«Pas de chanson (ni de danse) dans la patrie»

Yolanda Vázquez OVIEDO

CULTURA

 Un momento de «Le Corps du Ballet National de Marseille»
Un momento de «Le Corps du Ballet National de Marseille» Alwin Polana

El Ballet Nacional de Marsella factura una pobre actuación en la tercera de abono del Festival de Danza de Oviedo

03 may 2017 . Actualizado a las 06:54 h.

No es grato decirlo, pero la pieza que trajo el Ballet Nacional de Marsella el pasado sábado al Teatro Campoamor de Oviedo, Le Corps du Ballet National de Marseille (2015), no estuvo bien: no tuvo ni mucho cuerpo ni mucha danza; no hubo canción ni danza dans la patrie, por mucho que sonara La Marsellesa. Nos quedamos con la duda de saber si le hubiera gustado al gran Roland Petit (1924-2011), que fundó la compañía en 1972 y la dirigió durante más de 25 años; uno de los grandes exponentes, en Francia y Europa, de la creación neoclásica para ballet.

El bailarín Emio Greco y el director de teatro Pieter C. Scholten, directores de la compañía desde 2014 y autores de la coreografía, han querido montar un diálogo experimental entre danzas, alternando contemporáneo, moderno y clásico, y les ha salido un batiburrillo con alguna que otra destacable intención, muy pocas. La impresión de batiburrillo se debe a dos cuestiones fundamentalmente: la idea dancística a trasladar, que está mal guionizada, y la ejecutoria, que por momentos deja bastante que desear, entre otras cosas por el desigual e inconexo nivel del elenco en muchos aspectos. Un lío todo: un no se sabe qué.

La puesta en escena de un ballet no puede resultar una acumulación de efectos gratuitos de luz, de voces, gritos, sustos, paseos y carreras, porque eso denota siempre que lo protagónico en la danza es el lenguaje apelativo y no el relato expresivo, el que proporciona al espectador la ocasión de trasladarse a otro lugar y olvidar que está en un teatro. Si tal no ocurre, es que algo pasa, algo va mal. Y entonces lo que cabe pensar es que estamos asistiendo a un montón de lugares comunes coreográficos.

El binomio directivo marsellés quiso también rendir homenaje al ballet clásico a través de la evocación musical y bailada, y así se expusieron varios momentos en donde las puntas, los port de bras y alguna que otra alguna evolución más, amén de un paso a dos hacia el final de la pieza, sirvieron al público ese recordatorio. Pero, salvo el paso a dos, el resto resultó algo ridículo; perdón, más que ridículo: pasado de rosca. Y muy desigual de ejecución. Los bailarines no pueden corregir cada vez el final de una evolución de pasos dando un pequeño saltito para intentar «cuadrar» el acabado de una posición.

En cambio, la parte contemporánea, que no la moderna, tuvo algún encaje a destacar. Hubo varios grupos de combinaciones, cuando el elenco evolucionaba al unísono, que estuvieron francamente bien. Es lo que mejor funcionó de todo. Hubo un serio empaste del movimiento corporal con intención de subrayar la candencia y necesidad de la música. Brazos rotos, evoluciones en «s» y un sincronismo que se hacía necesario a la vista; eran como movimientos espasmódicos, pero acertados; se veían nuevos. Eso sí.

Como dirían los taurinos, tratar de saber cuándo «un torero anda mal o anda bien» en una temporada es muy difícil; «al final, de lo que te fías es de lo que te digan si no has podido verlo con tus propios ojos». Lo mismo pasa con las compañías de ballet a efectos de programación. No es posible saber todos los cambios que se operan en ellas y sus correspondientes preparaciones técnicas y creativas. El Festival de Danza de Oviedo siempre ha procurado mantener un nivel. Este año ha redoblado esfuerzos, con los márgenes que ha tenido (y podido), y aumentado ligeramente su presupuesto. El aficionado espera con esperanza una de las compañías anunciadas: la de Martha Graham.

Le Corps du Ballet National de Marseille, tal como reza el programa, «es un nuevo comienzo y una reinvención del ballet» y «es el proyecto ideal para lanzar la nueva identidad de la compañía», que nace de la unión de estos dos profesionales que han convertido «su sociedad creativa en una aventura coreográfica». Y tanto que aventura.

FICHA

Ballet Nacional de Marsella. Centro coreográfico nacional.

Dirección y coreografía: Emio Greco / Pieter C. Scholten

Le Corps du Ballet National de Marseille (2015)

Música: diseño de sonido de Pieter C Scholten, con música de Frances-Marie Uitti, Garth Paine, Ryan Inselman, Chaikovski, Donald Knaack, Tricky, Dmitri Shostakovich y Pink Floyd.

Diseño de luces: Henk Danner

Vestuario: Clifford Portier

Producción del Ballet Nacional de Marsella en colaboración con ICK

Teatro Campoamor, 29 de abril de 2017, Día Internacional de la Danza. Oviedo