Un lucrativo negocio llamado Elvis Presley

x. f. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

MANDEL NGAN | AFP

Mañana se cumplen cuarenta años de la muerte del cantante, que en el 2016 generó unos ingresos de 27 millones de dólares

15 ago 2017 . Actualizado a las 09:10 h.

Elvis Presley conquistó las listas de éxitos en vida y sigue haciéndolo a los cuarenta años de su muerte, una efeméride que se conmemora mañana. Y no solo las listas musicales: el cantante es un habitual de las clasificaciones de la revista Forbes, que en el 2016 lo situó en el cuarto puesto de las celebridades ya fallecidas que continúan generando sustanciosos beneficios. Con unas ganancias de 27 millones de dólares el año pasado, Elvis no ha dejado de ser un negocio muy lucrativo.

La proximidad de un aniversario redondo como los cuarenta años transcurridos desde el fallecimiento del artista el 16 de agosto de 1977 ha estimulado las posibilidades comerciales del catálogo vivo de un cantante genial, con un flujo constante de lanzamientos, además de explotar la mitomanía que le corresponde como la primera estrella del rock. La tienda oficial en Internet de Elvis ofrece todo tipo de artilugios, de camisetas a tazas y de gorras a barajas, con la efigie del roquero y el número, 40, que recuerda los años transcurridos desde su muerte.

Si hay un lugar que represente el epicentro físico es Memphis, Tennessee, el destino de peregrinos y curiosos, que visitan dos lugares clave: la mansión Graceland, que recibe cada año a 600.000 personas, y los estudios Sun, donde Elvis registró sus primeras canciones. La efeméride ha servido además para que la antigua residencia del cantante abra un hotel temático, con 450 habitaciones y varias suites vip cuyo diseño ha sido supervisada por Priscilla Presley, según la promoción de Graceland, que promete a sus clientes la misma hospitalidad que Elvis dispensaba a sus invitados. Y, como no podía ser menos, Memphis patrocina diversos concursos de imitadores del rey del rock.

En el ámbito discográfico, un nuevo recopilatorio de éxitos trata de resumir una carrera que ha sido antologada una y otra vez, pero que no da síntomas de agotar la explotación de este tipo de resúmenes estelares.

Más orientado al seguidor de su primera época -en contraposición a los imitadores, que suelen centrarse en la última- es A Boy From Tupelo, que se presenta como la colección definitiva del paso de Elvis por los estudios Sun. Son tres cedés que recogen todas las grabaciones supervivientes de las sesiones del cantante para Sam Phillips entre 1953 y 1955, además de varios registros en directo, entre los que se incluye el inevitable inédito que justifica la inversión del fan que ya tiene estas canciones en otros soportes. En este caso, se trata de un I Forgot to Remember to Forget grabado en 1955 en Luisiana. Los acompaña un libro que documenta los primeros pasos de un artista cuya presencia sigue muy viva hoy en día.