«Amalgama», la vocación del estudiante_fusión

Yolanda Vázquez GIJÓN

CULTURA

Meraki, Cía. ofrecieron una muestra de su trabajo en LABoral, donde desarrollan una residencia artística desde el pasado mes de abril

29 may 2017 . Actualizado a las 08:00 h.

LABoral Centro de Arte y Creación Industrial acoge desde el pasado 1 de abril la residencia artística de tres bailarines que el pasado sábado ofrecieron en el propio centro una muestra de su trabajo como residentes en experimentación. Amalgama es el título del extracto de fusión danzada que mostraron a un público familiar y allegado, y también a aficionados a la danza. Lucas García armó el break-dance, Paula Castañón lo hizo con el contemporáneo y Olimpia Oyonarte cuajó flamenco al por mayor. Los tres son los integrantes de la agrupación Meraki, Cía. que aboga desde el principio por la fusión de estilos dancísticos, una tendencia que ya es mucho más que una tendencia entre los jóvenes creadores, que beben directamente de las fuentes del intercambio, los workshops y la probatura.

Como ellos mismos explican, Amalgama hace referencia a la aleación de metales; de ahí se extrae el concepto de mezcla de su pieza; de eso, y de la vocación de trasladar cada uno su ámbito dancístico a un terreno común en el que los tres estilos puedan convivir y luego amalgamarse con el objetivo de que la resultante parezca algo.

Y sí, la resultante pareció algo. Y aunque todo tiene matices, la intención de los residentes, la vocación y el empeño en el trabajo y las ganas de que lo creado se acerque a danza con sentido fueron marcas evidentes en los 15 minutos que duró su interpretación. Desde fuera, casi, casi lo mejor. Porque ellos hablan de trabajo, de que «nos falta mucho camino por recorrer», de que «esto es solo un inicio en el que tratamos de profundizar cada día un poco más», y «para nosotros el hecho de estar aquí ya es un privilegio y una oportunidad». Teniendo estas premisas claras, el resto, poco a poco, irá saliendo.

Pero vayamos a la exposición de los residentes. Lucas García, de Mieres y con 22 años, autor y responsable de la parte de danza urbana, procede del break-dance, bebe de la urbanidad del principiante y arrastra sus movimientos como el break-man que es. Aún con todo, y con la (aparente) suciedad que le es innata a este estilo de baile, falta precisión para que su tercio mole más. El perfil lo tiene y el poder de la sugestión de esos ritmos también; la composición de movimientos no está mal y en planta es veraz.

Por su parte, Paula Castañón, gijonesa y también de 22 años, verborrea en el campo de la danza contemporánea y se nota que tiene experiencia escénica. No en vano ha dispuesto de sus intervenciones con la coreógrafa israelí, afincada en Asturias, Dana Raz, tanto en Man_O como en Wolves. Es una bailarina que está más hecha y sobre quien descansa, en un porcentaje mayor que el resto de intérpretes y estilos, la labor de nexo conciliador entre lenguajes para lograr la armonización del conjunto sin que nada se resienta demasiado. Eso se consigue en la parte final de la pieza.

Y, por último, la veterana en edad del grupo, Olimpia Oyonarte, una granadina de 28 años, que baila mucho flamenco. Es cierto que el flamenco exige una técnica y una preparación en régimen de disciplina que tanto en el contemporáneo como en el break no se da en la misma medida. Fue con ella con quien sí se notó diferencia de nivel preparatorio. Oyonarte es una bailarina de físico muy definido, de preciosa hechura, de buen zapateado, mirada fija, torso colocado, braceo torneado. En fin, esto descuella solo.

Pero lo más interesante de todo, tras hacer cada uno su aportación en el tiempo de solo, llegó al unirse los tres, hacia el final del extracto, cuando se desprendieron de lo suyo para fusionarse, cuando los tres se alearon. En un escueto margen se vio la tan ansiada mezcla con sentido para el arte de la danza. Fue fugaz, pero compareció; un par de series y combinación de pasos en diagonal fue la constructora de la magia en sociedad tripartita. Honestos y latentes. Eso, y la vocación de trabajo y perfeccionamiento avanzan el camino en la neutralidad del lenguaje a tres. Hace falta que acerquen más las técnicas, subrogándolas creativamente, para que las dinámicas no alteren capacidad de significación y pierdan, entonces, credibilidad. Así que… ¡adelante!

Amalgama

Meraki, Cía.

Concepto, interpretación y danza: Olimpia Oyonarte, Paula Castañón y Lucas García

Música: Kevin Macleod

Co-producción. Meraki, Cía y LABoral Centro de Arte Creación Industrial

LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, sábado 20 de mayo de 2017. Gijón