El Antroxu se suma a las celebraciones del Orgullo de la mano de Evaristo Valle

J. C. GEA GIJÓN

CULTURA

Alicia Vallina frente a la «Carnavalada en la cuenca minera» (1932) de Evaristo Valle en el Museo de América
Alicia Vallina frente a la «Carnavalada en la cuenca minera» (1932) de Evaristo Valle en el Museo de América

El cuadro «Carnavalada en la cuenca minera» se exhibe en una exposición sobre el tema del transgénero que organiza el Museo de América por iniciativa de su conservadora y estudiosa del pintor, la asturiana Alicia Vallina

24 jun 2017 . Actualizado a las 14:59 h.

El Museo de América expone, por primera vez, desde el pasado día 22, una obra del pintor gijonés Evaristo Valle. Se trata de una Carnavalada en la cuenca minera pintada en 1932 que forma parte de los fondos del Museo Reina Sofía y que se ha integrado en una exposición sobre el tema del transgénero en el arte y la antropología que, a su vez, forma parte del programa organizado en diversos museos estatales con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI. Trans. Diversidad de identidades y roles de género, comisariada por Andrés Gutiérrez Usillos, se propone mostrar desde un punto de vista crítico la permanente presencia de personas transgénero en culturas de todo el mundo, así como su tradicional inclusión en la sociedad, y ha incluido la obra de Valle a instancias de la investigadora y conservadora del Museo de América Alicia Vallina. La estudiosa asturiana es autora de una tesis doctoral sobre Valle y de la obra Evaristo Valle, un pintor entre líneas.  

Vallina consideró que la idea de lo transgenérico conectaba perfectamente con la tradicional inversión de roles -incluido el de lo masculino en femenino- en el Atroxu asturiano, sobre el que escribe además un artículo para el catálogo de la exposición. Y, naturalmente, que las carnavaladas de Valle eran la expresión más consumada de esa tradición. «La idea de incluir la obra de Valle se la planteé personalmente al comisario, pues creo que el carnaval es uno de los temas más recurrentes a la hora de mostrar el "trans-vestismo", entendido este concepto como de origen latino ya que "trans" indica sobrepasar o exceder un límite y el término "vestite" proviene del verbo "vestire" que significa vestir. De este modo el "transvestido" excede o sobrepasa la línea en el vestir», explica Alicia Vallina, que ve en las carnavaladas vallescas «una vinculación directa con la moralidad establecida por los principales agentes sociales» y el reflejo de una liberación de «las restricciones sociales e incluso para algunos, una forma más completa de comunicación que se muestra externamente para ocultar o disfrazar el verdadero yo».

Valle descubrió el que sería quizá su tema más distintivo, y el más exitoso de cuantos cultivó, tras una de sus grandes crisis personales y artísticas. Las carnavaladas aparecen por primera vez una exposición celebrada en el Real Club Astur de Regatas de Gijón en 1915. En concreto, la Carnavalada en la cuenca minera se exhibió en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y como todas las obras del siglo XX presentadas a concursos nacionales, pasó a formar parte de los fondos del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo -actual Museo del Traje- hasta su traslado en 1988 a los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, según explica Alicia Vallina.

Muestra una escena de Antroxu casi canónica en lo que la investigadora y conservadora considera como la «producción fetiche» de Valle: una serie de figuras masculinas entregadas al desenfreno carnavalesco que bailan en un entorno de aldea y naturaleza asturiana visitiendo ropas femeninas. Para Vallina, su danza celebra «el espíritu regenerador del mundo» y emparenta el mundo antroxero de Valle con la paleta de Gauguin, el dramatismo groteco de Solana, las Pinturas Negras goyescas y referencias literarias como Valle-Inclán y Palacio Valdés.

La muestra en la que se exhibe la obra de Valle forma parte del extenso programa de exposiciones que, estos días y con motivo del World Pride, la gran fiesta del Orgullo LGTBI en Madrid, reparte por diversos centros de titularidad estatal y privada fondos en los que se refleja, de un modo u otro, la diversidad de los roles y las conductas sexuales.