«Para tener una próspera carrera cinematográfica hay que debutar con un largometraje a lo grande»

Eugenia Valencia OVIEDO

CULTURA

Javier Alfonso Bartolozzi
Javier Alfonso Bartolozzi

Javier Alfonso Bartolozzi es un cineasta asturiano que ha conseguido colarse en el Festival de Cannes. Sus referentes son Tarantino y Scorsese

28 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Javier Alfonso Bartolozzi es un joven cineasta asturiano que ha conseguido colar su corto en el Short Film Corner de Cannes. El niño que se crió en la tranquilidad de la Fresneda recorre ahora las calles de Nueva York en busca de ideas que llevar a la gran pantalla. Una cámara, una serie de ideas originales y la ayuda de un equipo de enamorados del cine son los elementos que Bartolozzi utiliza como material de trabajo. Admirador de los clásicos, considera que es el momento de acabar con los cánones establecidos, sin olvidar nunca que romper con algo significa haber bebido de ello con anterioridad. En Estados Unidos, encontró la diversidad racial y de oportunidades; y descubrió un universo creativo que, aunque no es la realidad española, no implica que aquí no puedan hacerse grandes creaciones, sobre todo, si se llena de ideas innovadoras el panorama estancado de las productoras americanas.

-La presentación de un corto en el Short Film Corner de Cannes supone un éxito para un joven cineasta. ¿Considera que ha alcanzados su meta? O, por el contrario, ¿Se trata de un impulso para continuar con su carrera?

-En absoluto pienso que haya alcanzado mi meta final. No suelo pensar mucho en ello. Estoy centrado en trabajar duro para poder dedicarme plenamente a producir historias y vivir de ello. Quiero poder transmitir todas las ideas que tengo rondando en mi cabeza, plasmarlas en la gran pantalla y que la gente disfrute con ellas. Me gusta tanto escribir como dirigir y todo lo hago con afán de compartir, entretener y crear emociones.

Sin duda soy feliz dirigiendo todo tipo de proyectos, no estrictamente míos, pero mi interés es cautivar con historias salidas de mi imaginación. Quizás sí me haya ayudado a estar más motivado el haber sido escogido en Los Ángeles Film Awards y en el Corner de Cannes, pero eso no significa que ir a festivales sea mi meta.

-Después de haber conseguido colar su creación en el festival, ¿Ha pensado en dar el salto a los largometrajes?

-Siempre he tenido el punto de mira en largometrajes, he escrito varios guiones, pero siento la necesidad de tomarme mi tiempo, quizás madurar más como escritor y no precipitarme. Quiero producir un largometraje que no pase desapercibido y, para ello se necesita mucha calma y meditar bien las cosas. Llevar a cabo la producción de un largometraje implica mucho esfuerzo y, sobretodo, muchos ingresos. Necesito estar seguro que la historia que quiero transmitir al público es lo suficientemente emocionante y relevante como para empezar con la preproducción. Pienso que para dar un gran paso a una prospera carrera cinematográfica se ha de debutar con un largometraje a lo grande.

Dejar de lado los cortos es lo que más nos cuesta a los jóvenes directores. Siempre tenemos la mente llena de ideas y nuevas historias que queremos producir, pero no nos damos cuenta de que hay que ser paciente y saber escoger el momento. La sociedad está en constante cambio. Los intereses de las personas no son siempre los mismos. Por eso hay que saber cuándo producir una película que realmente cautive al espectador. Esa es mi idea a la hora de dar el salto a largometrajes. Esperar el momento, ser paciente y tener muy claro que la historia que quieres compartir va a emocionar.

-La producción de una creación artística audiovisual implica la necesidad de grandes ingresos, ¿Cómo ha conseguido alguien tan joven financiar un film capaz de colarse en Cannes?

-Este es un tema donde los protagonistas son los colaboradores y donantes. Cuando escribí el guión me pareció imposible producirlo debido a la complejidad de las escenas. Estamos hablando de numerosas localizaciones en NYC donde el coste de los permisos de grabación es muy alto, más vestuario, alquiler de armas, coches… Todo fue posible gracias a mi familia y amigos y al Crowdfunding

