Arango engrandece su regalo a Asturias añadiendo una obra a las 29 ya donadas

Susana D. Machargo OVIEDO

CULTURA

J.L.Cereijido

El empresario no hará uso del usufructo de todas las piezas obras donadas al Bellas Artes y dejará alguna tras la exposición de primavera. «Soy tan afortunado como el museo», ha señalado

02 mar 2017 . Actualizado a las 18:39 h.

Plácido Arango ya había sido generoso con su donación a Asturias, y aún ha decidido serlo un poco más. El empresario mexicano de raíces asturianas ha anunciado que incrementará su legado al Museo de Bellas Artes con una obra más Serán finalmente 30 obras, gracias a la incorporación de una nueva pieza datada en el siglo XVIII, el único entre el XV y el XX del que no había representación. Arango lo ha anunciado durante la firma oficial de la donación, acompañado por el consejero de Cultura, Genaro Alonso, y el director de la pinacoteca, Alfonso Palacio. Durante su intervención, también ha anunciado que, al igual que hizo con el Prado, no hará uso de su derecho al usufructo vitalicio con todas las obras. Alguna de ellas permanecerá en el museo tras la exposición que se celebrará esta primavera y que ya se está ultimando. «Prefiero verlas colgadas de las paredes de los museos», ha argumentado el filántropo.

La idea de ampliar la donación le surgió a Arango al leer unas declaraciones del director del Bellas Artes. Repasando la colección, Palacio precisaba que no había ninguna pieza del XVIII, que eso era lo único que faltaba. El empresario, con humor, ha precisado que no se ha sentido forzado, pero que al leer sus palabras se dio cuenta de que era necesario cubrir ese vacío. Nada más ha adelantado sobre la obra que redondeará su legado, salvo que buscará algo que no desentone con el resto. El anuncio ha sorprendido incluso al personal que vela por su colección y que no estaba al tanto de las intenciones del filántropo.

Arango se ha mostrado entusiasmado. «Soy tan afortunado como el museo por haber podido realizar esta donación», ha explicado. Sabe que su gesto ha calado hondo en la sociedad asturiana. Ha estado atento a las informaciones de los medios y ha reconocido que ha sido bien recibida. Él comparte esa emoción. Se siente cómodo en la tierra de sus ancestros. Ha prometido, además, ejercer el cargo de patrono de honor del Bellas Artes, distinción que ha estrenado. «No tendré voto pero espero tener voz. Asistiré, por lo menos, a la primera de las reuniones», ha adelantado.

La sintonía con la pinacoteca y con el Gobierno del Principado ha sido evidente desde el principio. El empresario ha recorrido todo el camino de la mano del expresidente asturiano, Pedro de Silva, que ha sido su asesor, que ha fijado la hoja de ruta y que ha estado presente en la firma. Plácido Arango ha alabado la predisposición de Javier Fernández y las facilidades que ha encontrado. También ha ensalzado al director Alfonso Palacio y a Emilio Marcos Vallaure, que fue su primer nexo con el Bellas Artes.     

Alfonso Palacio, antes incluso de saber que ese vacío en el siglo XVIII pasará pronto a la historia, ha señalado que Arango ha protagonizado «una donación sin precedentes y sin contrapartidas». Ha explicado que supone «un espaldarazo» para el museo que dirige y también para el conjunto de la sociedad asturiana «que se beneficiará de su legado». El consejero de Cultura ha utilizado, si cabe, expresiones más grandilocuentes. Genaro Alonso ha precisado que las obras enriquecen la colección del museo por su número, por su calidad y porque suponen la incorporación de algún autor inédito hasta el momento.

El legado

La donación se componen de obras de 29 autores de entre los siglos XV y XX que, según su director, Alfonso Palacio «cualquier museo ambicionaría», y vienen a Asturias para quedarse. Incluye obras vinculadas a la historia del arte español de los siglos XV al XX, siendo la más antigua de 1485 y la más reciente de 1992. Dieciocho de los artistas incorporados permanecían inéditos hasta el momento en las colecciones de pintura del Museo, mientras que cuatro estaban representados mediante depósitos de colecciones públicas o particulares y seis ya figuraban en los fondos. De este modo, la donación permite, por un lado, paliar lagunas existentes en las colecciones del Museo y, por otro, reforzar de manera excepcional lo ya presente.

Entre los pintores hasta ahora no representados destaca la incorporación de obras maestras de artistas como Diego de la Cruz, Juan de Juanes, Juan Pantoja de la Cruz, Rodrigo de Villandrando, Juan van der Hamen, Jerónimo Jacinto Espinosa, Juan de Valdés Leal, Antoni Tàpies, Manuel Millares, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo y Darío Villalba, entre otros. Mención especial merece, por su magnitud, la inclusión del Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco, del siglo XV. Y también es especialmente remarcable la presencia de esculturas de autores contemporáneos como Juan Muñoz y Cristina Iglesias.

Por otro lado, entre los artistas ya representados en la colección, el Museo se enriquecerá substancialmente con la incorporación de obras muy destacadas de pintores como Juan Correa de Vivar, Luis de Morales, Francisco de Zurbarán, Genaro Pérez Villaamil, Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana, Esteban Vicente y Pablo Palazuelo, entre otros.

La exposición

El Museo de Bellas Artes y Plácido Arango ya están trabajando en la exposición en la que presentarán las obras donadas. La inauguración, aún sin una fecha concreta, está prevista para finales de abril y permanecerá abierta hasta finales de año. La idea es que la muestra se complete con la edición de un catálogo y con la organización de un ciclo de conferencias, en el que tomarán la voz especialistas en la materia.