El gijonés Jordi Doce, ganador del Nacional de Poesía «Meléndez Valdés»

L.F. REDACCIÓN

CULTURA

El escritor asturiano consigue el galardón con su poemario «No estábamos allí»

22 abr 2017 . Actualizado a las 12:27 h.

El poeta gijonés Jordi Doce ha sido el ganador de la primera edición del Premio Nacional de Poesía «Meléndez Valdés». El escritor asturiano ha conseguido el galardón, en una final en la que competía con otros cinco poetas, con su libro No estábamos allí. El premio, dotado con 4.000 euros, reconoce el mejor poemario publicado en España durante 2016, está organizado por el Ayuntamiento de Ribera del Fresno en colaboración con la Diputación de Badajoz y la Junta de Extremadura, y forma parte de los actos organizados por su localidad natal en conmemoración del bicentenario de la muerte de Juan Meléndez Valdés.

Es la primera edición de un premio que aspira convertirse en una referencia en las letras hispánicas y el encargado de inaugurar el palmarés ha sido un asturiano. Jordi Doce no oculta su «alegría» por ser el primero en recibir el galardón y, como aspecto más llamativo, destaca que el «Meléndez Valdés» reconoce trabajos ya publicados, un factor diferenciador del resto de premios, que suelen premiar obras inéditas. «Es muy emocionante», afirma el gijonés, quien explica que desde 2005 hasta el año pasado no había publicado poesía. Por ello, y después de un periodo de reflexión, asevera que «reconforta ver que ese libro, que tiene un poso de reflexión importante, ha sido reconocido».

En la final Doce competía con otros cinco finalistas con una trayectoria destacada en el campo de la poesía, motivo por el que no se veía como favorito. «Soy el más joven y competía con poetas de prestigio», apunta el escritor. «Son poetas con una trayectoria estable, reconocida y que ya han ganado muchos premios», por lo que la decisión del jurado ha sido para él una grata sorpresa. Eso sí, la alegría no ha sido completa, ya que Doce afirma, y reitera que no lo hace desde la falsa modestia, que «me habría gustado que fuera un premio compartido con Tomás (Sánchez Santiago) porque el suyo es un libro que yo defendí mucho y un autor del que aprendí».

En cuanto a No estábamos allí, Doce explica que es un libro que escribió «después de un periodo de reflexión sobre el sentido de la escritura poética en el mundo actual». «Está escrito en un tono predominantemente narrativo y tiene una seria de personajes fantasmales que no saben de dónde vienen ni qué pasa en el mundo en el que viven», añade antes de reconocer que la obra está rodeada de «una atmósfera nórdica y también se aprecia la tradición gótica». «En resumen, son poemas que expresan la perplejidad ante el mundo contemporáneo», apostilla.

Importancia del premio

En cuanto a la organización del premio, Doce resalta varios aspectos. En primer lugar, la importancia que tiene para los autores que los finalistas se conozcan un mes antes de proclamar un ganador, ya que eso ayuda a dar repercusión a sus trabajos, Además, destaca el hecho diferencial de que se premien obras ya publicadas y la trayectoria del jurado. En cuanto a las críticas, reconoce que «me preocupa que no haya ninguna mujer entre los finalistas», ya que, en su opinión, «el año pasado salieron libros muy buenos publicados por mujeres».

Además de No estábamos allí, editado por Pre-Textos, los finalistas en esta primera edición del Meléndez Valdés son los poemarios Carta al padre, de Jesús Aguado (Fundación José Manuel Lara); Corteza de abedul, de Antonio Cabrera (Tusquets); Ser el canto, de Vicente Gallego (Visor); Han venido unos amigos, de Antoni Marí (Renacimiento) y Pérdida de ahí, de Tomás Sánchez Santiago (Amargord).

Ayer se conoció el veredicto del jurado, pero no será hasta el 26 cuando Jordi Doce se desplace a Ribera del Fresno para recibir el galardón.

La obra de Jordi Doce

Jordi Doce es autor de los libros de poemas Lección de permanencia (2000), Otras lunas (2002) y Gran angular (2005), entre otros, así como de la antología Nada se pierde. Poemas escogidos (2015). En prosa ha publicado los libros de notas y aforismos Hormigas blancas (2005) y Perros en la playa (2011), los ensayos Imán y desafío (IV Premio de Ensayo Casa de América, 2005), La ciudad consciente (2010), Las formas disconformes. Lecturas de poesía hispánica (2013) y Zona de divagar (2014), el libro de artículos Curvas de nivel (2005) y el libro de entrevistas Don de lenguas (2015). Como traductor, ha preparado ediciones de la poesía de Paul Auster, William Blake, T. S. Eliot, W. H. Auden, Charles Tomlinson, Ted Hughes, Charles Simic, Anne Carson y John Burnside, entre otros, y de la prosa de Thomas de Quincey y John Ruskin.