Prerrománico: lo urgente, lo necesario y todo lo demás

J. C. Gea GIJÓN

CULTURA

Captura en 360º de San Julián de los Prados
Captura en 360º de San Julián de los Prados

Los historiadores de la Universidad de Oviedo admiten la necesidad de actuaciones rápidas, pero ponen el acento en las medidas a medio y corto plazo

07 mar 2017 . Actualizado a las 07:16 h.

Cubrir cuanto antes las urgencias del corto plazo, desde luego. Pero sin alarmismos que podrían ser incluso contraproducentes y con visión de largo alcance. Por lo que respecta al prerrománico, para los historiadores especializados en la Alta Edad Media asturiana, los auténticos problemas tienen que ver con el medio y el largo recorrido y el uso del gran angular: dotar de contexto y de relato a sus monumentos; buscar perspectivas interdisciplinares que también lleguen a ser internacionales; fomentar los consensos académicos -y, en su estela, los políticos-; enseñar y divulgar a la sociedad, empezando por la asturiana, el valor de un patrimonio único, y fomentar la explotación de un recurso estratégico de primer orden son algunas de las ideas que aparecen en el discurso de algunos de los especialistas universitarios que mejor conocen la arquitectura prerrománica y su época. Estas son algunas de las posiciones de investigadores de la Universidad de Oviedo en relación con la última llamada de alarma lanzada por el también profesor de Historia del Arte Lorenzo Arias sobre el estado de las pinturas murales en San Salvador de Valdediós, San Miguel de Liño y Santullano.

Ese «maldito plan»

«Pavor» es la reacción que suscita al catedrático de Historia Medieval Javier Fernández Conde «la entrada en San Julián de los Prados», en consonancia con la situación denunciada por el profesor Arias. El autor de La religiosidad medieval en España le da la razón al especialista en pintura medieval en cuanto a que «urge muchísimo meterse con esas pinturas»; pero, con todo, la urgencia de fondo es, para Fernández Conde, conseguir «el esquema o marco necesario para una joya importantísima, como es el prerrománico, de cuya importancia la gente no es consciente todavía»: «La prioridad», concluye, «es el maldito plan del prerrománico, que no acaba de salir», en una postergación que el historiador atribuye «a contradicciones entre administraciones, o a pura ceguera política». Y, a decir verdad, no se muestra demasiado optimista a ese respecto: «No veo que se muevan las políticas necesarias», se lamenta.

De ahí que ponga el énfasis en otro frente: el de la docencia y la divulgación. Para promover precisamente en la sociedad esa «conciencia» que dice echar en falta en los gestores, Fernández Conde reclama «una modificación de los planes de enseñanza en Asturias, que en este momento dedican una parte minúscula al prerrománico»; un estilo y un periodo que «necesitarían de un capítulo especial y tratados especiales como los hay en Cataluña sobre el románico catalán o en Galicia, respecto al Camino de Santiago».

Sobre esta última referencia, Fernández Conde -que coorganizó el congreso sobre el Camino Primitivo del pasado año en Oviedo- cree que debe tener una vinculación especial con el perrománico, parecer que comparte con el concejal de Cultura de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos. «Es algo que hay que aprovechar. Las cifras de visitantes del Camino de la Costa impresionan y, aunque nunca llegará a alcanzar las cotas de peregrinos del Francés, el Camino Primitivo está cogiendo un auge excepcional”, señala el historiador, que prevé que las actas sobre el congreso se publiquen en “junio o julio”».

Un contexto y un relato

Raquel Alonso, profesora de Historia del Arte especializada en la época medieval estima que «poco hay que añadir respecto a lo que Lorenzo Arias ha dicho en cuanto al corto plazo»; no solo por lo que respecta a la urgencia de «intervenir lo más rápido posible en lo más precario» sino también muy especialmente sobre la forma de realizar esas intervenciones: «Me parece muy acertado transmitir que a lo mejor no se trata de hacer grandes inversiones de una sola vez, sino por fases según disponibilidad y urgencia, sin plantear magnos planes que parecen pertenecer al mundo de la teoría, más que al de la práctica».

Pero, dicho esto, pone el énfasis en otro aspecto, complementario a uno de los mencionados por Pilar García Cuetos: «Es necesario contextualizar el prerrománico de otra manera, situarlo en un gran contexto terrtorial, arqueológico e histórico-artístico Se lo ve como edificios aislados, casi como piezas de escultura muy bonitas, pero que no forman parte de un contexto. Y si yo veo eso así, suelto, sin saber más, como un edificio suelto, me puede parecer muy bonito pero me voy a mi casa».

Lo que falta es «el relato»: «Hay que construirlo con investigación coordinada con excavaciones, intervenciones en patrimonio, pero sobre todo con una idea clara de qué queremos hacer con nuestro conjunto monumental mediante una intervención amplia y coherente que se aleje de lo faraónico. Hacer lo necesario no sería problema con una administración sensata realista y práctica».

