . Actualizado a las 11:28 h.

Febrero es el mes del arte en España. O, al menos, el mes en el que los titulares sobre el arte -impulsados por la concentración en la capital españolade ferias como Arco, ArtMadrid, JustMad o Drawing Room- saltan de las secciones de Cultura a las portadas de los medios de comunicación, sin excepción. Las tintas se cargan en las grandes ventas, las piezas más espectaculares o polémicas, los nombres locales representados en los certámenes o las iniciativas institucionales para dar a conocer el plantel creativo de cada comunidad autónoma, sus equipamientos o sus políticas en materia artística. Asturias no es una excepción, con sus respectivas picas individuales, empresariales o institucionales en cada una de las citas capitalinas: artistas consagrados o jóvenes, galerías más o menos veteranas o Pentágonos trazados desde la viceconsejería de Cultura entre los mayores equipamientos autonómicos.

Pero la Semana Fantástica del arte contemporáneo pasa pronto, las primeras planas se desvanecen y hay que volver a un día a día que, hoy por hoy, es para los artistas del Principado de una dureza que raya en la desolación. Así lo muestra una encuesta de urgencia sobre su situación económica propuesta a un amplio grupo de artistas asturianos por La Voz de Asturias. A ella han respondido de forma anónima 39 de los más de 50 creadores consultados, representativos de distintas generaciones, disciplinas y estéticas, y cuyo trabajo forma parte habitual de los circuitos locales, nacionales e incluso internacionales, representados en importantes colecciones en muchos casos, reconocidos por la crítica y considerados también en la inmensa mayoría de los casos desde ámbitos especializados como parte de la historia reciente del arte regional.

La conclusión es palmaria: ni se vive ni se puede vivir del arte en Asturias. La profesión artística no es más que vocación, terquedad, mucho talento moviéndose sin cesar en vacío y aún más miseria económica. Como reza el texto de una pieza que el artista Ricardo Mojardín -uno de los participantes en la consulta- adjunta con su habitual ironía junto a sus respuestas, «El arte no da de comer» en Asturias.

En números

Los datos son abrumadores. De los 39 artistas que han participado en este muestreo, solo catorce se dedican exclusivamente a la producción de su obra, aunque en al menos tres casos lo hacen ya como jubilados de ocupaciones anteriores o a la espera de una inminente prejubilación. El resto se ocupan mayoritariamente en la docencia -12 de ellos, aunque no todos con plaza fija y alguno de ellos en el paro en este momento-, otro es funcionario en tareas administrativas y el resto son autónomos ocupados en distintas labores, que en algunos casos guardan alguna proximidad con la creación o con el mundo artístico con dedicaciones como el diseño gráfico, los talleres de didáctica sobre el arte o el ejercicio de la arquitectura con especial énfasis en sus aspectos más relacionados con el arte. Un caso especial es el de dos artistas que en este momento viven de sendas becas artísticas en el extranjero, con la cláusula de provisionalidad correspondiente a la condición de becario.

Pero la creación artística no es una ocupación secundaria en sus aspiraciones, el clásico hobby del domingo por la tarde para un funcionario. Todo lo contrario. Cuando se les pregunta a todos los que no lo hacen ya si albergan alguna esperanza de poder vivir en exclusiva de su trabajo como artistas -algo que desearían todos ellos-, solo dos se salen de la negativa. Y es para consignar que simplemente no saben/no contestan. De entre todos los participantes, no más allá de tres estarían dispuestos a admitir abiertamente que viven de su actividad.

Los números respaldan con una rotundidad apabullante esa falta de expectativas. Solo cuatro de los 39 artistas han rebasado el pasado año el límite de los 9.172,80 euros del salario mínimo interprofesional que regía para 2016. Siete de los consultados que han aportado datos sobre sus emolumentos percibieron entre 2.500 y 5000 euros, seis de ellos subieron a una cuantía entre los 5.000 y los 7.500 euros, otros seis cobraron entre 1.000 y 2.500 euros y siete de los encuestados no percibieron ni un céntimo en 2016 en relación con su producción artística, aunque hay que hacer la salvedad de que hay un caso en el que tampoco se realizó absolutamente ninguna producción. Solo uno de los artistas que ha participado en la consulta superó los 20.000 euros de ingresos en 2016, y otro percibió en torno a los 18.000 el año pasado.

Aunque al menos media docena de los encuestados admite haber cobrado una parte de ese dinero en negro -en ningún caso por pagos muy menores, que no llegan a los 1.500 euros-, casi todos ellos han percibido sus ingresos después de descontar el porcentaje que se reparten con las galerías que los representan. La inmensa mayoría -todos, salvo 7- trabajan con galeristas, aunque no siempre de forma estable. El reparto al 50% de los beneficios de la venta es, según declaran 18 de los consultados, la fórmula predominante en el acuerdo comercial con sus representantes. En el mejor de los casos -solo un par de ellos-, los artistas llegan al 70% de beneficios, y en otros tres casos alcanzan el 60%. Pero hay que tener en cuenta que hay que descontar casi siempre gastos diversos: de producción de la obra, de logística, de inscripción en ferias, de seguros...

Ingresos recientes

Como fotografía de su situación actual, prácticamente al día, se ha preguntado a los artistas participantes en este muestreo por sus ingresos recientes. Solo 20 de ellos han realizado alguna operación en lo que va de 2017; del resto, 8 van a hacer pronto un año sin haber visto ni una sola venta, y 8 han superado ya esa cota sin ingresos relacionados con su producción: no han vendido desde hace más de doce meses. Respecto a lo percibido en su última venta, solo 12 de los consultados han cobrado más de 1.000 euros por ella. Solo en un caso se admite una venta en el tramo que supera los 7.500 euros.

Con todo, la actividad no cesa y los artistas asturianos tienen exposiciones y otro tipo de actividades en su agenda para este año tras un 2016 en el que todos ellos, salvo un caso, dieron a conocer de un modo u otro su trabajo. Diez de los encuestados formaron parte de exposiciones colectivas y el resto tuvo sus muestras individuales, de las cuales cuatro exhibieron su obra a escaparates internacionales. Para este año, 25 de los 36 participantes tiene ya programada actividad expositiva, aunque en 7 casos se vuelve a tratar de colectivas. Dos de los artistas consultados tienen en perspectiva muestras en el extranjero, y otros no tienen más remedio que limitarse a dar a conocer su trabajo blogs o las redes sociales. Algo que puede resultar adecuado para determinados formatos contemporáneos de net-art o arte digital, pero que se lleva muy mal con lenguajes clásicos como el del dibujo y la pintura.