Ángel de la Calle: «La Semana Negra es una vía a la consagración de autores»

EFE REDACCIÓN

CULTURA

El director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle, durante la entrevista.
El director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle, durante la entrevista. Juan González

El director de contenidos de la Semana Negra reivindica el evento y rechaza que sea elitista

06 ago 2017 . Actualizado a las 12:57 h.

El director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle, ha reivindicado el carácter de fiesta popular de este «polémico» evento que en tres décadas se ha consolidado como «una vía a la consagración de autores» de distintos géneros literarios. Este autor y crítico de cómic salmantino, que en el 2012 asumió la parte cultural de la dirección del festival en reemplazo del escritor Paco Ignacio Taibo II, ha asegurado que «las editoriales quieren que sus autores estén en la Semana Negra porque les garantiza lectores».

De la Calle ha dicho que desde la primera edición en 1988, en la que participaron 30 autores y una sola mujer, hasta la de este año, con 134 escritores, el festival ha contribuido a poner la novela negra «en la centralidad de la literatura». El balance es que, en todo este tiempo, la novela negra se ha convertido «por derecho propio» en la literatura social de este siglo y «lo ha cogido todo» hasta influir en otros géneros.

Este género, que a finales del siglo pasado era marginal y mal visto en los círculos literarios, se ha popularizado porque habla de las mismas cosas que salen en los periódicos, ha asegurado De la Calle. La Semana Negra, el único festival literario que se realiza al aire libre en medio de un mercadillo y de una feria de atracciones, le garantiza a los escritores un público heterogéneo y masivo.

«¿En qué otro festival un autor consigue en un solo acto un auditorio de más de cien personas que asisten para escucharlo?», se ha preguntado. La idea de que se puede leer un libro con una mano y comer un churro con la otra, desarrollada como principio por la organización desde la primera edición, ha sido una de las claves del éxito de un certamen que ha sido polémico desde sus inicios.

De La Calle ha recordado las críticas que recibió la primera edición, aún antes de celebrarse, por parte de una plataforma de partidos y organizaciones de izquierda que lo rechazaron por considerarlo «elitista» y «un gasto innecesario» para las arcas municipales. Hubo otras criticas, «algunas justificadas y otras absurdas» como las de una plataforma antitaurina que nada tiene que ver con la literatura, y «seguirá habiéndolas» porque «es un festival polémico y reivindicativo», ha añadido.

El director ha reconocido que en «algunos momentos» la organización no ha sido diligente al gestionar aspectos como el control de los ruidos y el horario de cierre, especialmente en los años en que se celebró junto al río Piles, en la zona del estadio El Molinón. Una sentencia judicial obligó finalmente a cambiar de sitio el recinto y prohibió la celebración en un radio de 500 metros.

La Semana Negra nunca ha tenido un lugar fijo, deambuló por distintas zonas de la ciudad, desde el Puerto El Musel, la zona de Poniente donde hoy se levantan los edificios barco, el campus universitario de Viesques, y los antiguos astilleros, entre otros. De la calle, ha calificado como «ideal» la parcela de Viesques, que tampoco estuvo exenta de polémica, por las quejas del rectorado de la Universidad de Oviedo, que cerró el recinto con una valla y reclamó judicialmente su propiedad.

El predio del antiguo astillero Naval Gijón, junto al Mar Cantábrico, donde se realizaron las últimas ediciones, propiedad de la Autoridad Portuaria, requiere de mejoras, que la organización espera sean acometidas por el Ayuntamiento para la próxima edición. El director ha asegurado que los años de crisis han hecho mella en la situación financiera por los recortes en las ayudas públicas y la retirada de aportaciones privadas. La trigésima edición se celebró con un presupuesto de 500.000 euros, 400.000 euros menos que la del año 2012.

Pese a ello, De la calle ha considerado que la gratuidad del festival es algo «indiscutible» porque es la clave para que todo el mundo pueda acceder al recinto. «El problema es que estamos dirigidos por gente que manda a sus hijos a Disney World, pero hay muchas familias que no pueden hacer lo mismo pero que si pueden disfrutar de la Semana Negra»,