«Constitucional o ilegal, habrá referéndum en Cataluña»

J. C. Gea OVIEDO

CULTURA

Sir John Elliott, junto a Amelia Valcárcel, en el Hotel de la Reconquista
Sir John Elliott, junto a Amelia Valcárcel, en el Hotel de la Reconquista

El hispanista y estudioso de las relaciones entre los catalanes y España arremete contra Trump, «un joven sin educación e influenciable», y lamenta la «falta de talla de los estadistas europeos y mundiales»

31 may 2017 . Actualizado a las 10:05 h.

Tiene 86 años, pero su delgada compostura, su elocuencia sin grandilocuencia de genuino profesor del King's College (por ejemplo) y una risa traviesa, inesperadamente infantil, hacen que Sir John Elliot luzca fresco; que no muestre tantos cambios como podría esperarse entre el historiador que recogió su Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales hace ya 21 años y el que ayer regresó al Hotel de la Reconquista, pero esta vez para estrenarse como jurado en el mismo galardón. Igual que a su ilustre colega español y también jurado Juan Pablo Fusi, los periodistas apenas le dejamos tomar tierra antes de invocar de urgencia al hispanista y estudioso de los conflictos históricos entre Cataluña y España y pedirle luz sobre la cuestión del momento. Y Sir John no lo duda: «Muy preocupante, francamente».

Su preocupación no se debe exclusivamente a lo que pueda suceder en una Cataluña a la que ha dedicado estudios fundamentales, sino también a un territorio que, en principio, le afecta más de cerca en su condición de británico: Escocia. El profesor Elliott ya ha hecho entrega a Yale University Press de un manuscrito en el que compara desde el punto de vista de la historia las trayectorias escocesa y catalana, que describe como «dos naciones sin estados»: «Estoy intentando mostrar dos historias paralelas desde la Edad Media hasta el próximo referéndum», explica; «muchos siglos de comparación con las similitudes y las diferencias, como por ejemplo, la cuestión lingüística, que en Escocia no tiene importancia, y que tiene una importancia fantástica en Cataluña». 

-Tal como lo expresa se deduce que, según usted, habrá referéndum.

-Habrá referendos, constitucionales o ilegales, en los dos países, creo. Dentro de dos o tres años

Y eso es algo que no agrada a Sir John, que por muchas razones manifiesta desconfianza hacia los procedimientos plebiscitarios. «Como vengo de una democracia parlamentaria, yo prefiero que se haga todo por los parlamentos. Generalmente, no soy muy partidario de los referendos. Fueron un recurso de los dictadores para imponer su criterio y ganar la voluntad del pueblo, y desde ahí han evolucionado hasta pensar que representa la voluntad de pueblos enteros», aclara el historiador. Pero hay más motivos para su recelo: «Muchas complicaciones en cuanto a las preguntas, la manera de manipular los resultados…» Para respaldarlo no necesita esta vez ir a los libros de historia, sino a la hemeroteca. Y bien reciente.

«Creo, por ejemplo, que se hizo muy mal el referéndum sobre Escocia de David Cameron, que fue muy oportunista. Hay que pensar en la cantidad de votantes, cuánta gente vota en una población. Muchas veces, es una minoría,  y a veces se impone cuando efectivamente la mayoría no les interesa presentarse a las urnas para votar. Hay tantos otros temas en los cuales la gente está pensando en referéndum. Por ejemplo, si están hartos de un gobierno, votan en contra. De todos estos peligros la gente no se da cuenta», advierte Sir John. Y se adelanta como un rayo antes de que caiga la pregunta esperable: «Sí, todo esto también fue lo que paso en el brexit». 

-Todos estos movimientos, ¿cree que anticipan una transformación profunda o son simplemente reajustes?

-Creo que son una transformación profunda. Hay un nuevo populismo derechista en este momento, y por eso me alegro de la elección de Macron como presidente. Pero este pensamiento céntrico de los liberales moderados no se oye tanto en este momento. Los dos extremos tienen voces más fuertes en este momento, se expresan con más energía que el centro moderado, que tiene que recuperar algo de su liberalismo perdido.

-La historia, bien utilizada, puede ser un contrapeso para todo esto. Pero sucede todo lo contrario si se la usa mal…

-La historia está muy manipulada por personas que tienen una agenda muy clara.

-¿Dónde cree que están actualmente los puntos de fractura, los acontecimientos donde se está fraguando lo que vendrá?

-Como historiador, soy muy consciente de las contingencias, de los accidentes que se pueden producir en cualquier momento. Por eso es muy difícil predecir. Soy muy consciente de cómo cambian las cosas por una personalidad o un hecho inesperado, por ejemplo. No me gusta profetizar, pero me preocupa la falta de talla de gran parte de los estadistas europeos o incluso mundiales en este momento.  Por ejemplo, Angela Merkel destaca por saber tener una visión concreta y ser inteligente como política. Hace falta este tipo de gente en este momento. Me parece que sabe lo que hace.

Se deduce, por la falta de mención al respecto, que su Primera Ministra, Theresa May, no milita en la misma división que la canciller alemana. Respecto a ella, sin embargo, Sir John Elliott si se atreve con un pronóstico. Las estadísticas pueden aproximar a la candidata conservadora y a su máximo rival, Jeremy Corbyn, en los sondeos, pero no será suficiente para este último: «Pienso que May ganará al final». Y a su predicción, el historiador añade un deseo: «Soy partidario de que no gane con una mayoría muy fuerte porque son los muy derechistas los que se impondrían en el Partido Conservador, y eso me parece peligroso».

Respecto a otro de los grandes actores de la historia que cabe, de momento, en los titulares de prensa, el profesor se suelta, incluso se desata un poco, más allá de la tautología casi resignada: «Trump es Trump», empieza. Pero Sir John no se queda ahí: «Es un joven sin educación. Y lo peor es que parece que está influido por la última persona con la que ha estado», espeta, con una de sus risitas tímidamente traviesas. La misma que emplea para asegurar que «los chinos son muy listos, y saben jugar con Trump». Y, no hay dos sin tres, para evacuar una sumarísima descripción de cómo ve a los españoles de este preciso momento: «Es un gran alivio que por fin tengáis un gobierno».

Vuelve a reír, claro.