Sobre todo para obtener, según la profesora Alonso, «una impresión correcta nosotros mismos, porque si no no podremos transmitirla a los demás». Y esto último es imprescindible, a su entender. «No puede ser que no se consiere la Alta Edad Media en Asturias, que es nuestro momento de gloria, como un sector estatégico con todas las consecuencias.Podemos intentar que no se caiga, pero no vamos a conseguir un tratamiento de verdad correcto si perdemos eso de vista».

Piensa la investigadora no solo en el turismo convencional, sino en otro más especializado, en torno a centros de estudios medievales arqueológicos e histórico-artísticos que sirvan de «foco de atracción a estudiantes de doctorado en formación o reuniones científicas sobre la Alta Edad Media». «El lugar para eso en España es Oviedo, Ciudades más pequeñas en Francia o Italia funcionan como centros de formación de investigadores o profesionales en intervención» con citas internacionales de referencia. «Eso da prestigio a las regiones y las ciudades, y se puede exprimir para un turismo de mucha calidad», subraya Raquel Alonso. Y no hace falta «empezar por contratar, como hacemos aquí, un edificio del mejor arquitecto del mundo: basta con edificios históricos y modestos, con ser ambiciosos pero realistas».

Interdisciplinar e internacional

Aunque reconoce que Lorenzo Arias «tiene más trayectoria», la posición como historiadora del arte y especialista en las pinturas prerrománicas de Isabel Ruiz de la Peña no es «tan alarmista» como la del catedrático. Pero, al igual que sus colegas, tampoco discute que se trata de «un problema urgente». «Lo es; pero lo es desde hace mucho tiempo», señala la investigadora, que propone dos líneas fundamentales para romper esa especie de enquistada situación de emergencia.

Una pasa por el ámbito académico y apunta más allá de las fronteras, no solo del Principado. «El problema se debe abordar desde una perspectiva interdisciplinar e internacional», resume Ruiz de la Peña, para quien «es esencial consultar a los mejores expertos en patrimonio tardomedieval del mundo y traerlos aquí». A la historiadora le consta que «en Asturias hay muy buenos especialistas», pero cree que «el problema merece una comisión internacional que, sin despreciar lo de aquí, amplíe el círculo».

«Es hora de abordar el tema con altos vuelos, no dando vueltas a lo mismo. Llevamos décadas haciendo y se ha invertido bastante dinero sin éxito, así que hay que buscar un plan B, algo más serio. Si fuera se están haciendo bien las cosas, por qué no vamos a copiarlas», argumenta Isabel Ruiz de la Peña, que señala como referencia el trabajo en torno a las punturas medievales en Poitou, en el departamento francés de Poitiers, a la labor del Museo Nacional de Cataluña sobre el arte románico catalán o a o que se ha hecho en Italia en materia de estudio, conservación y promoción de pinturas medievales.

Italia es, además, un buen ejemplo acerca de otro aspecto en el que incide la profesora: la consolidación del prerrománico como «algo que tendría que estar siendo la marca de Asturias y proporcionándonos mucho dinero». «En Italia, precisamente, lo tienen muy claro y saben sacar dinero de debajo de las piedras, y además haciéndolo muy bien. Aquí no lo conseguimos ni siqueira con gestores de gran sensibilidad, como la actual directora general de Patrimonio», afirma la historiadora.

Pero poco pueden hacer, en su opinión, los políticos cuando «no hay sensibilidad social» hacia algo que «es nuestra identidad y además un recurso económico de primera». «Hay que apuntar a las escuelas, a los más jóvenes, porque con los adultos, poco puede ya cambairse» en cuanto a sensibilización, en opinión de Isabel Ruiz de la Peña.

En paralelo, y aun más a corto plazo, hay que replantearse el modo en que una gestión inadecuada de las visitas rechaza a los visitantes: «Por ejemplo, los horarios de apertura de San Julián de los Prados no pueden ser los que son. Hace falta un horario amplio, en invierno y verano, porque estamos hablando de un Patrimonio de la Humanidad. Si la gente viene y lo encuentra cerrado, la imagen es tremenda».Ítem más: «Los guías deben ser guías expertos. Los tenemos en titulaciones de Humanidades, Historia del Arte, Arqueología e Historia, y lo pueden hacer muy bien».

Como sus compañeras de departamento, la profesora Ruiz de la Peña cree que la «sensibilización para conservar tiene que pasar por una buena difusión del prerrománico en su conjunto». Cita referencias «olvidadas como la Foncalada, mal difundida y mal señalizada, cuando no hay fuentes del siglo IX y X en ninguna parte y su importancia es espectacular». Quizá pensando en el entorno de este monumento, la historiadora pone también el acento en la vigilancia, que «tiene que ser humana, porque cualquiera puede hacer pintadas, tirar basuras y poner en peligro este patrimonio» casi como si nada.