Durante mi etapa en la NYFA hice grandes amistades que, sin duda, impulsaron el proyecto. Tanto profesores como compañeros de clase se involucraron desde el principio apoyándome sin coste alguno. Tuve la suerte de contar con gente que era buen profesional en diferentes posiciones del rodaje. Asistente de director, Sonido, Cámara e iluminadores… Todo mi equipo eran amigos que se preocupaban por la película tanto como yo. Y eso marca la diferencia. También lancé una campaña de crowdfunding que ayudó a conseguir más presupuesto. Nunca imaginé conseguir tanta implicación por parte de tantas personas. El presupuesto que necesitaba era de 6000$. Y en pocos días lo conseguí. Todo, repito, gracias a familia y amigos que donaron lo que pudieron. También he de añadir que mi novia y mis padres fueron los que más aportaron y los que más apoyo me dieron durante toda la producción. No habría podido ser posible sin ellos. Con respecto al equipo de rodaje, Cámaras, luces… todo pertenecía a la NYFA (a coste 0$) ya que la película era mi tesis para poder graduarme en la escuela de cine. Eso es un gran ahorro en costes. Digamos que fue una situación propicia. Aproveché el momento de tener tantas ventajas y aposté por un guion en el que creía tenía potencial. No lo vi como una tesis para aprobar mis estudios. Realmente quería producir algo bueno y que llegase lejos.

-The Kobal report cuenta la historia de un periodista sin aspiraciones que encuentra las emociones en un vigilante justiciero. ¿Cómo surge la idea de esta película?, ¿Elabora sus propios guiones o se basa en el trabajo de un experto en esa materia?

-La idea surge de mi interés por películas de justicieros y superhéroes. Aunque no son mis favoritas, si me parece que tienen un gran impacto en la sociedad de hoy. Kobal nos plantea un dilema, ¿cuál es el límite de lo que está bien o mal? ¿Qué es Justicia? Puede parecer que lo que hace Kobal es lo correcto, de ahí que Colin (Protagonista, Periodista) le apoye en un principio, pero, al final la audiencia tiene que sacar sus propias conclusiones. ¿Realmente deberíamos confiar en el sistema de justicia? ¿Y si tiene carencias? ¿Se debería poder «tomar la justicia por tu mano»? Escribo mis propios guiones. Tuve muy buenos profesores que me ayudaron mucho a formarme como guionista. Sin embargo, sigo pensando que aún tengo mucho que aprender y madurar como escritor.

-Desde pequeño tuvo el sueño de ser cineasta, pero ¿Qué fue lo que despertó su vocación artística?

-Creo que el hecho de decidirme a estudiar Dirección de Cine en NYC fue lo que realmente me quitó las dudas y los miedos para poder dedicarme plenamente al ello. Llevo tanto tiempo obsesionado con las películas que no recuerdo un momento de mi vida en el que no lo haya estado. Desgraciadamente, no conocía a nadie en la industria que me guiara y lo veía como algo demasiado inaccesible. Por decirlo de alguna manera, no me atrevía a intentarlo. Estudié Publicidad y Marketing, una carrera que se ajusta mucho a mis cualidades y gustos y, tras terminar los estudios, decidí ir a NYC para seguir formándome. Un día, vi a un grupo de jóvenes en Times Square con camisetas de la New York Film Academy. Estaban grabando un pequeño proyecto. Me quedé mirándoles un buen rato. Básicamente pensé: si ellos se han arriesgado a estudiar cine, porque yo no. En el momento que cogí una cámara ya no quise soltarla más. 

-Todo creador tiene una serie de referentes ¿Qué directores son para usted un modelo a imitar?

-Quentin Tarantino y Martin Scorsese son sin duda mi mayor referente. La manera en la que manejan la trama, el diálogo; y como son capaces de crear personajes (en su mayoría «Anti-héroes») que nos cautiven tanto, es increíble. El thriller criminal y las películas de suspense y venganza son mi género favorito, tanto para verlo como para escribirlo. También considero un gran director tanto por su trayectoria, como por las historias que transmite, a Damien Chazelle.

-¿Considera que el arte debe beber de la tradición anterior o tiene que ser totalmente rupturista?

-Pienso que debería ser rupturista. Aunque todo lo que sabemos, nuestras creencias, lo que pensamos que es único y original nos viene influenciado por tradiciones anteriores, aunque no nos demos cuenta. Se dice que todo está inventado en el mundo del cine, pero creo que la mente humana tiene el potencial para ir siempre más lejos.

-En este sentido, ¿De qué manera influye el modelo del cine institucional en tus creaciones?

-Tiene gran influencia ya que pienso que las películas deben llevar un orden establecido. Construir en torno a unas pautas también ayuda a asegurar que la audiencia siga el hilo de la trama sin volverse loca, como suele pasar en películas como las de David Lynch, por ejemplo. También este modelo es el que se suele enseñar en todas las escuelas de cine. Aunque como ya dije, me gustaría ver cine más rupturista.

-El hecho de ser un joven extranjero en Estados Unidos ¿tiene algún tipo de importancia dentro de sus planteamientos artísticos?

