El sueño cumplido de Archer Milton Huntington en el Museo del Prado

héctor j. porto MADRID / ENVIADO ESPECIAL

CULTURA

La pinacoteca rinde homenaje con una deslumbrante exposición al filántropo estadounidense que creó en Manhattan la Hispanic Society of America

01 abr 2017 . Actualizado a las 12:12 h.

Todo empezó de la forma más peregrina cuando el adolescente Archer Milton Huntington compró en 1882 en una librería londinense un viejo volumen descatalogado, The Zincali. An Account of the Gypsies in Spain. Aquel viaje con sus progenitores a Europa, con solo doce años, inició una pasión que lo llevaría a plantarse ante Collis Potter Huntington, su padre, y decirle que no le interesaban ni los ferrocarriles ni los astilleros que había fundado y con los que la familia había amasado una fortuna. Había decidido dedicar su vida a estudiar y divulgar la cultura española. Crearía una biblioteca y un museo en Nueva York. Era su sueño.

Así, empezó a comprar obras para su colección alrededor de 1900, precisamente en un momento en que la guerra de Cuba había echado por tierra en Estados Unidos el prestigio de lo español e incluso en la propia España se cuestionaba el futuro del país. Era consciente de que iba contra los tiempos. «¿Por qué quieres estudiar una cultura muerta?», recuerda Mitchell A. Codding, director de la Hispanic Society of America, que le reprochaban a Huntington. Él, sin embargo, no cejó en su empeño. Gracias a ese amor desinteresado un cierto aire de modernidad comenzó a penetrar la idea que de lo español tenían sus compatriotas. 

PIERRE-PHILIPPE MARCOU | AFP

Extraordinario patrimonio

Actualmente la institución conserva en sus fondos 750.000 objetos relacionados principalmente con la península Ibérica, América y Filipinas. «Si España desapareciera hoy, sobreviviría en la Hispanic Society», ensalza Codding este extraordinario patrimonio, del que proceden las más de doscientas piezas rigurosamente seleccionadas por el Museo del Prado y que conforman la exposición Tesoros de la Hispanic Society of America. Visiones del mundo hispánico. Con el patrocinio exclusivo de la Fundación BBVA, quedará abierta al público el próximo martes en el Edificio Jerónimos y se podrá visitar hasta el 10 de septiembre.

«No conozco mejor manera de estrenarse como director del Prado», elogió la muestra Miguel Falomir, que relevó recientemente a Miguel Zugaza como responsable de la pinacoteca y que apoyó como coordinador científico a Codding en sus labores de comisario. Falomir no solo subrayó la excelente calidad de las obras exhibidas, sino que destacó el valor de la variedad de las piezas y la amplitud del arco temporal que estas abarcan. Y es que el recorrido que plantea el proyecto comienza en el tercer milenio antes de Cristo -con la cerámica campaniforme del yacimiento paleolítico sevillano de El Acebuchal- y alcanza el siglo XX con la pintura de Sorolla, Zuloaga, Anglada Camarasa, Rusiñol, Gutiérrez Solana o Ramón Casas. Además de la arqueología antigua y las obras de pintores de la época en que vivió Huntington -nació en 1870 y murió en 1955-, la exposición incluye escultura romana, piezas fenicias, visigodas, hispanomusulmanas, de la Edad Media cristiana, arte colonial, del Siglo de Oro, cerámicas, joyas, vidrios, metalistería, muebles, tejidos, manuscritos, libros incunables, cartas, mapas, documentos legales... No en vano ha obligado a ocupar todas las salas temporales del ala de los Jerónimos, en donde también se proyecta un documental sobre el filántropo estadounidense, Nueva York y su tiempo.

En «lo que cuenta de nosotros mismos, en la importancia de la mirada extranjera para conocernos y valorarnos mejor», anotó Falomir, encontrará el visitante el gozo y el asombro mayores en esta muestra, que arroja otra enseñanza especialmente relevante, reseña: la pasmosa naturalidad con que América se integra en esta colección mientras paradójicamente en España prosigue la discusión alrededor del legado y la legitimidad del descubrimiento del nuevo mundo.

Codding reveló que el viaje de estas obras -que conforman la colección de arte español privada más importante- ha sido posible porque la sede neoyorquina de la Hispanic Society estará en obras para su renovación hasta el año 2019. Y celebró que esta colaboración con el Prado haya servido para devolverle el brillo y el esplendor originales a algunos de los magníficos lienzos de Goya -La duquesa de Alba- y de Velázquez -Retrato de una niña- que engrosan una muestra necesaria.