«Ilegales es un grupo de rock, los demás hoy son travestis»

Javier Herrero / EFE MADRID

CULTURA

Jorge Martínez, líder de Ilegales
Jorge Martínez, líder de Ilegales Luis Millán

Jorge Martínez, líder de la formación asturiana, repasa la historia del grupo con motivo del estreno del documental «Mi vida entre las hormigas»

16 jun 2017 . Actualizado a las 18:08 h.

Sexo, drogas, humor, violencia y rocanrol del que no envejece, porque hace 30 años ya proclamaron «Europa ha muerto»; así es «Mi vida entre las hormigas», compendio audiovisual «de los siete pecados capitales» a cargo de Ilegales, probablemente «la banda más salvaje de la música en español».

«Lo somos, sin lugar a dudas. Ilegales es un grupo de rock y todo lo que se considera como tal ahora son en realidad travestis del rock», asevera Jorge Martínez, fundador, vocalista, compositor y líder de esta formación asturiana con varias décadas a la espalda, una espalda que se protegía con un stick de hockey. Así aparece retratado en la portada del citado «Mi vida entre las hormigas» (Universal/Virgin Records), que se edita hoy e incluye, además de revisiones actualizadas de sus grandes temas, un corte inédito del mismo nombre en el que glosan su idiosincrasia. 

En la misma dirección, resulta muy relevante el documental de 96 minutos dirigido por Chema Veiga y Juan Moya. «Su historia está plagada de lagunas, lo que los hacía más interesantes aún», destaca este ante un reto que los llevó a nutrirse con todo tipo de testimonios, entre ellos Miguel Ríos y, sorprendentemente, Víctor Manuel, quien jugó un papel destacado en su lanzamiento.

No hay tabúes en una narración que, a la ecuación «sexo, drogas y rocanrol» suma violencia, algo que ellos consideran intrínseco al género, a la época (por la explosión de libertad súbita después de décadas de dictadura) y a la especie humana. Arranca con los prolegómenos de Ilegales, una banda llamada Madson que Jorge Martínez compartió con su hermano Juan Carlos, anticipándose varios años a las célebres broncas internas de los Gallagher en Oasis, y también con los hurtos que realizaron para financiarse. «El primer equipo de Ilegales, en una época en la que era muy complicado conseguir uno, se lo debemos a la iglesia», relata Martínez divertido.

Sobre aquel grupo que en 1981 ganó el concurso rock Ciudad de Oviedo todos coinciden en algo: «Hacían lo que nadie». Mezcla de rockers, mods y punks, con un punto de salvajismo, sobresalían por una guitarra lacerante y un bajo temerario, dominio del tempo y, en un panorama plagado de noveles, gran calidad técnica con un sonido nítido que permitía entender las letras.

De ellos también se destacan sus «provocaciones premeditadas», algo que el vocalista no niega. «Con unos ojos mínimamente inteligentes se ve qué cosas lo eran, como lo de Heil, Hitler», dice sobre uno de los temas más polémicos de sus inicios, que estrenó ataviado con una gorra nazi ante 15.000 personas que a punto estuvieron de partirles la cara. «Yo voy a las batallas con alegría, batallas reales en las que me he jugado la vida muchas veces», afirma el irreverente músico, protagonista activo de un tiempo muy fragmentado entre tribus urbanas, rivales las unas de las otras.

De todas las guerras salió indemne, presume, y eso que estuvo «inmerso en batallas colosales como las drogas», con la heroína como responsable de la salida forzosa de algunos miembros de la banda. Hoy, más aficionado al vino que a cualquier otra sustancia, señala que «no se ha perdido el orgullo de ser macarra, pero sí las facultades y fiereza necesarias para serlo».

«Todo es mejor que quedarse a mirar», canta en «África paga», uno de sus temas más conocidos, y así sigue pensando. «No me permito miedos. Buceo en el Cantábrico y si ahí albergas dudas, ese mar no te perdona. Lo mismo con la vida», asegura. Por un carácter tan subversivo, él es tan protagonista de este documental como el legado de Ilegales. «Los componentes van cambiando, pero él sigue ahí como cabeza pensante; queríamos equilibrarlo y hablar tanto del personaje como de la faceta artística, porque hubo momentos en los que lo primero pudo mermar lo segundo», destaca Juan Moya.

Así lo reconoce también él: «Ilegales es Jorge Martínez en una gran medida. Como decía Ortega y Gasset: 'Yo soy yo y mis circunstancias'. Pues mis circunstancias son los otros miembros del grupo», afirma sobre valores trascendentes como el bajista Willy Vijande, presente en este documental.

¿Sería posible hoy el nacimiento de un grupo así? «Ilegales ya nació condenado entonces, porque lo que se llevaba era otra cosa, y hoy habría vuelvo a ser posible, eso sí, nos habrían condenado judicialmente también... Cualquier día...», apostilla.