-Sin duda. Como ya comenté, mi estancia en EEUU y más concretamente NYC me ha aportado mucho conocimiento y me ha ayudado a formarme artísticamente. He tenido que desenvolverme en puestos de trabajo donde tenía que convivir con personas de diferentes países. He conocido profesionales venidos de todas las partes del mundo. Es un país donde valoran mucho el trabajo duro, el esfuerzo y, sobre todo, donde los artistas pueden conseguir grandes oportunidades debido a la repercusión que tiene todo lo que sale de aquí.

-¿Considera que el haberse criado en un lugar pequeño como La Fresneda le aporta una visión distinta de la sociedad, y en consecuencia del arte, de la que podría tener alguien nacido en Nueva York?

-Haber vivido en La Fresneda me ha aportado muchos valores que no se pueden adquirir en la gran ciudad. Por otra parte, sí fue clave en mi evolución artística haber decidió viajar a una de las ciudades con más población del mundo y poder enriquecerme aprendiendo de tantas culturas, estilos de vida y entornos de trabajo. Creo que vivir en ambos sitios me ha ayudado a crear un balance entre la cultura tradicional de un pueblo pequeño (Donde, en mi opinión, es más fácil aprender valores sociales) y la cultura de la metrópolis donde hay que enfrentarse a nuevos retos y abrir la mente al mundo.

-Como uno de esos «jóvenes emprendedores» de los que se oye hablar últimamente, ¿se considera afortunado al ver las tasas de desempleo juvenil en su país?

-Me siento afortunado por poder trabajar en lo que me gusta, y en una industria que considero, mágica. España es un país con gran cultura y potencial, es una pena que los jóvenes estén pasando por tan mala etapa y que muchos se vean obligados a marcharse fuera. Sin embargo, las mejores ideas vienen en momentos de crisis, y los jóvenes están muy bien formados y tienen más recursos para convertirse en emprendedores. Confío en que la cosa cambie en el futuro a corto plazo.

-¿Cree que haberse ido de España ha abierto su mente hacia sociedades y culturas más desarrolladas?

-Sin duda. Pero no solo culturas más desarrolladas. En mi estancia en los Estados Unidos, he conocido gente de todos los continentes y todos tienen algo que aportar. Eso es algo que enriquece mucho a un cineasta ya que, parte de nuestro trabajo es básicamente sociología y psicología. No puedes dirigir un drama y pretender transmitir emociones si no entiendes cómo funciona la mente humana. No es necesario especializarse en nada concreto, pienso que es tan simple como hablar, conocer gente, conocer diferentes idiomas, culturas y saber escuchar. Estados Unidos es tierra de inmigrantes. Es un lugar donde realmente puedes conocer todas las culturas del mundo, casi sin excepción. Es la tierra de las oportunidades donde puedes llegar muy lejos. Un gran trampolín. Se puede decir que «oportunidades de trabajo» no faltan. A parte de ser referente en el mundo Cinematográfico la diversidad cultural fue la que me atrajo a ir. Sin embargo, siempre tengo en mente volver a España y realizarme profesionalmente allí.

-En relación con el desarrollo español, ¿Qué opina de la producción cinematográfica nacional? ¿Cree que está a la altura del cine americano, o que le falta mucho para alcanzar ese nivel?

-Pienso que existe una crisis económica en el cine español. Las productoras españolas apuestan siempre por los mismos artistas, cinematógrafos y directores esperando asegurar un retorno de su inversión. No hay muchas subvenciones por parte del gobierno y, es un entorno muy competitivo. Sin embargo, sí creo que hay buenos profesionales y gente con grandes ideas y proyectos. Solo necesitan una oportunidad. También pienso que la calidad de la producción española no tiene nada que envidiar a la de otros países. Lo bueno es que no es necesario gastar millones de euros para producir una gran película. Solo se necesita un guion sólido, una gran historia y un buen grupo de profesionales que lo lleve a cabo. Por esta razón pienso que no es posible comparar el nivel americano y el español. Estados Unidos es un gigante en la industria. Las mejores productoras y con más recursos se encuentra allí. Invierten millones de dólares y su retorno de inversión es el doble, ellos crearon el fenómeno del Blockbuster que tanto les ha enriquecido. Sin embargo, sí percibo una falta de originalidad en Hollywood de la que podríamos aprovecharnos si generamos historias innovadoras, ya que, a pesar de la abismal diferencia de recursos entre ambos países, si creo que España tiene el potencial y las ideas para poder competir a nivel mundial. Solo pienso que España debería dar más oportunidades a otras generaciones de filmmakers y sobre todo entender que es lo que la audiencia nos pide en un determinado periodo de tiempo a los cineastas. Trabajamos para la audiencia. Y debemos darles historias que les importen e impacten.